El cuerpo de J.S., un adolescente de 16 años, fue encontrado sin vida en la playa Costa Azul, en Ventanilla, tras permanecer desaparecido durante varios días. El menor había ingresado al mar para auxiliar a otro niño, según informaron sus familiares, quienes señalaron que la emergencia se produjo cerca de la zona conocida como el 'Barco Fantasma‘.
La búsqueda, coordinada por la Unidad de Salvataje, concluyó el sábado 27 de diciembre, cuando los rescatistas localizaron el cuerpo de Sánchez Álvaro a pocos metros del sitio donde ocurrió el incidente. El adolescente, quien sabía nadar, intentó alcanzar a un menor que pedía auxilio, pero ambos desaparecieron en el mar.
Familiares relataron que mantuvieron la esperanza de hallarlo con vida, aunque el paso de los días complicó las labores de rescate. Hasta la fecha, el paradero del segundo menor permanece sin esclarecerse.
Familia pide apoyo económico
La madre de Juan Emilio Sánchez Álvaro pidió apoyo económico para cubrir los gastos del sepelio. “Necesitamos urgente el dinero para lo que es el sepelio. Me piden 1.500, me están pidiendo para el sepelio. El nicho lo tenemos ya, pero no tenemos el dinero, porque nosotros no contamos con el medio económico”, expresó.
La familia enfrenta dificultades para afrontar los costos funerarios y ha solicitado ayuda a la comunidad. Autoridades recomendaron a los bañistas de la playa Costa Azul extremar precauciones y respetar las señales de advertencia colocadas por los salvavidas.
Recomendaciones al ir a la playa
- Revisar las señales de advertencia: Las playas suelen contar con banderas, carteles o letreros que informan sobre el estado del mar, la presencia de corrientes peligrosas o zonas no aptas para bañistas. Ignorar estas señales aumenta el riesgo de accidentes.
- Consultar a los salvavidas: Los socorristas conocen bien la playa y pueden advertir sobre zonas de riesgo, corrientes, condiciones meteorológicas o cambios inesperados en el oleaje. Pedir su orientación antes de ingresar al mar puede prevenir situaciones peligrosas.
- Evitar nadar solo: Ingresar acompañado permite que, ante cualquier emergencia, exista alguien que pueda pedir ayuda o brindar auxilio. La vigilancia mutua reduce el riesgo de accidentes graves.
- No ingresar bajo efectos de alcohol o drogas: Estas sustancias alteran la percepción, el equilibrio y la capacidad de reacción, lo que incrementa las probabilidades de sufrir accidentes o no poder salir del agua a tiempo.
- Reconocer el estado del mar: Antes de entrar, observar el comportamiento de las olas, la fuerza del viento y la presencia de corrientes. Un mar aparentemente tranquilo puede esconder remolinos o corrientes de resaca peligrosas.
- Supervisar siempre a menores de edad: Los niños pueden perderse de vista o ser arrastrados por una ola en pocos segundos. Es fundamental que un adulto responsable los vigile permanentemente y permanezca cerca de ellos.
- Evitar zonas de rocas o muelles: Estas áreas suelen tener corrientes impredecibles y objetos sumergidos que pueden provocar lesiones o dificultar el regreso a la orilla.
- Conocer los puntos de emergencia: Identificar la ubicación de los puestos de salvavidas, teléfonos de emergencia y accesos rápidos puede marcar la diferencia para recibir ayuda a tiempo.