Una reciente investigación en el sur de Chile contabilizó 500 sismos superficiales, conocidos como ‘terremotos lentos’, en las inmediaciones del Punto Triple Chileno, el sector geográfico donde confluyen las placas tectónicas de Nazca, Sudamericana y Antártica.
Esta llamativa acumulación de eventos sísmicos, confirmada por el trabajo de la investigadora Kellen Azúa y su equipo de la Universidad de Chile, ha puesto el foco sobre la dinámica y la estructura de la placa de Nazca, la misma que comparte Perú, además de Ecuador y Colombia.
La suma de estos 500 ‘terremotos lentos’ en esta región forma parte de un fenómeno que continúa desafiando la comprensión de la comunidad científica. Según reportó BioBioChile, los expertos identificaron que los sismos ocurrieron cerca del llamado Punto Triple Chileno (CTJ por sus siglas en inglés), un sector donde la interacción entre las placas tectónicas es más compleja de lo habitual por la presencia de una dorsal oceánica activa.
En ese lugar, las placas de Nazca y Antártica se separan, generando una cadena montañosa submarina y desplazándose junto a ella bajo la Sudamericana, donde tiene lugar la subducción.
El misterio del Punto Triple
De acuerdo con el nuevo estudio, divulgado por el citado medio chileno, la zona donde convergen las tres placas presenta características únicas en el contexto global.
El CTJ es el único lugar del planeta donde un centro de expansión oceánica activo subduce bajo una placa continental. Esto ha permitido observar un fenómeno denominado ‘ventana de losa patagónica’, consecuencia directa del proceso de subducción: cuando la dorsal submarina y las placas adyacentes penetran bajo la corteza sudamericana, se crea una abertura que expone la placa continental al material más caliente del manto terrestre.
El equipo dirigido por Azúa desplegó estaciones sísmicas sumergidas para captar la actividad tectónica en el fondo oceánico y documentó tanto los 500 terremotos lentos como una brecha sísmica en la zona del centro de expansión subducido.
Según declaró el grupo en Geophysical Research Letters, “la brecha sísmica proporciona la primera evidencia directa del borde marino de la ventana de losa patagónica”.
Los resultados de la investigación sugieren que, en los últimos 300.000 años, esta ventana ha comenzado a formarse al este del Punto Triple Chileno. Para los especialistas, analizar la extensión y forma de la ventana será clave para interpretar la compleja geología y la actividad sísmica de la región, además de sus posibles implicancias en el resto del llamado Cinturón de Fuego del Pacífico.
¿Qué es la placa de Nazca?
La placa de Nazca constituye un bloque tectónico oceánico que se extiende desde el sur de Chile y abarca toda la costa de Perú, llegando hasta Ecuador y el occidente de Colombia.
Según el Instituto Geofísico del Perú (IGP), la actividad sísmica en esa región está asociada de manera directa a la subducción de Nazca bajo la placa Sudamericana.
Los estudios realizados con datos sísmicos regionales y análisis de mecanismos focales han revelado que la geometría de la placa de Nazca varía a lo largo de sus bordes.
En las zonas norte y centro de Perú, la subducción ocurre inicialmente con un ángulo de entre 25° y 30° hasta una profundidad aproximada de 120 km, para luego presentar un tramo horizontal que se extiende por 700 km desde la fosa, de acuerdo a información del IGP.
En el sur, la placa mantiene un ángulo de penetración de 30° hasta por lo menos 250 km de profundidad, continuando allí la denominada subducción normal.
El IGP también ha reportado la existencia de una posible resubducción bajo la ciudad peruana de Pucallpa, donde los patrones sísmicos muestran ángulos de inclinación similares a los del inicio de la subducción, a profundidades de entre 150 y 200 km.
Esa región da lugar al fenómeno conocido como el “Nido de Pucallpa”, marcado por una concentración de actividad sísmica de foco intermedio, particularmente relevante para los estudios de peligro sísmico en el país.
¿Qué son los ‘terremotos lentos’?
El término ‘terremoto lento’ designa un tipo específico de movimiento sísmico descrito por Víctor Cruz-Atienza, investigador en el Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), durante un reportaje de BBC Mundo.
Estos eventos representan “deslizamientos que tienen lugar en una falla geológica” y, en especial, en las zonas de subducción donde dos placas tectónicas interactúan.
A diferencia de los sismos que sacuden la superficie terrestre y liberan energía de forma brusca, los 'terremotos lentos’ distribuyen su energía gradualmente, en lapsos que pueden extenderse durante días, semanas o incluso meses.
Según los expertos, estos son indetectables para la población, pero modifican las tensiones internas y la deformación de la corteza terrestre. Para el profesor Sergio Ruiz de la Universidad de Chile, el monitoreo de terremotos lentos “abre una ventana para entender la física que controla a los terremotos”.
Algunos terremotos lentos han alcanzado magnitudes considerables, llegando hasta magnitud 7 en la escala de Richter, aunque su desarrollo paulatino previene consecuencias destructivas. Además, según los datos oficiales, estos eventos han precedido a grandes terremotos destructivos en Japón (2011), Nueva Zelanda (2016), Chile (2014) y México (2017 y 2018).
Las investigaciones muestran que la presencia de terremotos lentos puede servir de indicador para identificar regiones en etapa activa, donde podrían generarse terremotos significativos. Sin embargo, como puntualiza Cruz-Atienza, no toda ocurrencia de un terremoto lento desemboca forzosamente en un sismo de superficie.
“Los sismos lentos, al menos con la capacidad observacional que tenemos hoy, parecen ser una condición necesaria pero no suficiente para producir un terremoto”, dijo.
Retos para la ciencia
Los expertos coinciden en la necesidad de ampliar la red de instrumentación sísmica en los países latinoamericanos del Pacífico. Aumentar la cantidad y calidad de los observatorios permitiría recopilar datos precisos de deformación y desplazamientos de placas mediante GPS diferenciales u otros dispositivos de alta precisión.
El nuevo hallazgo en el Punto Triple Chileno inaugura una etapa de observación para comprender el impacto de la actividad tectónica y su vinculación con la potencial generación de grandes sismos.
El monitoreo de los 500 ‘terremotos lentos’ detectados representa una oportunidad sin precedentes para revisar los riesgos sísmicos en la costa occidental de Sudamérica y ajustar los modelos utilizados por la geofísica regional, señalan los investigadores.