José Raúl Mulino, presidente de Panamá: “Esperamos ver pronto a Edmundo González en esta mesa del Mercosur”

Durante su intervención en la cumbre celebrada este sábado en Brasil, el jefe de Estado manifestó su deseo de que en poco tiempo el presidente electo de Venezuela se incorpore al bloque bajo una Venezuela democrática

Mulino deseó ver a Edmundo González como presidente de Venezuela en la próxima cumbre del Mercosur

El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, expresó durante la cumbre del Mercosur en Foz de Iguazú, Brasil, su esperanza de que Edmundo González Urrutia, líder opositor venezolano, se incorpore próximamente a la mesa del bloque regional como presidente de una Venezuela democrática. Mulino subrayó la importancia de la democracia y la libertad como pilares de la integración regional y manifestó su deseo de que la suspensión de Venezuela en el Mercosur llegue a su fin con un cambio político en el país sudamericano.

“Esperamos ver pronto a Edmundo González en esta mesa, construyendo oportunidades para el pueblo venezolano. Sin democracia, la gente paga el precio. Siempre estaremos del lado de la libertad”, afirmó el mandatario panameño en sus declaraciones oficiales. Mulino recordó que las actas de las elecciones venezolanas del 28 de julio de 2024, que la oposición considera favorables a González Urrutia, están bajo custodia en el Banco Nacional de Panamá. El presidente panameño expresó su deseo de entregar personalmente estos documentos a González Urrutia “con un abrazo”, una vez que asuma el poder en una Venezuela democrática.

La situación de Venezuela en el Mercosur se remonta a 2016, cuando el país fue suspendido por incumplir obligaciones democráticas establecidas por el bloque. Esta suspensión se agravó en 2017, tras la instalación de la Asamblea Nacional Constituyente, un órgano compuesto únicamente por representantes afines al régimen de Nicolás Maduro, lo que el Mercosur consideró una “grave ruptura del orden democrático”. Desde entonces, Venezuela permanece excluida de la mesa de negociaciones y su situación ha sido motivo de debate recurrente en las cumbres del bloque.

Read more!

Por su parte, este sábado seis países latinoamericanos —Argentina, Paraguay, Panamá, Bolivia, Ecuador y Perúfirmaron una declaración conjunta en la que exigieron al régimen de Maduro el restablecimiento del orden democrático “por medios pacíficos” y el respeto irrestricto a los derechos humanos. El documento, difundido por el gobierno paraguayo, también instó a la liberación inmediata de los presos políticos y a la garantía del debido proceso legal para todos los ciudadanos privados de libertad por motivos políticos. La declaración reflejó la profunda preocupación de estos países por la crisis migratoria, humanitaria y social que atraviesa Venezuela.

José Raúl Mulino recibió a Edmundo González Urrutia en enero de este año, en Ciudad de Panamá (REUTERS/Aris Martinez)

El presidente argentino, Javier Milei, adoptó una postura especialmente firme durante su intervención en la cumbre. Milei denunció que Venezuela “continúa padeciendo una crisis política, humanitaria y social devastadora” y calificó al gobierno de Nicolás Maduro como “una dictadura atroz e inhumana”. El mandatario argentino respaldó la presión internacional ejercida por Estados Unidos y Donald Trump sobre el régimen chavista, y llamó a los países del Mercosur a “condenar tajantemente este experimento autoritario”. Además, exigió la liberación de todos los presos políticos y reclamó la libertad del ciudadano argentino Nahuel Gallo, detenido en Venezuela.

En su discurso, Milei también abordó la necesidad de una reforma institucional en el Mercosur, criticó la burocracia interna del bloque y defendió la flexibilización comercial como vía para el crecimiento regional. El presidente argentino subrayó que la integración debe estar al servicio del comercio y no de la burocracia, y advirtió que la rigidez podría condenar al bloque al estancamiento.

El discurso de Javier Milei en el Mercosur

La declaración conjunta sobre Venezuela no contó con el respaldo de Brasil ni de Uruguay, lo que evidenció las divisiones internas dentro del Mercosur respecto a la estrategia a seguir frente a la crisis venezolana. El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, rechazó la posibilidad de una intervención militar en Venezuela y advirtió que una acción de ese tipo sería una catástrofe para Sudamérica. Uruguay, por su parte, tampoco suscribió el documento, lo que dejó en claro la falta de consenso en el bloque sobre cómo abordar la situación en el país caribeño.

En paralelo a los debates de la cumbre, Estados Unidos interceptó y confiscó un buque petrolero frente a las costas de Venezuela. Esta operación, enmarcada en la aplicación de sanciones internacionales, refuerza la presión de Washington sobre el régimen de Maduro y su control de actividades marítimas consideradas ilícitas.

El futuro del Mercosur y su papel en la región se presenta como un desafío abierto, en un contexto de crisis política y humanitaria en Venezuela y de tensiones internas en el bloque. La definición sobre si el Mercosur será un motor de desarrollo o un obstáculo para el avance regional sigue siendo una cuestión central para los líderes sudamericanos.

Read more!