El verano suele venir de la mano con vacaciones, viajes y cambios de rutina, lo que representa un reto para quienes desean sostener sus hábitos de ejercicio.
Sin embargo, diversos especialistas coinciden en que existen estrategias adaptables para evitar el sedentarismo y preservar el bienestar físico y mental durante esta temporada.
A continuación, los principales consejos, explicados según las recomendaciones de los expertos.
Consejos para que el entrenamiento no se tome vacaciones
- Priorizar el movimiento diario, incluso en pequeñas dosis. Santiago Mungo, entrenador y referente en actividad física, subrayó en una nota a Infobae que la clave está en levantarse y moverse cada día, aunque solo sea durante pocos minutos. Caminar, optar por trayectos más largos o subir escaleras son opciones válidas para quienes no disponen de gimnasio o de su entorno habitual de entrenamiento. Fijar un objetivo de entre 8.000 y 10.000 pasos diarios para adultos menores de 60 años, y entre 6.000 y 8.000 pasos para mayores de esa edad, ayuda a mantener la salud cardiovascular y combatir el sedentarismo.
- Adaptar la rutina a las circunstancias y aprovechar la flexibilidad. Las vacaciones pueden traer horarios irregulares y cambios de ubicación, desde viajes hasta estadías en casas familiares. Por ello, los expertos aconsejan diseñar pequeños circuitos de entrenamiento que se puedan realizar en cualquier lugar, como parques, playas o incluso interiores. Microentrenamientos de alta intensidad, de 5 a 15 minutos, son eficaces para mantener la capacidad física cuando el tiempo es limitado. La intensidad debe ser similar a la habitual, aunque la duración y la frecuencia se reduzcan.
- Utilizar equipamiento mínimo y recursos disponibles. Entrenar con bandas de resistencia, cuerdas para saltar o simplemente el propio peso corporal resulta práctico y efectivo. Superbandas y minibandas son fáciles de transportar y permiten trabajar todos los grupos musculares. Llevar siempre ropa deportiva y calzado adecuado facilita aprovechar oportunidades espontáneas para ejercitarse, ya sea en caminatas, juegos familiares o tareas domésticas dinámicas.
- Planificar con anticipación y mantener la motivación. Organizar las actividades y compartirlas con familiares o amigos incrementa la adherencia y el disfrute. Programar circuitos breves o sesiones de ejercicio con antelación, así como descargar aplicaciones o videos de entrenamiento, ayuda a sortear dificultades relacionadas con el clima o la falta de instalaciones. Mantener una actitud flexible frente a los cambios y evitar la autocrítica excesiva favorece la constancia.
- Cuidar el equilibrio entre actividad, descanso y alimentación. Los especialistas remarcan que el descanso es parte fundamental de un enfoque saludable. Permitir pausas en la rutina y disfrutar de las comidas típicas no implica retroceso, siempre que se compense con movimiento y se retomen hábitos saludables la mayor parte del tiempo. El bienestar mental y emocional también se ve beneficiado por la actividad física en ambientes tranquilos y por la socialización a través del ejercicio compartido.
- Aprovechar el entorno natural y las oportunidades del verano. El verano argentino ofrece condiciones ideales para ejercitarse al aire libre. Caminar, nadar, practicar yoga en la playa o recorrer senderos naturales potencian los beneficios físicos y psicológicos del ejercicio. Realizar actividad en entornos tranquilos y en contacto con la naturaleza contribuye a reducir el estrés y promueve el bienestar integral.
Estrategias para sostener hábitos activos durante el verano
El verano plantea desafíos y oportunidades para mantener la actividad física, especialmente en un contexto de vacaciones, cambios de rutina y mayor tiempo libre. Comprender y aplicar ciertos principios puede marcar la diferencia entre abandonar los buenos hábitos o consolidarlos de manera flexible y sostenible.
Fijar metas alcanzables y disfrutar del movimiento
Los especialistas coinciden en que fijar metas realistas y disfrutar del movimiento es fundamental para que el ejercicio no se sienta como una obligación rígida. En lugar de intentar replicar rutinas estrictas, se recomienda adaptar los objetivos a las condiciones y el tiempo disponible. Caminar más, realizar sesiones breves de entrenamiento o sumarse a actividades recreativas son opciones válidas que contribuyen al bienestar sin generar culpa.
Flexibilidad y planificación anticipada
El éxito en la continuidad del ejercicio durante el verano radica en la flexibilidad y la planificación anticipada. Programar pequeños entrenamientos, llevar ropa deportiva y aprovechar recursos como aplicaciones móviles o videos permite mantener la constancia incluso fuera de casa. La flexibilidad para modificar el horario o el tipo de actividad según el contexto es clave para evitar la frustración y sostener el hábito.
Actividades grupales y al aire libre para potenciar la motivación
El ejercicio realizado en grupo o al aire libre tiene un impacto positivo en la motivación y el bienestar emocional. Compartir caminatas, juegos, deportes o circuitos con familiares y amigos no solo promueve la adherencia, sino que también fortalece los lazos y el disfrute. Elegir actividades al aire libre, en contacto con la naturaleza, potencia el efecto positivo del ejercicio sobre el estado de ánimo y contribuye a una experiencia veraniega más plena y saludable.
Dónde entrenar en la costa atlántica argentina
El verano en la costa atlántica ofrece múltiples alternativas para quienes desean mantenerse activos mientras disfrutan del mar y la naturaleza. Dos de las ciudades balnearias más elegidas por los argentinos -Pinamar y Mar del Plata- son destinos con opciones variadas para el ejercicio, el deporte y el esparcimiento.
Pinamar: deportes y naturaleza
Pinamar cuenta con circuitos peatonales, bosques y playas ideales para running, trekking, mountain bike, sandboard, kite surf y paracaidismo.
Las caminatas al amanecer o atardecer en la playa, así como las excursiones y cabalgatas, permiten combinar ejercicio y disfrute paisajístico. Los especialistas recomiendan respetar el entorno, evitar extraer flora o fauna y realizar actividades preferentemente de día para garantizar la seguridad y la conservación ambiental.
Mar del Plata: capital del deporte costero
En Mar del Plata, reconocida como “Capital Nacional del Surf”, se pueden practicar surf, stand up paddle, golf en campos de nivel internacional, pesca costera y ciclismo en rutas escénicas como la Bicisenda Norte o el Parque Camet.
Los corredores encuentran opciones como el Corredor Costero y la Reserva Laguna de los Padres, con distancias y niveles de dificultad variables para todos los perfiles. El contacto con el mar y los paisajes serranos convierten el entrenamiento en una experiencia revitalizante.
La costa atlántica, con sus espacios naturales y su diversidad de propuestas, constituye un escenario privilegiado para sostener la actividad física durante el verano, promoviendo tanto la salud física como el bienestar emocional.