Escándalos del cine de oro

"Este rodaje es la guerra. Sangre, sudor y lágrimas en el plató" (T&B Editores) es la segunda parte de un libro que devela anécdotas curiosas de los rodajes de los clásicos

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El autor es Juan Tejero, quien revela peleas, lesiones, celos y borracheras  de El padrino, Rebeca, El pirata, Los pájaros y De aquí a la eternidad, entre otras, y que relatan la historia del cine desde otra perspectiva.
 
El padrino no encontraba director. Peter Yates, Costa-Gavras, Elia Kazan o Arthur Penn fueron algunos de los que declinaron realizarla porque, según ellos, glorificaba el crimen organizado.
 
Además, la Liga por los Derechos Civiles de los Italo-Americanos amenazó y presionó a todo el equipo durante el rodaje varias veces, hasta el punto de que se hizo necesaria la intervención de la Policía de Los Angeles.
 
El director Alfred Hitchcock no era tan profesional realizando películas como relacionándose con el equipo. En Rebeca ejerció un dominio absoluto sobre Joan Fontaine para su propio deleite, manteniéndola constantemente desequilibrada.
 
En otra película suya de 1963, Los pájaros, Hitchcock se obsesionó con la actriz protagonista, Tippi Hedren -madre de Melanie Griffith-, encargó a algunos miembros del equipo que la espiaran cuando abandonaba el set, para averiguar con quién andaba y adónde iba.
 
Lío de actores
 
En De aquí a la eternidad , Frank Sinatra y Montgomery Clift se reunían todas las noches para competir bebiendo alcohol en la habitación del que fue llamado "La voz?" Después, se adentraban en la noche hawaiana hasta que se desplomaban borrachos, asegura el libro.
 
Frankie conseguía recuperarse para el rodaje, circunstancia que no acompañaba a su compañero de borracheras, a quien se le tenía que suministrar grandes cantidades de café al día siguiente para que pudiera interpretar su papel.
 
La actriz Judy Garland (foto) y su adicción a los tranquilizantes y excitantes también fue una fuente de problemas para sus productores. En El pirata, Judy, atiborrada de anfetaminas, hacía esporádicas apariciones de media hora en el rodaje y, debido a su estado en unas ocasiones paranoico y en otras somnoliento, se marchaba sin haber hecho trabajo alguno.
 
Esta adicción, que continuaba padeciendo en el rodaje de Cita en San Luis, le produjo enfermedades reales e imaginarias que obstaculizaban gravemente la realización de esta película, dirigida también por Vincent Minnelli.
 
También destaca la disputas que protagonizó la actriz Bette Davis. Las relación profesional entre la actriz norteamericana y Errol Flynn eran tan mala que Davis, en venganza por el comportamiento de Errol, le propinó un derechazo descomunal en lugar de la bofetada que estaba pautada en el guión.