La decoración navideña y el uso intensivo de electrodomésticos durante diciembre pueden provocar un aumento significativo en el consumo de energía en los hogares si no se adoptan medidas de eficiencia, especialmente en lo relacionado con la iluminación y los hábitos de uso diario. Expertos advierten que un error común al elegir y utilizar las luces decorativas, junto con prácticas poco eficientes en la cocina y el hogar, se refleja directamente en facturas eléctricas más altas tras las fiestas.
La Navidad es una de las celebraciones más importantes del año en gran parte del mundo. Más allá de su significado religioso, diciembre se caracteriza por tradiciones profundamente arraigadas, como el intercambio de regalos, las reuniones familiares y la decoración de casas, calles y espacios públicos. Árboles iluminados, guirnaldas, pesebres y fachadas cubiertas de luces forman parte del paisaje típico del último mes del año, creando un ambiente festivo que, sin embargo, puede tener un impacto directo en el consumo energético.
Uno de los aspectos que suele pasar desapercibido al momento de decorar los hogares es el tipo de iluminación que se utiliza. Las luces navideñas, tanto en interiores como en exteriores, suelen permanecer encendidas durante varias horas al día e incluso toda la noche. Aunque en la actualidad muchas de estas guirnaldas incorporan tecnología LED, el consumo acumulado puede ser considerable si no se controla el tiempo de uso o si se combinan con sistemas de iluminación poco eficientes.
De acuerdo a diferentes especialistas, el problema se agrava cuando se utilizan luces antiguas que no cumplen con los estándares actuales de eficiencia energética. Este tipo de iluminación obsoleta puede desperdiciar hasta el 90 % de la energía en forma de calor, lo que incrementa notablemente el gasto eléctrico, sobre todo cuando se instalan varias guirnaldas y se mantienen encendidas durante periodos prolongados.
En contraste, las luces LED modernas ofrecen una alternativa más eficiente y segura. Este tipo de iluminación puede proporcionar el mismo nivel de luminosidad con un consumo mucho menor, de apenas unos cinco vatios por guirnalda, lo que permite reducir hasta en un 80 % el consumo de energía en comparación con sistemas tradicionales. Además, las luces LED generan muy poco calor, lo que disminuye el riesgo de accidentes, especialmente cuando están en contacto con materiales inflamables como cortinas, papel decorativo o elementos del árbol de Navidad.
Sin embargo, la iluminación no es el único factor que incide en el aumento del consumo energético durante las fiestas. El uso intensivo de electrodomésticos también juega un papel clave. En particular, el horno es uno de los aparatos que más energía demanda en el hogar durante esta época, debido a la preparación de cenas y reuniones familiares. Abrir la puerta del horno con frecuencia para revisar la cocción provoca una pérdida de temperatura que obliga al electrodoméstico a trabajar a máxima potencia para recuperar el calor, incrementando así el gasto eléctrico.
Para reducir este impacto, los especialistas recomiendan controlar la cocción a través de la luz interior del horno en lugar de abrir la puerta constantemente, aprovechar el calor residual apagándolo unos minutos antes de finalizar la preparación y organizar la cocina para cocinar varios platos de manera consecutiva, optimizando así el uso de la energía.
Otros hábitos cotidianos también influyen en el consumo durante diciembre. Mantener luces encendidas innecesariamente, dejar aparatos conectados sin estar en uso o no desconectar dispositivos en modo de espera contribuye a un gasto energético mayor. Aunque estas acciones pueden parecer insignificantes de forma individual, su efecto acumulado a lo largo del mes se refleja en un aumento considerable en la factura de electricidad.
Frente a este escenario, adoptar prácticas responsables se presenta como una alternativa clave para disfrutar de la Navidad sin que el impacto económico se convierta en una preocupación. Elegir iluminación eficiente, limitar los horarios en los que las luces decorativas permanecen encendidas, optimizar el uso de electrodomésticos y fomentar hábitos de ahorro energético permiten mantener el espíritu festivo sin comprometer el presupuesto del hogar.