"Me sentí como una bolsa de boxeo": el doloroso relato de una docente golpeada por un alumno

"Un 25 de abril de 2017 yo perdí mi vocación. En una escuela llena de dolor, en un aula carente de límites, en un aula que no era la mía, vi la violencia y no la soporté… tuve que contenerla", escribió la docente Julieta Petrolo en una conmovedora carta mediante la cual intentó contar el horror que vivió luego de ser violentamente golpeada por un alumno de quinto grado de la Escuela Primaria Número 109 Carlos Daniel Vila, de La Paz, en la provincia de Entre Ríos.

Ese día la maestra estaba haciendo una suplencia a raíz de un ACV que había sufrido la docente titular. Según relató, ingresó al aula, se presentó y cuando se dio vuelta para escribir en el pizarrón, un estudiante de unos 13 años comenzó a golpear ferozmente a un compañero más chico en medio de la clase. "El nene este, de avanzada edad, tira contra el piso a un chico de 10 años. Era más chico. Los separé como haría cualquiera. En ese momento se dio vuelta, me empezó a mirar y me golpeó", contó Julieta.

Un solo golpe recibió la maestra, pero fue suficiente para ocasionarle un gran daño: cuatro vértebras comprometidas, una distensión de hombro que no le permite mover el brazo y el 90% la vista del ojo izquierdo perdido. "Sólo un puño en el hombro. Choqué contra la pared y ahí fue donde se desató todo. El tema de la vista fue que al distender el hombro movió la cervical, movió los nervios de cerebro y me afectó la vista", detalló la víctima, quien tuvo que viajar hasta la ciudad de Paraná para reclamarle a la ART, ya que no se quiere hacer cargo del tratamiento.

"Estoy en Paraná. Intentando que me atiendan, necesito que me cubra la medicación. Estoy vendiendo ropa usada porque no puedo cubrir el tratamiento médico porque la ART no se hace cargo de nada y más en el caso mío porque yo soy suplente. Me dicen que 'no corresponde'", denunció la mujer. Entre lágrimas, la docente no duda en asegurar que por este episodio "perdió su vocación" y que "tiene miedo de entrar al colegio".

"Me sentí una bolsa de boxeo porque uno no se puede defender. No sólo porque es un niño sino porque uno no tiene que atacar al débil. Los compañeros se asustaron y le pidieron que parara. Él se sentó y agarró el libro como si nada", agregó Julieta. Dijo que se siente abandonada por el Estado y que la carta que publicó en Facebook no fue para buscar reconocimiento sino porque simplemente "no daba más" por la angustia generada tras el episodio.

"El movimiento de cuatro cervicales no se compara con el dolor de una distensión de hombro. El miedo y el abandono no se comparan a la pérdida del ser. Hoy en día, me ahoga la angustia, tengo que sacarla, la gente tiene que saber que esto pasa en el devenir de las escuelas entrerrianas. LAS DOCENTES SOMOS VIOLENTADAS DÍA A DíA, nos golpean, nos escupen, nos insultan, si nos quejamos nos amenazan con 'bajarnos la nota de los conceptos' que son nuestra forma de conseguir una estabilidad laboral futura. Si hablamos de violencia obstétrica, de violencia de género, ¿Cómo llamamos a la violencia hacia el maestro?", continuó la docente en la carta con la que dio a conocer el caso.

Remarcó que aún siente miedo y que desde la familia del chico agresor nadie se acercó para ver su estado de salud y menos para ofrecerle disculpas. "No hablé con los papás del alumno porque desde ese día no fui más al colegio. El chico sigue igual, nadie hizo nada. No lo puedo manejar todavía. Sigo teniendo miedo", dijo.

"Cuando intento salir a la calle veo rostros, rostros vacíos que me espantan, no puedo buscar a mis hijos a la escuela porque esas caritas que antes me hacían feliz, hoy me hacen llorar. Esos abrazos, esos besos llenos de galletitas, esas caras de asombro en el laboratorio… ya no las puedo enfrentar", continuó en su mensaje de Facebook.

La carta completa de la maestra: