El “ojo de fuego” en el Golfo de México, una muestra del daño de las petroleras en el océano

El siniestro coincidió con la audiencia pública convocada por el Ministerio de Ambiente para otorgar en concesión tres áreas a pocos kilómetros de las costas de Mar del Plata a las empresas que quieren buscar petróleo y gas en el lecho marino

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La plataforma pertenece al Activo Integral de Producción Ku Maloob Zaap (Foto: captura de pantalla de video de Facebook "Faustino Suárez").
La plataforma pertenece al Activo Integral de Producción Ku Maloob Zaap (Foto: captura de pantalla de video de Facebook "Faustino Suárez").

Un “ojo de fuego” en el mar, en el Golfo de México, dejó ayer sin palabras a millones de personas que veían la imagen multiplicarse en sus televisores y en sus dispositivos móviles. Se trató de una fuga en una plataforma petrolera de la estatal Pemex. Demandó horas y varios equipos controlar la situación e incluso no se sabe si cesó completamente. No se registraron muertes humanas, sin embargo, el daño ambiental aún es incalculable.

“En plena audiencia pública convocada por el Ministerio de Ambiente de la Nación para debatir sobre la expansión de la frontera petrolera en la plataforma continental, se produce una terrible explosión a escasos metros de una plataforma petrolera en el Golfo de México. Para colmo, la empresa responsable de este desastre ambiental es de gestión pública y estatal, conocida como Petróleos Mexicanos (Pemex, semejante a nuestra YPF)”, dijo a Infobae Rafael Colombo, de la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas.

No creo que haya una advertencia más oportuna y más contundente sobre lo que puede ocurrir en el mar argentino si las autoridades deciden finalmente aprobar estos permisos de perforación petrolera y favorecer a un puñado de corporaciones extranjeras. Estamos en la antesala de un auténtico crimen contra la naturaleza. Las autoridades que avalen estos permisos deben saber que están autorizando la perpetración de un auténtico ecocidio”, advirtió.

El fuego se produjo tras una fuga de gas en un ducto de Pemex, a unos 150 metros de la plataforma satélite KU-C del complejo petrolero Ku-Maloob-Zaap (KMZ) de la empresa. De acuerdo con la compañía estatal, el fuego fue extinguido luego de poco más de cinco horas y luego se restableció la operación de la plataforma. “El incidente fue atendido de inmediato al activarse los protocolos de seguridad y con el acompañamiento de embarcaciones cercanas de contraincendio como Isla Santa Cruz, Bahía de Campeche y Bourbon Alienor”, informó Pemex en un comunicado. En un evento más tarde, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que se realizará una investigación para determinar las causas del incidente.

La compañía indicó que buzos expertos en control de siniestros bajarán para la reparación y cierre de válvulas ubicadas a 78 metros de profundidad. El complejo Ku-Maloob-Zaap aporta más del 40% de los 1,68 millones de barriles diarios de crudo de Pemex.

Mediante un comunicado, Greenpeace internacional consideró que dicho accidente refleja los riesgos que conlleva el modelo energético basado en combustibles fósiles.

Incendio en el Pozo Ixtoc-I (Foto: Centro Nacional de Prevención de Desastres).
Incendio en el Pozo Ixtoc-I (Foto: Centro Nacional de Prevención de Desastres).

“Como parte del modelo extractivista de combustibles fósiles, estos son los riesgos que enfrentamos a diario y que llaman a cambiar ya el modelo energético”, aseguró Gustavo Ampugnani, director ejecutivo de Greenpeace México.

“Es una muestra más de cómo opera la industria. Que dice que todo es totalmente seguro y luego ni siquiera saben cómo controlarlo. Después, cuando ocurren los accidentes tampoco se pronuncian públicamente. Y queda claro no sólo que los daños son incontrolables, sino que las consecuencias son irreversibles”, agregó a Infobae Luisina Vueso, coordinadora de la campaña de Océanos de Greenpeace Argentina.

En abril pasado se cumplieron 11 años de la explosión de la plataforma petrolífera ‘Deepwater Horizon’ en el Golfo de México. La rotura del pozo Macondo, perforado a 1.500 metros de profundidad, origen del incendio, causó la muerte de 11 trabajadores de la multinacional propietaria British Petroleum. Dejó un derrame de 4,9 millones de barriles de crudo, unos 795 millones de litros, que tardó en contenerse 87 días e inició una catástrofe ambiental que persiste.

