Joaquín Levinton con María Laura Santillán: “Es raro no haberse drogado nunca jamás”

Dice que es raro no haber perdido nunca el control. ¿Cómo fue vivir con la cabeza en Marte? Cómo es hoy el chico que no creció y que tampoco envejece. La costumbre de guardar la plata en una bolsa de basura y de perder los billetes en el camino. Las ganas de formar su propia familia

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María Laura Santillán Con Joaquín Levinton

El líder de la banda Turf desde hace 28 años, es el autor de mil y un temas que sabemos todos, pegadizos y eternos. Loco un poco, Pasos al costado, Yo me quiero casar y usted? Muy simpático y con ganas de charlar, llegó a infobae súper puntual, trajo su disco nuevo, “Renacimiento” y aceptó sacarse los anteojos negros que siempre lo acompañan. Joaquin Levinton parece de 27, 28, 32 años, pero cumplió 48.

— ¿Estás empezando la entrevista así?

— Sí, porque no lo puedo creer. Hiciste un pacto.

— Parte del rock n roll ¿no? Que no sea que todo vaya bien y de repente me caigan 150 años de golpe. Pero creo que no. Mi papá es parecido, viene de familia. Mi abuela vivió 100 años y hasta los 100 se la veía muy bien. Puede ser buena genética. Porque hay gente que a mi edad parece mi papá.

— Hablas poco de tu familia, tenés una familia linda.

— Muy linda, sí. Tengo suerte, porque uno a la familia no la elige y yo veo amigos míos que no tienen la suerte de que les hayan tocado padres copados. Mi papá y mi mamá, además de ser arquitectos fueron docentes de la UBA y además tienen una veta muy artística. Mi mamá fue bailarina, coreógrafa y tuvo un grupo que dio la vuelta al mundo. Mi papá es ecologista, hace barrios sustentables con basura. Tengo dos hermanos, Micaela y Ezequiel. Hasta los 15 años yo fui hijo único.

"Tengo suerte, porque uno a la familia no la elige y yo veo amigos míos que no tienen la suerte de que les hayan tocado padres copados", dijo Joaquín Levinton en entrevista con María Laura Santillán (Gustavo Gavotti)
"Tengo suerte, porque uno a la familia no la elige y yo veo amigos míos que no tienen la suerte de que les hayan tocado padres copados", dijo Joaquín Levinton en entrevista con María Laura Santillán (Gustavo Gavotti)

— Tus canciones son muy pegadizas, se cantan en la cancha, cantamos de memoria. ¿Es un don?

— Todo el mundo tiene un don me parece a mí. Turf siempre tuvo la intención de hacer música sofisticada pero popular a la vez. Hacemos estilos que no existen. Mezclamos cualquier cosa y sale algo raro. Pero a la vez, tenemos esas melodías recordables y una manera de cantar. La gente evidentemente siente empatía.

— Canciones que conocen varias generaciones.

— Algunas ya se transformaron en clásicos. Inclusive de este disco nuevo, Renacimiento, que empezamos a grabar antes de la pandemia y se frenó la grabación. Pero las fuimos presentando igual.

“SI UNO NO TIENE PROYECTOS EMPIEZA A ENVEJECER”

— ¿Por qué se llama “Renacimiento”?

