Siguen los ataques a piedrazos contra automovilistas en zona oeste: vecinos de Luján reclaman medidas de seguridad

El pasado miércoles, Fernando del Canto volvía desde Capital Federal por Acceso Oeste cuando un ladrillazo que lanzaron desde el costado de la autopista impactó contra el parabrisas delantero de su vehículo. “Si lo atravesaba, me arrancaba la cabeza”, aseguró

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Vecinos de Luján en alerta por piedrazos a automovilistas en Acceso Oeste

Los vecinos de la ciudad bonaerense de Luján exigen medidas de seguridad urgentes frente a los reiterados ataques a piedrazos que suelen sufrir los automovilistas mientras circulan por el Acceso Oeste, tal como le ocurrió, entre tantos otros, a un chofer de la línea 57 de colectivos en junio del año pasado.

Ahora, la víctima fue Fernando del Canto, quien el miércoles pasado fue atacado con un ladrillazo cuando circulaba por el carril lento de la autopista. Afortunadamente, el impacto sólo dañó el parabrisas delantero y no provocó heridas al conductor ni a su hijo de 17 años, que viajaba en el asiento del acompañante.

“El miércoles volvía de Capital Federal, tipo 20.10. Venía por Acceso Oeste, agarramos la parte nueva de la autopista hacia Luján. Pasando la universidad, donde está el puente de las vías, ese sector está todo iluminado. Después la ruta hace como una curva y ahí deja de haber luz. Hicimos unos 200 metros con mi hijo y veo que vuela un ladrillo de entre los yuyos para el parabrisas”, contó Del Canto este viernes, en diálogo con el portal de noticias DatoPosta.

Sorprendido por el proyectil arrojado desde el costado de la traza, el hombre ensayó una improvisada reacción para evitar que el ladrillazo impactara en su rostro. “Lo único que atiné a hacer fue agarrar el volante con una mano y con la otra me tapé la cara. Estalló el parabrisas y mi hijo se asustó mucho”, dijo.

Afortunadamente, el ladrillo no atravesó el parabrisas y tanto Fernando del Canto como su hijo de 17 años salieron ilesos del ataque.
Afortunadamente, el ladrillo no atravesó el parabrisas y tanto Fernando del Canto como su hijo de 17 años salieron ilesos del ataque.

“Tuvimos la suerte que no veníamos rápido y que el ladrillo no atravesó el parabrisas, porque si no me arrancaba la cabeza”, subrayó Fernando durante la entrevista radial. Y sobre las sensaciones de su hjo, contó que “se pegó un susto tremendo porque él no vio la piedra. Por suerte no le entraron astillas en los ojos. Le pregunté si estaba bien y seguimos. Pero hoy tenemos que viajar, y no quiere viajar”.

Luego del violento episodio, del cual dio cuenta a través de un posteo de Facebook en el que compartió imágenes de los daños sufridos en su vehículo, Fernando dialogó con otros vecinos y con gente del peaje, y constató que ese mismo día se habían producido otros ataques similares. “Contando la situación, me enteré que ese mismo día hubo varios episodios similares a la misma altura y un poquito más adelante también”, señaló.

Ante la evidente falta de seguridad en el Acceso Oeste, Fernando solicitó mayor presencia policial en la zona: “Van a tener que arremangarse un poquito y tomar medidas. Cuidar un poquito más a la gente, nada más”.

En efecto, este tipo de ataques a los conductores que circulan por el Acceso Oeste en cercanías a la ciudad de Luján son moneda corriente. Sin ir más lejos, el 21 de julio pasado, un chofer de la línea 57, de la empresa Atlántida, sufrió una brutal agresión y debió ser hospitalizado.

El hombre, de 53 años, resultó herido tras recibir el impacto de una piedra que traspasó el parabrisas y le golpeó la cabeza. Para solidarizarse con la víctima, sus compañeros iniciaron un paro y cortaron los principales accesos a la ciudad de Luján para reclamar medidas de prevención.

Según informó el sitio Luján Hoy, Daniel Córdoba se trasladaba por el Acceso Oeste, en dirección a la Terminal de Ómnibus, cuando recibió un piedrazo entre los puentes Libertad y Beschtedt, a la altura del barrio Ameghino. El hombre no iba manejando, sino sentado como pasajero junto con varios de los choferes de la Línea 57: iban en sentido a la ciudad de Luján para tomar el servicio y dar comienzo a su jornada laboral.

“No es la primera vez que sucede algo así: esto se repite dos o tres veces por semana. Hoy fue un compañero, pero podría haber sido un pasajero”, decía uno de los delegados de la Línea 57, Rubén Lobo, en diálogo con TN.

A juzgar por la evidencia, nada se hizo desde entonces para evitar estas agresiones.

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