Uno de los policías presos por matar a Blas Correas había sido acusado de encubrir a un violador serial

Se trata del efectivo Lucas Gómez. En su momento la causa fue elevada a juicio pero logró aliviar su situación y volver a la fuerza. Hoy está detenido por el crimen del chico de 17 años ocurrido en las calles cordobesas

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Blas Correas tenía 17 años
Blas Correas tenía 17 años

El cabo primero Lucas Gómez (35), integrante de la policía de Córdoba, está detenido y acusado de ser uno de los efectivos que le dispararon y asesinaron a Blas Correas, el adolescente de 17 años que recibió un tiro en la espalda tras evadir un control vehicular junto a sus amigos en la capital provincial.

Pero no será la primera vez que este efectivo deberá enfrentar un proceso legal de gran magnitud. Gómez fue imputado en 2018 como presunto encubridor de Leandro Castañares, un violador serial de la localidad cordobesa de La Calera que fue condenado a 15 años de cárcel. De acuerdo con el diario La Voz del Interior, en medio de esa investigación, la fiscal Ingrid Vago detectó una supuesta cadena policial de encubrimiento.

En septiembre de 2018, el fiscal Tomás Casas, quien quedó a cargo de la investigación por encubrimiento, elevó a juicio la acusación contra los cuatro agentes involucrados: Diego Busto, Gabriel Miranda Ércoli, Daniel Vigil y el cabo Gómez.

Sin embargo, Gómez nunca llegó a ser juzgado y la sentencia de ese caso todavía no fue resuelta. Lo cierto es que de los cuatro acusados, el único que pudo volver a la fuerza fue el cabo que hoy está señalado en el crimen de Blas. En el Tribunal de Conducta Policial (TCP), levantaron su situación pasiva, mientras que el resto de los imputados no pudo volver.

Blas junto a sus hermanos y su mamá (Facebook)
Blas junto a sus hermanos y su mamá (Facebook)

Según el diario cordobés, Gómez demostró finalmente que él no había encubierto al violador serial porque en el operativo que está bajo sospecha había sido asignado por un superior a otra función. Así lo confirmó el (TCP) al propio medio. “Fue una decisión administrativa. Si en la Justicia aparen elementos para imputarlo en ese caso, la causa administrativa se retoma”, indicó la titular del organismo, Ana María Becerra.

Habló la mamá de Blas

Soledad Laciar, la madre del chico asesinado, concedió una entrevista a Cadena 3 y dijo que pese a lo que le pasó, “decidió no llenarse odio porque eso no le devolverá a su hijo”. En ese sentido aseguró que confía en la justicia y que lo más importante es que no se repitan más casos como el de Blas.

En ese sentido, defendió a los otros jóvenes que viajaban con Blas en el Fiat Argo y sostuvo: “Qué nos pasa a todos que cuando vemos a la Policía nos paralizamos. “A todos los que viajaban con Blas los conozco desde chicos, compartí con ellos vacaciones, asados. Algunos eran amigos desde los cuatro años. Eran sus compañeros de colegio y chicos de bien”, manifestó la mujer y agregó: “Acá podría haber sido cualquiera de los cinco y no voy a permitir que se la agarren con ninguno, ni con mi hijo”.

El momento en que los amigos de Blas tratan de pedir ayuda frente a una clínica en Córdoba

Aseguró que no guarda rencor hacia nadie. “Si hago eso, en un año estoy enferma y dejo a mis hijos sin mamá. Lo he visto con gente cercana, tengo dos hijos más y llenarme de odio no va a hacer que Blas vuelva”, expresó. Señaló que no quiere que otra madre pase por esta situación, “ni que otro Blas indefenso se vaya del mundo de esta manera”.

“Hay que confiar y pensar que alguna vez las cosas tienen que ser, como tienen que ser. Ojalá que así sea”, finalizó.

Una muerte a centímetros

Cristóbal, uno de los amigos que viajaba junto en el Fiat Argo la madrugada del jueves, fue rozado por una bala policial tras el ataque perpetrado por los policías. Su abogado, Julio Herrera Martínez, dio detalles a la misma radio e indicó que es un “milagro” que su defendido haya salido con vida.

“Cuando comienzan los disparos, los chicos tienden a agacharse y es allí, cuando Cristóbal siente el zumbido de la bala, que ingresa por la capucha del buzo, que la tenía colocada. O sea, la bala pasó a centímetros de su cabeza. Es un milagro que hoy pueda contar esta historia”, comentó.

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