Los riesgos ocultos de los tatuajes: cómo la tinta puede afectar la salud a largo plazo, según los expertos

Investigaciones recientes advierten que los pigmentos pueden migrar desde la piel hacia los ganglios linfáticos, permanecer en el organismo durante años y desencadenar procesos inflamatorios. Qué tener en cuenta

La tinta de tatuaje puede alterar la respuesta inmunitaria, según estudios científicos recientes (Imagen ilustrativa Infobae)

Los tatuajes se han consolidado como una de las formas de expresión personal más populares y permanentes en la actualidad, con millones de personas en todo el mundo que optan por llevar tinta en la piel. Esta tendencia creciente ha impulsado a la comunidad científica a investigar los posibles riesgos para la salud asociados a los productos utilizados en estos procedimientos.

Un conjunto de estudios recientes advierte que la tinta de tatuaje puede acumularse en el cuerpo y alterar el funcionamiento del sistema inmunitario, según las Actas de la Academia Nacional de Ciencias, BMC Public Health y Nature.

El auge se refleja en cifras que sitúan entre el 30% y el 40% la proporción de personas tatuadas en Europa y Estados Unidos, de acuerdo con datos citados por los investigadores. Esta práctica, que ha pasado a ser masiva, se caracteriza por la permanencia de la tinta en la piel durante toda la vida. Sin embargo, los ensayos científicos recientes han revelado que no solo permanece en la piel, sino que puede migrar a otras partes del cuerpo.

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Efectos de la tinta en el sistema inmunitario

El hallazgo central de la investigación indica que la tinta de los tatuajes se acumula en los ganglios linfáticos y puede permanecer allí de forma indefinida, incluso si es eliminado de la piel, según afirmo Santiago González, docente de la Universidad de Lugano, Suiza.

Gran parte de la población opta por tatuarse el cuerpo (Imagen Ilustrativa Infobae)

Este fenómeno fue observado tanto en experimentos con ratones como en análisis de tejidos humanos. Los investigadores utilizaron productos comerciales de diferentes colores y constataron que, tras la aplicación, los pigmentos viajaban rápidamente a través de los vasos linfáticos y se depositaban en los filtros del cuerpo, donde quedaban almacenados en células inmunitarias especializadas.

La acumulación en los ganglios desencadena una respuesta inflamatoria persistente. Según las Actas de la Academia Nacional de Ciencias, los macrófagos (células encargadas de eliminar residuos y patógenos) la capturan, lo que provoca una inflamación aguda que puede transformarse en inflamación crónica.

En los experimentos con ratones, estos órganos presentaron niveles de marcadores inflamatorios hasta cinco veces superiores a los normales dos meses después de la aplicación del tatuaje. Este proceso, que involucra la muerte y reemplazo continuo de las células saturadas de tinta, genera un ciclo de inflamación que puede mantenerse mucho tiempo después de la cicatrización de la piel.

Otros riesgos para el cuerpo

La preocupación por los efectos sistémicos se refuerza con estudios epidemiológicos recientes. BMC Public Health reportó que el riesgo de linfomas podría triplicarse en personas con tatuajes grandes en comparación con quienes no los tienen.

El auge de los tatuajes impulsa la revisión de políticas de salud pública y regulaciones sobre la seguridad de las tintas utilizadas (Imagen Ilustrativa Infobae)

Además, Christel Nielsen, de la Universidad de Lund, vinculó en la investigación el aumento de casos de melanoma en personas tatuadas con la inflamación persistente en los ganglios linfáticos: “Este estudio proporciona pruebas convincentes de que, efectivamente, es así”, mencionó a Nature.

A pesar de la magnitud de estos hallazgos, los expertos insisten en la necesidad de cautela al extrapolar los resultados obtenidos en ratones a los humanos, debido a las diferencias en la estructura de la piel.

Michael Giulbudagian, del Instituto Federal Alemán de Evaluación de Riesgos, subrayó a la revista: “Es necesario profundizar en la investigación para determinar la relevancia de estos efectos tras la cicatrización completa en humanos”. Los investigadores coinciden en que aún quedan interrogantes por resolver sobre el impacto real en la salud humana.

El equipo internacional de investigadores concluyó en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias que la expansión de los tatuajes en la sociedad exige una revisión de las políticas de salud pública y de los marcos regulatorios que rigen la seguridad de las tintas utilizadas, con el objetivo de proteger a una población cada vez más expuesta a estos riesgos potenciales.

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