La vida en la cárcel de la mujer y su hija acusadas del crimen de las 185 puñaladas

Paola y su hija Milagros leen libros y hablan entre ellas separadas por una pared. Mientras tanto, sus vecinos del barrio y movimientos de izquierda piden por su liberación. La fiscal del caso se niega

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La marcha de esta tarde en José C. Paz en reclamo por la libertad de Paola y Milagros.
La marcha de esta tarde en José C. Paz en reclamo por la libertad de Paola y Milagros.

Está cada una en una celda individual en la alcaidía departamental número 3 de La Plata. Sólo pueden verse una hora por día. Se pasan casi todo el tiempo leyendo y escribiendo. Esperan la visita de su abogado con la esperanza de que llegue con novedades que, por ahora, no aparecen. Paola Córdoba y su hija Milagros llevan once días presas por haber asesinado de 185 puñaladas a Alberto Naiaretti, marido y padre de las acusadas respectivamente. Fue el pasado sábado 9 de marzo, luego de años de violencia de género extrema. Infobae accedió a los detalles de sus días en prisión.

"Están muy mal. Paola está muy preocupada por sus otros tres hijos que son chiquitos. Le preocupa que estén yendo al colegio y que estén lo más al margen posible de todo esto. Lo que me llama la atención es que Milagros, con sólo 18 años, y después de haber vivido lo que vivió es la que sostiene emocionalmente a la madre", señala Andrés López, uno de los defensores oficiales de las acusadas.

El viernes último, cerca de las 20 y luego de una extensa audiencia, el juez de garantías Rodolfo Brizuela firmó la "excarcelación extraordinaria" de ambas acusadas. La resolución lleva ese nombre porque la pena en expectativa que tiene el delito que cometieron, homicidio agravado por el vínculo, es muy alta: prisión perpetua. A pesar de la decisión del juez, en este tipo de casos excepcionales, luego de la rúbrica del magistrado, es obligación que se expida la fiscalía.

Cuatro días después la doctora Silvia Bazzani se opuso y ahora es la Cámara de Apelaciones la que deberá decidir. No hay un plazo para que tomen la decisión. Un detalle curioso: la fiscal estuvo ausente en la audiencia del viernes. Uno de los principales argumentos que expuso Bazzani tiene que ver con un posible entorpecimiento de la causa por parte de las dos mujeres. Es que, según consta en la apelación, Bazzani considera que podrían torcer el testimonio de sus vecinos en su favor. Además, en el escrito señala que es prematura la liberación cuando todavía hay medidas de prueba que no se llevaron a cabo.

Las hermanas de Paola frente a su casa tras el crimen (Enrique García Medina)
Las hermanas de Paola frente a su casa tras el crimen (Enrique García Medina)

Con respecto a torcer el testimonio de sus vecinos, quizás no lo necesiten. Cuando la morguera se llevó el cadáver de Naiaretti, buena parte del barrio se acercó a la vereda para aplaudir.

La alcaidía departamental N°3 de La Plata, donde Paola y Milagros se encuentran detenidas, se trata de un espacio conformado por 11 pabellones, uno femenino y diez masculinos, con una capacidad total de 300 plazas. "Tienen una actitud distinta a la mayoría de las mujeres que llegan acá. Son muy calladas, agradecen y piden perdón todo el tiempo. Te diría que son sumisas. Entendemos que todo eso es producto de los años horribles que vivieron", señaló una fuente del penal bonaerense.

Hasta ahora, ni las hermanas de Paola ni sus pequeños hijos pudieron ir a visitarlas. Según cuentan allegados a la familia, les es difícil viajar hasta La Plata en los días y horarios de visita especificados por la escasez de recursos con los que cuentan. Las únicas personas que se acercaron hasta ahora son los abogados y un grupo de antropólogas de La Plata que fueron a brindarles su apoyo y llevarles libros. Milagros pasa horas leyendo a la escritora chilena Isabel Allende y clásicos de la literatura juvenil como "La Historia Sin Fin" del escritor alemán Michael Ende, que fue la base para la clásica película de los años 80.

Las celdas que ocupan están una al lado de la otra. Si bien sólo se les permite verse una hora al día, el resto del tiempo conversan a través del paredón que las divide. Según cuentan en el penal, fueron muy bien recibidas y tratadas por sus compañeras de encierro, que evitan sacar el tema del homicidio cada vez que hablan con ellas.

Pancartas en casa: el apoyo del barrio. (Enrique García Medina)
Pancartas en casa: el apoyo del barrio. (Enrique García Medina)

Mientras la Justicia se toma su tiempo para decidir sobre la libertad de Paola y Milagros, los vecinos de su barrio en José C. Paz mantienen su reclamo por la libertad de las dos mujeres. Cerca del mediodía de hoy, un grupo de alrededor de 300 personas protestó frente a la sede del ministerio público fiscal de Malvinas Argentinas. Incluso se acercaron distintos partidos de izquierda, con la dirigente del MST Vilma Ripoll.

En lo que respecta a la causa, el expediente aún es muy delgado. En cuanto a declaraciones, sólo constan las dos indagatorias y las testimoniales de los policías que llegaron al lugar y de algunos peritos. Todavía no prestaron testimonios los vecinos, que ante los medios dicen haber visto un sinfín de maltratos por parte de Alberto Naiaretti, ni las hermanas de Paola, también considerados testigos clave por parte de la defensa.

Paola y Milagros tras sus detenciones.
Paola y Milagros tras sus detenciones.

Según se lee en los documentos del caso, existen un total de 7 denuncias por violencia de género realizadas por Paola desde el 2003 al 2018. En todas se dispusieron distintas medidas como restricciones perimetrales y exclusiones de hogar que nunca fueron cumplidas por Naiaretti.

Infobae accedió a una de esas denuncias. Data del 26 de abril del 2012 y expone el frenesí de violencia al que estuvieron sometidas las dos mujeres y el resto de la familia. En el acta policial se describe que, según sus propias palabras, Paola tuvo que abandonar el hogar por las reiteradas amenazas que recibía por parte de su marido: "No me cuesta nada matarte ni tirarte una botella de alcohol encima y prenderte fuego. Me las vas a pagar. Si tengo que matarte no me va a parar nadie. Ni la policía, ni tus hermanos ni nadie".

El juez en el que recayó esa denuncia fue el propio Rodolfo Brizuela. En esa oportunidad, no hizo nada.

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