La extorsión en el Perú sigue siendo un problema creciente y multifacético: cifras oficiales reflejan miles de denuncias por este delito cada año, con aumentos significativos recientes y una gran mayoría de casos que quedan sin sentencia, evidenciando la impunidad y la sobrecarga del sistema de justicia.
Con el auge de las billeteras digitales como Yape y Plin —que ya forman parte de buena parte de las transacciones móviles en el país— los grupos delictivos han empezado a usar estas plataformas para exigir pagos de “cupos”, “vacunas” u otras coimas, pidiendo a las víctimas enviar dinero a cuentas de aplicaciones de pago rápido para dificultar el rastreo tradicional de efectivo.
Bajo este contexto, Yape ha realizado un polémico cambio a la manera en que se realizan las transacciones. Y es que ya no es posible ver el nombre de la persona a quien le yapeas. Tampoco podrás ver la identidad de quien te transfiera dinero. "A partir de ahora, solo se verán los tres primeros dígitos de tu nombre y apellido cuando alguien reciba un yapeo tuyo. Este cambio nos ayuda a seguir cuidando mejor tu información", se lee en la descripción de un video publicado por la billetera digital en redes sociales.
Reacción de usuarios de Yape a los nuevos cambios
La noticia ha sido ampliamente comentada por los usuarios de Yape en redes sociales. Los comentarios son generalmente negativos, argumentando que este cambio solo dificulta más las cosas para los yaperos.
Principalmente, las opiniones se centran en que ahora es más difícil confirmar al 100% a quienes estamos yapeando. “Actualización de Yape, el nombre del que recibe el yapeo sale cortado. Pagué el taxi y cuando le digo el nombre al taxista (me dice) ‘¿Ale* Cas*? ¿Quién es ese?, me contesta el taxista’“, “que *** de actualización de Yape, ahora los nombres del yapeo son cortados y seguidos con asterisco. Y justo instalé un parlante bluetooth para que leyera el nombre del yapeo en voz alta en la bodega de mi madre. Reviertan eso”, son algunos de los comentarios en redes sociales.
La extorsión y el sicariato aumentaron casi 500% y afectan a más de dos millones de empresas
De acuerdo con cifras de la Cámara de Comercio de Lima de octubre, en 2025 más de 2 millones de empresas operan bajo una presión creciente de la criminalidad organizada, que ha dejado de ser episódica para consolidarse como uno de los principales riesgos para la inversión privada, el empleo formal y los ingresos fiscales, especialmente en actividades con alta informalidad y márgenes ajustados.
Las cifras del gremio muestran la magnitud del problema: las denuncias por extorsión se incrementaron 478% entre 2019 y 2024, al pasar de 3.872 a 22.400 casos, y solo en los primeros nueve meses de 2025 ya se alcanzó el 82% del total del año previo, lo que mantiene en alerta permanente a rubros como transporte y construcción por el mayor gasto en seguridad y protección. El impacto territorial también es desigual, con Lima a la cabeza en número de denuncias, seguida por La Libertad, Piura, Lambayeque y Callao, regiones que en conjunto concentran el 78,4% de los casos y una parte sustancial del tejido empresarial del país.
El impacto sobre la economía ya se deja sentir. De acuerdo con el Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial del gremio limeño, muchas compañías han optado por aplazar proyectos, ajustar sus cadenas de distribución y trasladar los mayores costos a precios finales, lo que termina debilitando su capacidad para competir en el mercado.