— Es un chiste por un lado. No nos vamos a poner renacentistas ni mucho menos un grupo como… Es un poquito un juego de palabras como estamos acostumbrados a bromear en Turf. El renacer es un renacer de todos los días. El otro día veía un reportaje a Chespirito en el que decía que si uno no tiene cosas nuevas o proyectos empieza a envejecer, que mientras los tengas te mantenés joven. Nosotros permanentemente nos renovamos, renacemos el día a día con nuevos discos, nuevas canciones, nuevos videoclips, nuevas giras. Ahora salió el videoclip de una canción que se llama “Sentimientos encontrados”, con Los auténticos decadentes. Hay imágenes de cuando éramos chiquitos. Cuando empezamos teníamos 18 años, tanto nosotros como Los decadentes, ya casi van a ser 30 años. O sea: tengo mucho más tiempo vivido con Turf que en mi vida sin Turf. Muchísimo más. En el video empezamos como una terapia de grupo, como si fuésemos roqueros que están quemados, en NA (n de la r: Narcóticos Anónimos). Es muy lindo estar juntos habiendo transitado tanto tiempo pero con algo nuevo, nuevamente cantándole a la vida y a la felicidad. Es una manera de renacer. Nuevamente estamos haciendo lo que soñamos y lo que más nos gusta hacer. Por otro lado, cuando yo era chico heredé los discos de mis papás, de vinilo. Y estamos presentando un vinilo. Lo lindo es que el vinilo se transmite, se pasa ¿no? Y te requiere atención, un espacio para concentrarte y sentarte a escucharlo. Te tenés que levantar para darlo vuelta. Tenés que estar atento a lo que pasa. Perdón, estoy respondiendo mucho. Perdón (risas).

Sobre sus estudios Levinton reveló en la entrevista: "Me anoté en el CBC, no fui casi nunca pero sin embargo lo aprobé, porque era muy astuto para copiarme" (Gustavo Gavotti)
Sobre sus estudios Levinton reveló en la entrevista: "Me anoté en el CBC, no fui casi nunca pero sin embargo lo aprobé, porque era muy astuto para copiarme" (Gustavo Gavotti)
FUI UN EXPERTO EN MACHETES. NUNCA ESTUDIÉ. LO MÍO ERA IR A ROMPER LAS PELOTAS.

— ¿Es verdad que fuiste a la universidad?

— A los 17 entré en un grupo que se llamaba Juana la Loca, empecé a dedicarme profesionalmente a la música. Cuando sos chico y decís “me gustaría tener un grupo”, te dicen: no, anda a laburar. Por ahí ahora no, porque cambió todo ¿no? Había un poco de tensión e incertidumbre entonces dije: por las dudas para que me sigan pagando la comida y no me echen de mi casa voy a caretear como que hago una carrera. ¿Cuál será la más fácil? Había una carrera nueva, Imagen y Sonido, a mí me gusta mucho el cine, me gusta mucho ver películas. Lo tenía ahí además a mi viejo, tiene cátedra Levinton en Arquitectura de la UBA. Me divertía porque lo iba a visitar. Hice el CBC mientras grababa un disco con Juana la Loca en General Rodríguez, entonces no iba nunca. Pero tenía un espía que me hacía todo. No sé si contar esto. Tenía un espía que me robaba las respuestas. Siempre fui muy de copiarme. Experto en machetes. Creo que nunca estudié. Me divertí mucho toda la secundaria. Iba siempre a hacer quilombo. A divertirme. Lo mío era romper las pelotas, siempre. Cuando terminó la secundaria dije: ay, qué lástima, quiero seguir hinchando las pelotas con gente de mi edad, no quiero que se termine esta joda. Entonces me anoté en el CBC, no fui casi nunca pero sin embargo lo aprobé, porque era muy astuto para copiarme.

María Laura Santillán con Joaquín Levinton

— ¿Te divertiste?

— Fui con mi amigo Roger. Con él hice jardín de infantes, primaria, secundaria, el CBC y un año de Imagen y Sonido. Gracias a Roger aprobé todo, desde jardín de infantes. Porque Roger era el nerd, yo era el quilombero. Él contaba con mi ayuda para ser de los cancheros y yo con su ayuda para poder aprobar.

— Qué es de la vida de Roger, ¿se ven?

— Vive en Canadá. Ayer hablé. Se fue para que yo no lo siga usando (risas). No, mentira, se fue porque armó su familia. Pero gracias a él yo aprobé todo. Pero no solo en la universidad, en la secundaria, la primaria y el jardín de infantes también. Una locura. Una locura esa sociedad.

— Son muy cercanos entonces.

