Durante los meses de temperaturas extremas, el aire acondicionado es la solución para tener un buen clima en casa. Sin embargo, el impacto de su consumo energético puede dispararse de manera considerable según el lugar donde se instale el aparato.
Elegir la ubicación errónea no solo incrementa el gasto en la factura eléctrica, sino que también reduce la eficacia del sistema y puede acortar la vida útil del equipo. Por ello, conocer los mejores y peores lugares para instalar el aire acondicionado resulta fundamental para quienes desean optimizar su rendimiento y mantener el confort en la vivienda.
El lugar donde nunca se debe ubicar el aire acondicionado
Una de las zonas de la casa donde nunca se debe colocar el aire acondicionado es la cocina. En este espacio, el aparato se enfrenta a una carga térmica muy superior a la de otras habitaciones.
Electrodomésticos como el horno, la estufa y el microondas generan calor de manera constante. La humedad procedente de la cocción también afecta el rendimiento del equipo, ya que obliga al sistema a trabajar más para mantener la temperatura deseada. Como resultado, el consumo energético se eleva y el desgaste del equipo se acelera.
Además, la cocina presenta un entorno poco favorable para la distribución uniforme del aire. La presencia de muebles altos y electrodomésticos interfiere en el flujo del aire fresco, lo que dificulta que la estancia alcance una temperatura homogénea.
El extractor de aire, habitual en la mayoría de las cocinas, puede expulsar el aire frío generado por el aparato, anulando así parte del esfuerzo del sistema y provocando un gasto energético innecesario.
Otro error frecuente es instalar el aire acondicionado en lugares cercanos a ventanas o en paredes expuestas al sol durante la mayor parte del día. En estas ubicaciones, el aparato debe compensar la entrada de calor proveniente del exterior.
Las ventanas suelen permitir la filtración de aire caliente, lo que incrementa la carga térmica en la habitación. A su vez, las paredes soleadas absorben calor y lo transmiten al interior, lo que obliga al sistema de climatización a funcionar de manera continua y con mayor intensidad.
Este tipo de situaciones puede incrementar notablemente el consumo energético y dificultar el mantenimiento de una temperatura confortable en el hogar.
Colocar el aire acondicionado en pasillos tampoco resulta recomendable. Si bien puede parecer una solución ante la falta de espacio en otras habitaciones, en la práctica el aparato no logra enfriar de manera eficiente las estancias adyacentes.
La distribución del aire se ve limitada y para que las habitaciones alcancen una temperatura adecuada, se debe forzar el equipo a un rendimiento mayor. Esta estrategia, lejos de ser eficiente, termina por aumentar el gasto energético y reducir la vida útil del sistema.
Cuál es el sitio ideal para instalar el aire acondicionado
Para lograr el máximo rendimiento del aire acondicionado y garantizar un consumo energético responsable, la ubicación del equipo debe responder a ciertos criterios básicos.
Los especialistas recomiendan instalar la unidad interior en la parte más alta de la habitación, preferentemente en una pared interna y alejada de ventanas o superficies expuestas al sol. Esta posición favorece que el aire frío descienda y se distribuya de manera uniforme por toda la estancia.
Asimismo, conviene ubicar el aparato de modo que el flujo de aire no incida directamente sobre las personas. Se sugiere instalar los dispositivos sobre zonas donde se permanece quieto, como el sofá en el salón o el cabecero de la cama en el dormitorio.
En habitaciones de forma alargada, es conveniente colocar el equipo en el lado más largo para que el aire recorra toda la estancia. Si la distribución del mobiliario impide una ubicación ideal, una alternativa aceptable consiste en colocar el aparato sobre la puerta, siempre y cuando se garantice que el flujo de aire no impacte directamente en quienes transitan por la habitación.
Para optimizar el rendimiento en viviendas con varias estancias, la recomendación es instalar el aire acondicionado en los espacios donde se pasa más tiempo, como el salón, los dormitorios o el despacho.