Flexibilidad mental: el secreto para evitar el desgaste de perseguir objetivos inalcanzables y proteger el bienestar

Personas que logran redefinir sus prioridades y explorar nuevas metas experimentan beneficios que desafían ideas tradicionales sobre éxito, según expertos en neurociencia y psicología de la conducta actuales

El sesgo del costo hundido dificulta abandonar proyectos, generando crisis de inacción y conflicto emocional. (Imagen Ilustrativa Infobae)

La idea de que abandonar metas puede ser tan valiosa como persistir en ellas, gana terreno en la ciencia y la cultura, al desafiar décadas de glorificación de la perseverancia.

Investigaciones recopiladas por New Scientist evidencian que saber cuándo dejar de lado objetivos poco realistas o insatisfactorios no solo libera de la culpa, sino que también mejora la salud física y mental. Este giro de perspectiva pone en cuestión el tradicional “hustle mentality” y propone una visión más flexible y saludable del éxito personal.

La persistencia como virtud y su cuestionamiento

Durante años, la cultura occidental exaltó la determinación como virtud esencial. Frases como “los ganadores nunca se rinden” marcaron generaciones, y figuras como Samuel Smiles, con su libro “Self-Help” de 1859, establecieron que la autodisciplina y la persistencia son clave para el progreso.

Read more!

Kentaro Fujita, psicólogo de la Universidad Estatal de Ohio, lo resumió: “Valoramos mucho a las personas que tienen metas, y no nos gustan quienes las abandonan. Nuestros héroes nunca son los que se rindieron y cambiaron de rumbo, sino quienes persistieron tenazmente”, señaló Fujita, según New Scientist.

Centrarse en vínculos y experiencias satisfactorias, como el apoyo de amigos y familiares, ayuda a redirigir metas personales sin culpas, diversos estudios demuestran que reorientar los esfuerzos hacia nuevas actividades genera mayor bienestar y plenitud vital. (Imagen Ilustrativa Infobae)

El auge de la crítica al “grindset” y los riesgos de la perseverancia excesiva

Tras la pandemia y con el auge de las redes sociales, crecieron las críticas hacia la autoexigencia y el “grindset”, término que el diccionario de Merriam-Webster ya incorpora. Este escepticismo coincide con una oleada de estudios que demuestran los riesgos de la persistencia excesiva y los beneficios de abandonar a tiempo.

Carsten Wrosch, de la Universidad Concordia en Montreal, fue pionero en explorar el lado menos conocido de la perseverancia. Inspirado por su investigación sobre personas que enfrentaban rupturas sentimentales en la madurez, observó que quienes reorientaban sus objetivos hacia nuevas metas, como fortalecer amistades, experimentaban mayor bienestar que quienes se mantenían aferrados a sus expectativas originales.

Las claves de la capacidad de ajuste de metas

Wrosch desarrolló la Goal Adjustment Scale (GAS), una herramienta que mide la capacidad de una persona para desvincularse de metas ineficaces y comprometerse con nuevos propósitos. Personas con altas puntuaciones en ambas dimensiones —desvinculación y reorientación— reportan mayor satisfacción vital y menor ansiedad.

Un estudio publicado en 2024 confirmó que esta flexibilidad reduce la probabilidad de experimentar ansiedad. Además, una mayor tendencia a abandonar metas poco realistas se asocia con menor aparición de dolencias físicas, como dolores de cabeza, estreñimiento y eccema, e incluso con menor riesgo de infecciones.

Aprender a soltar objetivos que ya no sirve se trduce en una sensación de liberación (Imagen Ilustrativa Infobae)

Un análisis de seis años con adultos mayores en Montreal reveló que los participantes con mayor capacidad de desvinculación presentaron menos resfriados, en relación con menores niveles de angustia emocional.

Consecuencias biológicas de la obstinación

La persistencia excesiva repercute también en la biología. Wrosch y Michael Scheier, de la Universidad Carnegie Mellon, hallaron que quienes tienen dificultades para dejar atrás objetivos insatisfactorios muestran más cortisol —la hormona del estrés— y proteínas inflamatorias como la C-reactiva, con mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas a largo plazo.