Por ese accidente de 2010, hoy siguen en grave peligro los delfines, muchos enfermos o con dificultades pulmonares (55%), con estrés (43%) o sufriendo bajo peso (entre 25% y 19%). Así lo indica un informe del Programa de Restauración del Golfo de México de la National Wildlife Federation (Federación Nacional para la Vida Silvestre) que sostiene que las tortugas, el 20% de las hembras loras murieron debido al vertido, así como las aves, de las cuales casi un millón dejaron de existir (un 12% de pelícanos cafés y un 32% de gaviotas reidoras americanas). “La naturaleza sigue dañada en la zona, con complicaciones para seguir su curso, porque se calcula que ‘miles de millones’ de animales murieron o quedaron lesionados por el petróleo”, indica el reporte.

Colombo recuerda que hubo otros dos grandes accidentes en plataformas petroleras: en 1983, la instalación off shore Nowruz del Golfo Pérsico derramó 840.000 toneladas de crudo. Y, en 1979, la plataforma off shore Ixtox, Península de Yucatán, México dejó 760.000 toneladas de crudo en el mar.

“Comparado con esto parece insignificante el accidente del buque tanque Exxon Valdez, en Alaska,1989 con 42.000 toneladas que contaminaron 1.160 km. de costa y 2.000 km2 de mar y murieron millones de animales”, dijo el abogado.

Audiencia pública

El accidente del fuego en el mar ocurrió durante la audiencia pública convocada por el Ministerio de Ambiente de la Nación para otorgar en concesión tres áreas a pocos kilómetros de las costas de Mar del Plata a las empresas Equinor (Noruega), Shell, Total (Francia), BP (la de Deep Water Horizon) que junto a YPF quieren buscar petróleo y gas en el lecho marino.

Desde hace 20 años se hacen prospecciones en el mar argentino ya que, se cree, que podría tener, como el lecho del continente africano, riqueza fósil. Agustina Iwan, becaria del Conicet y participante de la audiencia, denunció un “hermetismo profundo” para evitar difundir los documentos y estudios de impacto ambiental.Así lo consignó la pyblicación 0223, que recolectó testimonios de ciudadanos de La Feliz. La marplatense también consideró que la “construcción narrativa” de Equinor y de las autoridades del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible pone en evidencia “discursos contradictorios”, al entender que es “incoherente” apoyar la exploración sísmica y defender un modelo de extracción de hidrocarburos al tiempo que se brega por una lucha contra el cambio climático.

¿Qué pasa cuando hacen prospecciones? Ensordecen la fauna. La desorientan. La matan. Esos seres son muy sensibles a la contaminación acústica, que se puede sentir a 4000 km. La contaminación, directamente es imposible de limpiar.

Daniel Flores, secretario general de la seccional local del Sindicato de Conductores Navales de la República Argentina (Siconara), compartió la preocupación por los estudios sísmicos en el mar argentino y pidió que el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (Inidep) intervenga en los estudios que “se deben realizar antes, durante y después” para evaluar el impacto de los artefactos de aire comprimido utilizados. Tal como habían expuesto en diferentes comunicados las cámaras empresarias, el sindicalista recordó el antecedente del Golfo de San Jorge, donde se avanzó con un proceso de exploración similar en 2019. “Desde ese año hasta el 2011 desapareció la fauna y mermó la cantidad de alimento para todo el sistema de la cuenca”, puntualizó, y ratificó: “El ruido subacuático puede provocar lo mismo en Mar del Plata”.

Catalina Gonda, licenciada en Ciencias Biológicas y forma parte de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales: “Si Argentina se toma en serio la crisis climática y el derecho constitucional de sus habitantes a un ambiente sano, equilibrado y apto para el desarrollo humano, no puede autorizar una actividad que busca ampliar la explotación de hidrocarburos. Existe una fuerte disonancia entre los compromisos asumidos [en el Acuerdo de París] y la actividad que se pretende impulsar. Los yacimientos de petróleo y gas explotados actualmente podrían, por sí solos, hacer saltar el presupuesto de carbono para 1,5ºC con un amplio margen”.

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