— Lo gracioso es cómo terminamos la universidad. Yo iba a hinchar las pelotas. Roger iba porque era amigo mío y se copaba en la movida. En el primer año de Imagen y Sonido me siento al fondo para hinchar las pelotas, empiezo a tirar chistes y se dan vuelta: shh, por favor, estamos estudiando. Los alumnos. Yo digo ¿estos hijos de puta vienen a estudiar? Y dije: caretas de mierda. Y le dije a Roger: vámonos a la mierda de acá, acá quieren estudiar. Me dijo: bueno, vamos, y nos fuimos a la mierda. Después él dijo: mejor me voy a otro país porque este me va a cagar la vida (risas). Gracias a que iba a la universidad, mi abuela me daba plata por abajo, de manera encubierta.

“CUANDO CUMPLÍ 18 MI VIEJA ME DIJO: PARA VIVIR ACÁ AHORA TENÉS QUE PONER PLATA, TENÉS QUE COLABORAR”

— ¿Para qué?

— Para pagarle a mi vieja el alquiler, para que no me raje a la mierda. Cuando cumplí 18 años mi vieja me dijo: ahora para vivir acá, tenés que poner plata y colaborar. ¡Qué hija de puta! ¿Ahora cómo hago? Me voy a tener que ir a vivir a otro lado. Entonces mi abuela me daba la plata en silencio. Cuando íbamos a comer a su casa con mi familia, me pasaba la guita, como si fuese un soborno. Pasaba de manos, yo se la daba a mi mamá.

"Yo hacía unos pesitos con la música. Yo le llevaba una factura gigante a mi vieja de teléfono, yo hablaba mucho y ella estaba furiosa!, contó Joaquín Levinton sobre sus inicios en la música y su relación con su familia (Gustavo Gavotti)
"Yo hacía unos pesitos con la música. Yo le llevaba una factura gigante a mi vieja de teléfono, yo hablaba mucho y ella estaba furiosa!, contó Joaquín Levinton sobre sus inicios en la música y su relación con su familia (Gustavo Gavotti)

— ¿Tu mamá no sabía de dónde venía esa plata?

— No, no sabía. Imaginaba que lo haría con la música. Yo hacía unos pesitos con la música. Yo le llevaba una factura gigante a mi vieja de teléfono, yo hablaba mucho y ella estaba furiosa. Una vez pidió el detalle de las llamadas. Uno por uno los teléfonos que no conocía los subrayó y empezó a llamar para saber quiénes atendían. Llamó a uno y dijo ¿usted quién es? Charly García. Se cagó de risa. Yo hago música desde aquel momento hasta el día de hoy. Desde muy chiquito.

“MI FAMILIA ES COMO UN EJÉRCITO. MI MAMÁ ES RECONTRA FULL SÚPER PROTECTORA”

— ¿Qué pasó con la familia en los momentos difíciles, en los momentos de descontrol?

— La familia hasta el día de hoy es súper, es como un ejército. Son muchos. Mi mamá es recontra madre full súper protectora. Está atenta a todo. Tiene telepatía. Las madres saben lo que le pasa al hijo. Y me parece que sienten que yo no crecí. Creo que lo sentimos todos. No sé si llamarlos momentos difíciles, por ahí fueron difíciles para ellos. Porque es una incertidumbre y una situación que se ve riesgosa cuando tenés un hijo que es cantante de rock. Mi sensación es que estuvieron siempre presentes. Después debí haber sido un poco pesadillesco (risas). Hubiese sido mucho más fácil tener un hijo universitario.

— ¿Vos recordás de qué momentos hablamos?

— Supongo, no sé, tenés que ponerte en el ojo de ellos. Yo estaba muy entusiasmado con mi forma de ser.

— ¿Vos la pasabas bomba?

— Bomba. Creo que no jodí a nadie, pero capaz que a ellos a su manera les jodía.

— Quizás sentían que corrías riesgos.

— Medio border la forma pero bien, yo la estaba pasando bien. Nunca tuve problemas así de, onda, los que se drogan.