“No decimos que la persistencia no sea importante”, aclaró Wrosch en New Scientist, “pero hay circunstancias en las que insistir solo conduce a la acumulación de fracasos y consecuencias emocionales y biológicas negativas”.

El autocontrol de abandonar

El propio Fujita, tradicional defensor de la perseverancia, admite que abandonar una meta puede requerir tanto autocontrol como sostenerla. “Creo que a menudo se necesita tanto autocontrol para rendirse como para seguir adelante”, afirmó Fujita en New Scientist.

Cerrar un ciclo y abrir otro es fundamental, los especialistas explican que encontrar un nuevo propósito tras abandonar una meta poco realista ayuda a recuperar el sentido de logro, la motivación y el compromiso con nuevos proyectos que aportan satisfacción real. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Uno de los principales obstáculos para dejar metas es el sesgo del costo hundido, esa resistencia a abandonar proyectos en los que ya se ha invertido mucho. Esto puede originar una “crisis de inacción”, un periodo de conflicto y duda en el que la persona ni avanza ni se desvincula.

Anne Holding, de la Universidad de Nueva York, mostró que cuando la decisión de abandonar es autónoma —por ejemplo, porque la meta ya no coincide con los valores personales—, el riesgo de quedar atrapado en esa crisis disminuye notablemente.

Herramientas y estrategias para abandonar metas

La Goal Adjustment Scale ofrece herramientas prácticas para evaluar el equilibrio entre tenacidad y flexibilidad. Esta escala invita a imaginar la renuncia forzada a una meta importante y a valorar afirmaciones como “me resulta fácil dejar de pensar en la meta y soltarla” o “busco otros objetivos significativos”.

Perseverar en objetivos perdidos puede ser perjudicial pra nuestra slud física y mental (Imagen Ilustrativa Infobae)

Las dos primeras frases miden la capacidad de desvinculación; las otras dos, la habilidad para reengancharse. Puntajes altos en ambas subescalas indican flexibilidad y bienestar físico y mental, según New Scientist.

Más allá de la evaluación, existen estrategias para gestionar el abandono de objetivos. El goal shifting consiste en identificar el propósito de la meta original y buscarlo en otra actividad. Por ejemplo, quien deja un deporte de equipo puede buscar la misma conexión social en otro contexto menos demandante.

El goal shielding implica proteger el nuevo objetivo, reforzando la idea de que el sacrificio anterior responde a una causa mayor. La evidencia muestra que quienes aplican estas estrategias logran mejores resultados en sus nuevos proyectos que quienes intentan mantener metas en conflicto.

El arte de posponer metas

El autocuidado y la salud emocional pueden fortalecerse al dejar atrás metas laborales o personales que generan estrés, abandonar objetivos insatisfactorios permite disfrutar más del presente y reduce el riesgo de dolencias físicas asociadas a la ansiedad. (Imagen Ilustrativa Infobae)

En ocasiones, no es necesario abandonar una meta de forma definitiva. El goal shelving, o posponer temporalmente un objetivo, puede aliviar la carga emocional sin generar el arrepentimiento que a veces acompaña al abandono total. Zita Mayer, psicóloga de la Universidad de Zúrich, comparte su experiencia: tras años dedicados al violín en su infancia, ahora prioriza su carrera científica, pero espera retomar la música.

“Posponer esa meta me permite seguir identificándome como música, una identidad social que valoro mucho”, explicó Mayer en New Scientist. Sin embargo, advierte que las metas pospuestas pueden perder atractivo, lo que podría generar arrepentimiento. Para evitarlo, recomienda establecer reglas concretas para revisar la decisión en el futuro, como fijar una fecha significativa para reconsiderar el objetivo.

Aprender a dejar ir

A pesar de estas herramientas, decidir cuándo y cómo abandonar una meta sigue siendo un reto. Fujita considera que alcanzar el equilibrio adecuado requiere autoconocimiento y reflexión, y sugiere tomar distancia o imaginarse en el futuro para ganar perspectiva. La autora del artículo en New Scientist relata que, al aplicar estos enfoques, identificó los objetivos que aportaban verdadera satisfacción y cuáles podía dejar atrás sin remordimientos.

Aunque no siempre se logran todas las metas, aprender a abandonar de manera productiva puede dar paso a una vida más saludable y satisfactoria.

Read more!