En las milenarias huacas que salpican la ciudad de Lima, un pequeño y esquivo habitante pasa desapercibido para la mayoría de los visitantes: el gecko de Lima, una especie única que ha convertido estos antiguos adobes en su exclusivo refugio. Phyllodactylus sentosus, así es llamado científicamente, se aferra a la vida en unas pocas reliquias arqueológicas entre los ríos Rímac y Lurín. Esta pequeña criatura, catalogada en peligro crítico de extinción, esconde secretos evolutivos trascendentes y enfrenta el reto de adaptarse en una urbe que crece sin pausa.
Hoy, nuevos descubrimientos en sitios como la huaca Huallamarca y la extensa Zona Arqueológica de Pachacá
mac arrojan esperanza sobre su conservación, al tiempo que subrayan la urgencia de acciones para su protección. Acompáñenos a descubrir los misterios que guarda el gecko de Lima en el corazón de la metrópolis peruana.
El gecko de Lima: un habitante precolombino en la ciudad moderna
En las centenarias piedras de Lima, un enigma de la naturaleza ha encontrado su santuario: el gecko de Lima o Phyllodactylus sentosus. Esta especie, que no tiene parangón en el mundo, ha escogido como refugio las ancestrales huacas peruanas, remanentes de civilizaciones antiguas que ahora se alzan en medio de la urbana sinfonía de la capital. Este diminuto reptil, de no más de 12 centímetros de longitud, representa no solo una lucha por la supervivencia, sino también una pieza vital del rompecabezas biológico que sobrevive en el entramado citadino.
A través del artículo “Nuevos registros para el gecko de Lima, Phyllodactylus sentosus”, un trabajo realizado por Daniel Cossíos y Javier Icochea, se ha plasmado que las huacas son también el escenario de un entorno ecológico particular donde el gecko de Lima ha tejido su existencia. Aun en un paisaje dominado por el avance de la metrópoli, estas estructuras ofrendan grietas y refugios donde la vida silvestre, como el gecko, puede florecer. La adaptación del gecko a este nicho específico es un asombroso testimonio de la resiliencia de la naturaleza y de su capacidad de encontrar hogar incluso en las condiciones más inusuales y desafiantes.
¿Cuál es el estado de conservación del gecko?
En el corazón de Lima, las huacas milenarias emergen no solo como mudos testigos del pasado sino que cobran nueva vida al ser el refugio de una especie inusitadamente resiliente: el gecko de Lima o Phyllodactylus sentosus.
Catalogado tanto en el Libro Rojo de la Fauna Silvestre Amenazada del Perú como en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), el gecko de Lima enfrenta un futuro incierto. Su estado de conservación “en peligro crítico” se basa en criterios estrictos: su área de distribución estimada no supera las 10,000 hectáreas y está en declive, agravado por la decreciente población de especímenes maduros y la degradación sostenida de su entorno natural.
Aun así, la esperanza resurge gracias a descubrimientos recientes documentados por Daniel Cossíos y Javier Icochea. Sus investigaciones han expandido el mapa conocido de la especie, sumando aproximadamente 22 kilómetros hacia el sur-este de la capital y enriqueciendo nuestro conocimiento con nuevos hábitats donde el gecko continúa su lucha diaria por la existencia. Los sitios arqueológicos emblemáticos como Huallamarca y Pachacámac se han unido a esta red de refugios biológicos, demostrando la tenacidad de la vida incluso entre las reliquias de antiguas civilizaciones.
¿Cuál es el principal refugio de esta especie?
Descubriendo los secretos de los antiguos templos de Lima, los científicos han desvelado capítulos inesperados de la historia natural de la ciudad. En recientes exploraciones, la huaca Huallamarca ha cobrado protagonismo al revelar la presencia de 8 ejemplares del reservado gecko de Lima. Este hallazgo se suma al reporte previo de avistamientos en la vasta Zona Arqueológica de Pachacá
mac, que también acoge a estos geckos entre sus milenarias construcciones.
La curiosidad científica no se detuvo ahí. Mayo de 2006 marcó un hito al ampliar la distribución conocida del gecko con descubrimientos en la huaca Mateo Salado y en Puruchuco. Con estos datos, se ha constatado que el área que habita el gecko se extiende aún más hacia el sureste en un corredor ecológico definido por los ríos Rímac y Lurín. Dentro de este pasaje biológico, el refugio más remoto y elevado para estos reptiles lo constituye Puruchuco, un sitio arqueológico distante 13.9 kilómetros del océano y emplazado a 320 metros sobre el nivel del mar.
¿Qué mecanismos de protección y conservación se han activado?
Frente al delicado escenario que enfrenta el gecko de Lima se han activado distintos mecanismos de protección y conservación en pos de su supervivencia. La comunidad científica, junto con las instituciones de conservación, plantean estrategias como la demarcación de áreas protegidas que abarquen los sitios arqueológicos habitados por el gecko, a fin de resguardarlos tanto de la expansión urbana como del deterioro natural. Un seguimiento de su evolución demográfica y estudios sobre sus preferencias de hábitat son acciones ya en proceso, que permitirán afinar las políticas de conservación.
Paralelamente, a través del artículo “Incubación artificial de huevos de gecko de Lima mantenidos en cautiverio” realizado por investigadores de la Universidad Peruana Cayetano Heredia están explorando la reproducción en cautiverio del gecko de Lima mediante la incubación artificial de sus huevos. El objetivo es desarrollar un método que permita criarlos y preservar su especie sin los riesgos que conlleva la vida en un entorno urbano cambiante.
Más allá de las medidas técnicas, se propone una alianza entre la preservación cultural y la protección de la vida silvestre, donde cada huaca se convierte en un centro de cuidado ambiental tanto para el patrimonio arqueológico como para el gecko. Iniciativas de educación ambiental buscan vincular a las comunidades locales con el destino de estos reptiles, informando y capacitando a los ciudadanos para que se conviertan en partícipes activos de la iniciativa de conservación.
Finalmente, se destaca que la situación del gecko de Lima es un claro llamado a la reflexión sobre la importancia de la biodiversidad urbana y la riqueza natural que coexiste con el patrimonio cultural. Este reptil no solo es un legado biológico sino también un símbolo de la interacción entre historia y naturaleza. Salvaguardar al gecko de Lima es, en esencia, rescatar un fragmento de la identidad limeña. Es esencial que las autoridades, científicos y ciudadanos unan esfuerzos de manera colaborativa para garantizar que las futuras generaciones puedan seguir descubriendo la belleza y el misterio que reside en las huacas y en sus moradores más discretos y resilientes.