— Tener que ir a rehabilitarse por ejemplo?

— No. Ni cerca. Me hubiese gustado, hasta el día de hoy, ir a una granja. Pero no por la droga, para que te cuiden, un mes viste con pileta, que te hagan la comidita, que te levanten. Que digan: arriba! Sin celular.

En la entrevista con María Laura Santillán, Levinton dijo que para sus padres hubiese sido mucho más fácil tener un hijo universitario que un cantante de rock. (Gustavo Gavotti)
En la entrevista con María Laura Santillán, Levinton dijo que para sus padres hubiese sido mucho más fácil tener un hijo universitario que un cantante de rock. (Gustavo Gavotti)

— ¿Te gusta la idea de estar sin celular?

— Me parece que estaría bueno no tener un celular un tiempito. Viste que te mantiene todo el tiempo al tanto de todo.

— Mucha gente tiene tendencias adictivas y queda pegado a sustancias.

— Yo no tengo ese metabolismo. No tomo alcohol, no fumo, salvo el fin de semana o alguna noche si estoy con amigos tomo un trago. Pero no tengo el metabolismo. Por eso yo no tuve problemas con la droga. En mi familia nadie fuma, nadie toma alcohol. Son todos lo más sano que te puedas imaginar todos. Mis primos, mis tíos. Mi abuela, mi abuelo también eran así. Mi viejo es la persona más saludable que existe. Mi vieja también. Hasta eso. El humor también por ahí te mantiene alejado de algo oscuro de la droga. Yo por ejemplo no puedo entender al que no puede no drogarse. No lo puedo entender.

— Son un montón y cada vez más.

— Claro, pero yo no viví eso. No lo conozco. Me parece muy loco que alguien tenga la necesidad. Me parece loco no poder no hacerlo.

— Gastón Pauls que está en rehabilitación por su adicción desde hace veinte años, contó que ahora llegan a los grupos porque no pueden parar de fumar porro.

— Yo no puedo fumar porro porque pierdo las llaves del auto. Y si encuentro las llaves del auto, pierdo el auto. Si encuentro el auto, pierdo la dirección donde voy. No, no, no es lo mío.

“ES RARO NO HABER PERDIDO EL CONTROL UN POQUITO”

— Algunos dejan de salir de su casa.

— Te ponés re gordo porque morfás a lo pavo. Igual a mí no me gusta tirarme ni en contra ni a favor, cada uno que haga lo que quiera. Las drogas creo que en algún momento está bueno experimentarlas. Es raro no haberse drogado nunca jamás. Es raro no haber perdido el control un poquito. Qué título.

— Me enteré que no tocás la plata.

— Sí, después de haber perdido mucha plata. Yo nunca me hice problema, ni al día de hoy, por la plata. Siempre cobré de manera misteriosa, aunque ahora te la transfieren. Antes ibas a SADAIC y decías: hola, qué tal, qué haces Marcelito, cómo andas, ¿está lo mío? Y decían: sí, tengo lo tuyo. ¿A ver, cuánto es? No sabías si te iban a pagar 10, 100 o 1.000 o 10.000. Y era hermoso cuando te tocaba mucho. Me llevaba una bolsa de basura y me la ponían. Quedaba en el centro SADAIC, entonces en el camino pasaba por una casa de lámparas o de guitarras y compraba. Ya ahí empezaba a gastar.

"En el trayecto de SADAIC a mi casa volvía con una moto o volvía con una guitarra. La plata me la gastaba. Perdí plata, se me caía", reveló Levinton sobre su relación con el dinero. (Gustavo Gavotti)
"En el trayecto de SADAIC a mi casa volvía con una moto o volvía con una guitarra. La plata me la gastaba. Perdí plata, se me caía", reveló Levinton sobre su relación con el dinero. (Gustavo Gavotti)

— ¿Con el efectivo?

— Con el efectivo. Sí, hermosa era esa época. En el trayecto de SADAIC a mi casa volvía con una moto o volvía con una guitarra. La plata me la gastaba. Perdí plata, se me caía.

