La reciente colocación de urnas de vidrio para proteger a los leones Fu del Barrio Chino de Lima ha desatado un intenso debate. Mientras algunos visitantes celebran la medida como un paso necesario para preservar este atractivo turístico, la comunidad peruano-china la rechaza al considerarla un acto contrario a la tradición y al valor espiritual que representan estas esculturas.
Los leones Fu, un macho y una hembra, llegaron a Lima en 2017 como obsequio de la República Popular China y desde entonces custodian la entrada de la calle Capón. Para la comunidad china, su presencia simboliza protección y prosperidad. Sin embargo, en los últimos años han sido blanco de constantes actos de vandalismo. El ataque más reciente se dirigió contra la leona, a la que le arrancaron los colmillos y la esfera que sostenía en la boca. Tras ser restaurada, se decidió cubrir ambas esculturas con urnas de vidrio.
La medida ha generado opiniones divididas. Los turistas, tanto nacionales como extranjeros, valoran la decisión porque garantiza la conservación de un ícono cultural y turístico de Lima. En contraste, para los descendientes de la comunidad china, encerrar a los leones representa una falta de respeto a su simbolismo. Según un sondeo difundido por TV Perú, un vecino del Barrio Chino advirtió que “los leones son espíritus libres, por lo que no deben estar encerrados”.
Además, con la nueva protección se interrumpe una costumbre muy popular: acercarse a las esculturas y tocarlas para atraer buena fortuna. Para muchos, ese contacto físico era parte de la experiencia de visitar la calle Capón. Ahora, con las urnas, esa tradición se ve interrumpida.
Asimismo, los leones son considerados espíritus poderosos y libres, capaces incluso de “castigar” a quienes se atrevan a dañarlos. Por ello, los miembros de la comunidad china aseguran que las personas que vandalizaron las esculturas tendrán mala suerte.
¿Qué representan los leones Fu?
Los tradicionales leones Fu custodian desde 2017 la entrada al Barrio Chino, en el Cercado de Lima. Estas esculturas, obsequiadas por la República Popular China, se han convertido en uno de los principales atractivos de la calle Capón y representan en la cultura oriental símbolos de prosperidad y protección.
La pareja está conformada por un león macho y una leona hembra, cada uno con un significado particular. El macho sostiene bajo su pata una esfera que simboliza el mundo y encarna poder, dominio y preponderancia. La hembra, por su parte, protege a un cachorro, lo que representa el cuidado del hogar y la familia. Según la tradición china, estas figuras suelen ubicarse a la entrada de templos y palacios como guardianes espirituales.
Asimismo, las esferas colocadas en los hocicos de las esculturas poseen un simbolismo especial: representan la perla de la sabiduría que persiguen los dragones o, en otra interpretación, la buena fortuna asociada a los leones.
Sin embargo, pese a su valor cultural y espiritual, los monumentos no han estado libres de ataques. No es la primera vez que han sido dañados: el año pasado fueron vandalizados tras viralizarse un reto en redes sociales, lo que derivó en el robo de la esfera y la rotura de los colmillos de uno de los leones.