El crédito de capital de trabajo constituye una herramienta vital para la liquidez operativa y el crecimiento empresarial en el Perú. Frente a un entorno económico marcado por movimientos en las tasas de interés y periodos de inflación, el acceso a financiamiento adecuado gana importancia tanto para grandes compañías como para medianas y pequeñas empresas, según confirma el último Reporte de Estabilidad Financiera del Banco Central de Reserva.
Cristofer Caballero, gerente de Negocios de Banca Empresa en Alfin Banco, explica que el principal desafío para ampliar el financiamiento formal radica en perfeccionar la calidad y disponibilidad de la información financiera, elemento que permite optimizar la evaluación de riesgo y agilizar los procesos de originación. A estas exigencias se suman la solicitud de garantías y la necesidad de seguir fortaleciendo el uso de soluciones digitales, junto a la importancia de entender las dinámicas específicas de cada sector productivo.
Alfin: reducción de la tasa de referencia facilita el financiamiento para empresas peruanas
En cuanto a los factores que determinan el costo y la demanda por financiamiento, la evolución de la tasa de referencia y la inflación han tenido un impacto fundamental. Un ciclo de tasas elevadas y mayor inflación encareció los créditos y moderó la disposición de las empresas a asumir nuevo endeudamiento
El reciente descenso en la tasa de referencia, un entorno inflacionario más controlado y el ingreso de nuevos competidores (banca tradicional, fintech y fondos privados) favorecen condiciones más accesibles para obtener capital de trabajo.
Según Caballero, las principales ventajas de acceder a un crédito de capital de trabajo son:
- Mantener la liquidez operativa: permite cubrir pagos esenciales como nómina, alquiler o compra de mercadería, asegurando la continuidad de operaciones.
- Aprovechar descuentos comerciales: contar con liquidez facilita negociar mejor con proveedores y acceder a descuentos por pagos oportunos.
- Responder a picos de demanda: resulta ideal para sectores con estacionalidad o alta rotación, ajustando inventario y capacidad operativa en los momentos clave.
- Evitar la descapitalización: se financian operaciones sin utilizar ahorros ni vender activos importantes, protegiendo la solidez financiera de largo plazo.
- Mejorar el historial crediticio: una gestión responsable del crédito fortalece el perfil financiero de la empresa para futuras necesidades o condiciones crediticias más favorables.
De esta manera, Caballero sostiene que un financiamiento planificado, flexible y adaptado a la realidad del negocio no solo respalda las operaciones diarias, sino que apalanca el crecimiento sostenible y potencia la competitividad empresarial en un escenario económico cada vez más desafiante.
La competencia entre banca tradicional y nuevos actores mejora las condiciones de crédito
Durante el primer semestre de 2025, los sectores comercio, agroindustria, construcción y actividades vinculadas a la minería formal lideraron la demanda de créditos de trabajo en el sistema financiero.
Esta mayor demanda tiene relación directa con la necesidad de liquidez permanente para gestionar inventarios, atender operaciones estacionales o financiar proyectos con alta rotación de capital. Estos sectores han mostrado además una recuperación más acelerada, lo que magnifica la importancia del financiamiento de corto plazo.
En 2025, el crédito empresarial ha registrado un crecimiento moderado, con mayor intensidad en el segmento de medianas y grandes empresas. Las entidades financieras mantienen una evaluación prudente, priorizando negocios con estructuras financieras sólidas y una planificación de inversiones clara. Esto ha permitido conservar adecuados niveles de liquidez en el sistema, de acuerdo con Caballero.