— ¿Cómo “se caía”?

— Iba con la bolsa de plata y se iban cayendo los billetitos. A veces iba con algún amigo que iba recogiendo, como Hansel y Gretel, las miguitas.

— ¿Llevabas la bolsa abierta?

— Abierta o agujereada. A veces llevaba un buzo y me lo sacaba, ponía toda la plata ahí y cerraba el buzo con un nudo.

“TENÍA LA CABEZA EN MARTE”

— ¿Y por qué todo tan precario?

— (Risas) Esa es una buena pregunta. Porque tenía la cabeza en Marte. Frené, iba en un taxi con el bolsito, con el buzo todo atadito. Freno y veo un negocio de motos en Pueyrredón y Córdoba. Tenía un baúl la motito. Guau, dije, que lindo, para poner la plata. Puse la plata, la cerré, me fui a mi casa y dejé la plata dentro de la moto. Toda la plata que acababa de cobrar. Y llegué y empecé a vivir la vida. Estaba chocho y feliz. Y a los tres días, cinco, dije ¡la plata! Quedó en la moto. Por suerte no se había vendido la moto. Estaba toda la guita …

María Laura Santillán con Joaquín Levinton

— ¿Y eso? ¿Marihuana?

— No, cero. Te puedo asegurar que en esa época porro era lo único que no consumía. No, eso es andar con la cabeza en otra dimensión. Creo que siempre me acompañó la buena suerte. No sé si existe o no. Que la mala suerte existe estoy seguro.

— ¿En algún momento organizaste las cuentas o hay alguien que se ocupa?

— Está todo por débito. No reviso nada. Dios quiera que no me estén usando la tarjeta ni nada.

— ¿Cómo “Dios quiera”?

— Si existe Dios (risas).

— ¿No sabés cuánto tenés?

— ¿De plata?¿Te lo tengo que decir? (Risas).

“YO SOY MUY ROMÁNTICO. SOY DE OTRA ÉPOCA”

— Te escuché decir que tuviste muchas relaciones tóxicas.

— Tuve relaciones tóxicas, quién no. ¿No te ha pasado? El final es tóxico, sí. Y el comienzo del fin es lo peor.

— Cuando te diste cuenta que hay un fin pero no te animás.

— Que por ahí falta un montón, claro. Esa parte es terrible. Se hace largo y uno no sabe si se puede rescatar la cosa, si se puede reparar. Está ese miedo a dejar. Sentís cariño, ese cariño va a terminar y es el final. A no ser que seas esa gente buena onda que después son mejores amigos. Existe.

— ¿Te pasó?

— Generalmente todo terminó mal. Es una manera de facilitar que algo termine. Ahora las cosas son distintas, las relaciones son más libres. Todo el mundo tiene un poquito más de deseo de desarrollarse personalmente. La gente por ahí esté más centrada en lo que quiere hacer personalmente que involucrarse con otra persona y entablar un futuro.

— ¿Qué te pasa a vos?

— No, yo soy muy romántico. Soy de otra época.

— Otra época, sos vintage ponele.

— Soy de la época del ramo de flores. No mentira (risas). Igual lo he hecho eh.

— ¿Qué clichés de todos esos hiciste?

— He regalado un anillo. He hecho locuras sí, por amor. Lo más lindo del amor es hacer locuras.

En la entrevista con María Laura Santillán, Joaquín Levinton aseguró que es un romántico (Gustavo Gavotti)
En la entrevista con María Laura Santillán, Joaquín Levinton aseguró que es un romántico (Gustavo Gavotti)

— Contame una.

