Los milagros de Juan Pablo II

Numerosos testimonios han llegado al Vaticano para acreditar los milagros que Karol Wojtyla realizó durante su pontificado. El camino a la santidad se acelera en forma proporcional al grosor del expediente. Los prodigios más importantes

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El último milagro ?no comprobado? que se le adjudica al difunto Papa Juan Pablo II habría tenido lugar en los Estado Unidos, donde un hombre asegura haber sido curado de una afección hepática merced a la intervención del sumo pontífice.

El "postulador" de la causa de beatificación, Slawomir Oder, aseguró que la noticia le llegó a través del sacerdote del enfermo y hace relación "a la atribución al Papa de la curación de una enfermedad incurable del hígado".

Este milagro ?no comprobado? se suma al de la religiosa francesa que afirma haber sido sanada de la enfermedad de Parkinson por obra de Juan Pablo II.

El cardenal Francesco Marchisano también atestiguó que una caricia de Juan Pablo II en su cuello le hizo volver a hablar. Marchisano había sido operado en la carótida y un error de los médicos le había dejado con las cuerdas vocales maltrechas y con un hilo de voz, un problema que desapareció después de que Wojtyla le acariciara la garganta.

También está incluido en el expediente para la beatificación de Juan Pablo II el testimonio del arzobispo polaco Stanislao Dziwisz, que asegura que otro estadounidense, que padecía un tumor en el cerebro, sanó después de una misa privada con el Papa.

Otros relatos, no verificados, afirman que el Papa polaco le devolvió la vista a una señora ciega y también le curó un tumor a una mujer en México.

Una vez beatificado se puede abrir la causa de canonización, que lleva a la condición de santo, para lo cual es necesario un segundo milagro, que ha de ocurrir después de ser proclamado beato.