Un incendio de grandes proporciones consumió el jueves un edificio de cinco pisos ubicado en la cuadra once de la avenida Francisco Pizarro, en el distrito limeño del Rímac. El siniestro movilizó a cerca de doscientos cincuenta bomberos y generó preocupación entre los residentes, quienes temieron que las llamas alcanzaran un grifo ubicado frente al inmueble. Hasta primeras horas de la mañana del viernes, aún persistía un pequeño foco de fuego en el primer piso, lo que obligó a los bomberos a mantenerse en la zona.
La estructura, que funcionaba como almacén, albergaba materiales altamente inflamables como cueros, telas y espráis presuntamente de insecticidas. La humareda se mantenía visible y los cables de luz y telefonía resultaron completamente dañados, dejando a la zona sin servicios básicos. Compañías de cable, telefonía y electricidad trabajaban en la restauración de estos servicios. El acceso vehicular, sin embargo, no se vio restringido, permitiendo la circulación en la avenida afectada.
Inmueble operaba sin licencia y de forma clandestina
El alcalde del Rímac, Néstor de la Rosa, confirmó que el edificio siniestrado no contaba con autorización para operar como almacén. “No funciona como almacén. Lamentablemente, muchas viviendas son acondicionadas para ese fin sin los permisos correspondientes”, afirmó De la Rosa en entrevista a RPP Noticias. De acuerdo con la información preliminar recabada por la Subgerencia de Gestión de Riesgo de Desastres y los informes de los bomberos, en el interior se almacenaban productos inflamables, lo que habría provocado las detonaciones durante el incendio.
El burgomaestre explicó que el inmueble estaba registrado como vivienda y que la municipalidad enfrenta serias limitaciones legales para intervenir en propiedades privadas si no están categorizadas oficialmente como comercios o almacenes. “Para ingresar a una propiedad privada y verificar su uso real, necesitamos una orden judicial. Nos vemos restringidos en nuestras competencias para actuar con mayor eficacia en la detección de almacenes clandestinos”, señaló De la Rosa.
Proliferación de almacenes informales tras restricciones en el centro de Lima
El alcalde atribuyó el crecimiento de almacenes informales en el Rímac a las disposiciones adoptadas por la Municipalidad de Lima en el centro histórico. “Muchos locales desplazados de Lima Cercado han empezado a operar en el Rímac de manera clandestina. Identificamos casos donde casas son adaptadas para almacenar mercadería, pero actuar depende de tener pruebas y la autorización correspondiente”, explicó De la Rosa.
Los operativos municipales han permitido detectar algunas de estas unidades, en especial en sectores como Caquetá, donde se observa el traslado frecuente de materiales para comercialización. No obstante, la fiscalización resulta limitada por el marco legal vigente, lo que complica las acciones preventivas.
Precariedad y falta de recursos agravan el riesgo
De la Rosa remarcó la precariedad en la que se encuentra el distrito. “El Rímac ha sido discriminado financieramente durante décadas. Más de 4.700 viviendas están en condiciones inadaptables y más de 30.000 residentes viven en situaciones inhabitables. Los recursos municipales son escasos y la situación económica limita la capacidad de respuesta ante emergencias”, sostuvo el alcalde.
El municipio espera recibir un porcentaje del IGB a partir del próximo año, lo que permitirá fortalecer la gestión del centro histórico y mejorar la atención de incidentes como el ocurrido. El alcalde destacó que el distrito ha sido erróneamente clasificado como zona de clase media, cuando en realidad, el 67% de la población vive en pobreza o pobreza extrema.
Mientras persisten los trabajos para extinguir el último foco del incendio, los vecinos de la zona continúan preocupados por el riesgo latente. La destrucción de cables y ventanas ha dejado secuelas visibles, y la restauración de servicios básicos avanza de manera gradual.