— Me fui a buscar a una novia que estaba en Granada. Un domingo estaba en casa y dije: voy a buscarla. Puse el pasaporte en un bolsillo, plata en el otro y me fui a comprar el pasaje así. Llegué y dije ¿me das un pasajito? No hay. Ya estaba en Ezeiza. Volver era un bajón. Me senté en un escaloncito, dando lástima. Y un chabón me dijo: Joaquín vení. Me llevò a un cuartito chiquitito donde había tres computadoras. Ahí se programaba todo, tres chabones con computadoras resuelven todo. Me dijo: te voy a meter en el avión. Bueno, vení, taca, taca, taca. Dame la plata. Tomá. Listo. Estaba justo saliendo el avión, re loco. Rapidísimo todo. Me bajo en Madrid. Tomé un tren, bajo en la estación y estaba al lado del hotel donde estaba esta chica. Horas atrás en mi casa un domingo. Dije me voy. Eso es lo que se llama…

— Suerte.

— Suerte. No sé si creer o no en el destino, pero hay cosas que se dan así tan misteriosamente y tan rápido y tan fluidas. Muchas veces decís: no estoy haciendo lo suficiente para que esto esté sucediendo y sin embargo estoy acá

— Familia vas a formar o no te dan ganas?

— Buena pregunta. Sí, sí, quiero tener. Quiero tener. Creo que está bueno pasar a otra instancia. Aparte, me llevo muy bien con los chicos.

— Estás cerca de la idea entonces. Bien cerca

— Falta, pero es una puerta que puede perfectamente pasarse. Tengo la capacidad de hacerlo. Espero no olvidarlo al momento que vaya…

María Laura Santillán con Joaquín Levinton

— No olvidar al nene ponele en un negocio?

— En el parque de diversiones. En la montaña rusa (risas).

— ¿Te gusta convivir ?

— Ese es todo un tema. Ahí hay que ver. Es lindo pero yo soy medio fanático de la libertad.

— ¿Y entonces qué hacemos?

— Y, entonces hay que tener una casa grande si uno convive. Una posible solución es una casa grande que tenga espacio para las dos personas. Y dos televisores para ver películas distintas. Porque si hay algo que es jodido también es tener que ver una película o una serie que no tenés ganas de ver y odiás. ¿Por qué capítulo vas? Dos. ¿Cuántos son? Nueve temporadas. No boludo, me mato.

— Dos baños, uno para cada uno.

— Dos baños. Dos televisores. Todo dos.

"Es todo un tema. Ahí hay que ver. Yo soy medio fanático de la libertad", expresó Joaquín Levinton cuando María Laura le preguntó sobre cómo vive la convivencia en pareja. (Gustavo Gavotti)
"Es todo un tema. Ahí hay que ver. Yo soy medio fanático de la libertad", expresó Joaquín Levinton cuando María Laura le preguntó sobre cómo vive la convivencia en pareja. (Gustavo Gavotti)

— Dos cuartos. El mismo cuarto es mucho ¿no?

— Mientras sea lindo está buenísimo.

— Pero dos cuartos por si acaso.

— Por las dudas, sí. Y en un futuro otro departamento por las dudas en el centro (risas).

— ¿Te puedo presentar como futuro entrevistador? Porque te encanta hacer preguntas.

— Sí, porque soy muy curioso y me gusta meterme en la vida del otro al menos un ratito. Me gusta aprender de las otras personas. Te voy a invitar a mi programa, Tremendovich.

— Y a la presentación del disco.

— Es en el Gran Rex, el 13 de mayo.

— Antes de despedirnos, ¿no tenés canas?

— Sí, algunas canas. Si miras bien, sí.

— Re pocas.

Al final de la entrevista Levinton le regaló a María Laura Santillán su nuevo disco (Gustavo Gavotti)
Al final de la entrevista Levinton le regaló a María Laura Santillán su nuevo disco (Gustavo Gavotti)

— Y por suerte tampoco soy pelado.

— Eso es clave en un varón, parece.

— Ser pelado me parece… Me pondría pelo o una peluca. Me divertiría.

— Tenés mucho pelo.

— Gracias. Tenemos casi el mismo corte de pelo (risas).

— ¿Me llevó el disco?

— Sí. Es un regalo. ¿Tenés vinilo para escuchar? Excelente.

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