Premio y ovación a Amado Boudou y a Carlos Zannini en un acto K en la Legislatura

ATE entregó los premios Jorge Morresi en un acto que contó con la participación de ex funcionarios, jueces y dirigentes

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(Fotos: Marín Rosenzveig)

Carlos Zannini fue ovacionado en el Salón Dorado de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires. Y lloró. Amado Boudou también fue ovacionado. Y casi la misma reacción, aunque no con la misma intensidad, generaron Víctor Hugo Morales y Raúl Zaffaroni al recibir el premio Jorge Morresi que entregó el gremio estatal ATE que nuclea a trabajadores de ese cuerpo legislativo.

Era el final de un acto de dos horas cuando presentaron al ex secretario general de Néstor y Cristina Kirchner, "Chino" Zannini. No estaba prevista su presencia porque hasta el sábado estuvo preso en Ezeiza. Por eso no se llevó la misma escultura de Mary Ablin que el resto de los reconocidos por su "trayectoria en defensa de los Derechos Humanos". Dijo que hablaría poco, pero se entusiasmó al describir como en un ring dos lados de la Argentina: "La oligarquía", dijo y señaló a su derecha mientras enumeraba "los mismos planes de siempre, destruir la educación pública, los hospitales" entre otros temas. "Del otro lado de los contendientes quiero destacar a los que están viviendo en prisión", agregó y mencionó a la jujeña Milagro Sala y al intendente de Río Turbio, Atanasio Osuna, detenido el 5 de marzo en el marco de una causa que investiga su rol al frente de Yacimientos Carboníferos de Río Turbio. Zannini habló con entusiasmo de Osuna y defendió la usina "que quieren malvender". Dijo que a Osuna muchos aquí no lo conocen pero que está en Ezeiza a 2700 km de su familia. Fue entonces cuando se le quebró la voz y se frenó. Lo aplaudieron y continuó aunque con la voz ronca hasta el final del discurso. Contó que por estar alojados en pabellones diferentes sólo lo vio un par de veces pero que "no se calló ni se va a callar" y otra vez fue ovacionado por un salón repleto en el que antes se entregaron menciones y premios a varios dirigentes kirchneristas.

Al ex vicepresidente Boudou le entregó la estatuilla Lita Boitano de Familiares de Desaparecidos. Junto con Leopoldo Moreau, otro premiado, fueron los únicos de traje y corbata.

A Boudou empezaron a aplaudirlo cuando al mencionar los cargos que ocupó se dijo que transformó el sistema previsional y "terminó con las AFJP". De pie lo aplaudieron e interrumpieron varias veces su discurso. "En esta Argentina del gobierno de Mauricio Macri no hay nada que festejar por las compañeras y compañeros detenidos más allá de que dos acaban de recuperar la libertad", señaló sobre Luis D' Elía y Zannini, cuyas excarcelaciones se ordenaron el sábado. "Ni tampoco por el rumbo de la Patria, que cada día se hace menos Patria y más colonia", sentenció sobre el escenario antes de pedir que "a este gobierno se le debe ganar en las elecciones de 2019". Parecía que había terminado, pero Boudou esperó que se silenciaran los aplausos para cerrar su discurso: "El enemigo se ve mucho más grande si se lo ve arrodillado, nosotros no vamos a ir arrodillados a las elecciones del 2019", casi gritó mientras sobre su voz se oían otra vez los aplausos.

Pablo Echarri fue el anteúltimo en recibir el premio que dedicó a su madre, a su hermana, a su hija y a su esposa Nancy Duplaá, que no lo acompañó porque estaba trabajando. Recordó Echarri lo que cambió en su vida la telenovela "Montecristo" en la que se visibilizó la apropiación de niños durante la última dictadura militar y "la llegada de Néstor Kirchner".

Entregaron los premios varios diputado kirchneristas: Javier Andrade, Leandro Santoro, Mariano Recalde, Carlos Tomada y Victoria Montenegro, que por Unidad Ciudadana fue una de las organizadoras del evento junto con el delegado general de ATE Legislatura, Pablo Gennaro. Y lo recibieron Víctor Hugo Morales, Leopoldo Moreau, la abogada Graciana Peñafort, Raúl Zaffaroni, el dirigente de ATE Marcelo "Nono" Frondizi y el dirigente de la CTA Hugo Yasky, que volvió a subir al escenario sobre el final para llevarse una mención en nombre de Roberto Baradel de Suteba, que faltó por estar en plena negociación de la paritaria bonaerense.

Las más aplaudidas fueron Iris Avellaneda, madre de un adolescente asesinado en Campo de Mayo y ella misma sobreviviente de ese centro clandestino de detención -Taty Almeida de Madres Línea Fundadora le entregó la estatuilla-, y Susana Reyes, directora del centro educativo Isauro Arancibia, que lleva el nombre de un militante tucumano del PRT. Subieron con ella jóvenes en situación de calle que a pesar de no tener casa asisten al establecimiento e incluso alguno cursa una materia en la universidad. Le leyeron una carta de agradecimiento y le regalaron un guardapolvo escrito por ellos.

Cada premiado dio un discurso. Moreau reivindicó casi por igual a Alfonsín y a los Kirchner: "Tuvimos en Argentina un privilegio, una transición democrática no pactada, tuvimos el privilegio de tener a Alfonsín y a Néstor y Cristina y eso fortaleció la conciencia por eso podemos decir no pasarán".

Zaffaroni agradeció pero se permitió, indicó, "arruinarles un poco la fiesta" para hablar del Gobierno. "Digo Gobierno y no régimen", aclaró, para de todos modos equiparar el programa económico de la última dictadura con la actualidad. "Estamos con el mismo programa económico que constituye una violación masiva al derecho humano del desarrollo", consideró y habló de "los muertos que provoca la violación al derecho humano del desarrollo" porque "el deterioro de la previsión social acelera muertes, el desempleo causa muertes".

A Víctor Hugo le habían entregado el premio apenas arrancó el acto porque necesitaba irse temprano, pero después se quedó. Dijo que era un honor recibir el premio con "algunos que se han convertido en verdaderos símbolos de lo que queremos reconstruir, países sin presos políticos".