Claudia Draghi: una mirada al empoderamiento y lucha de las mujeres profesionales para destacar en el competitivo mercado laboral

Las mujeres empoderadas y líderes en el mercado profesional no solo abren puertas para sí mismas, sino que allanan el camino para que las generaciones futuras se inspiren y crean en su poder.

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En portada, coach y docente Claudia Draghi,
En portada, coach y docente Claudia Draghi,

En la actualidad, la mujer peruana está asumiendo un rol cada vez más protagónico en el ámbito laboral. Se ha demostrado que su inclusión en los diversos sectores no solo es un asunto de justicia social, sino que también tiene un impacto positivo en la economía y la sociedad en general. A medida que ha ido adquiriendo un mayor empoderamiento y liderazgo, se puede apreciar una mejora en la toma de decisiones y en la eficiencia de las empresas.

Su liderazgo aporta a que se destruyan estereotipos y barreras de género, lo que a su vez promueve un entorno más justo e igualitario. Además, inspira a otras mujeres a seguir sus pasos y a buscar su propio empoderamiento y dirección en sus carreras. En este sentido, la mujer no solo está transformando el sector laboral, sino también a todos y todo lo que la rodea.

Para comprender el cambio que están viviendo las peruanas en sus vida profesional y laboral, Infobae conversó con la coach y profesora de Pacífico Business School, Claudia Draghi. En el contexto actual, en el que contemplamos las dificultades que tenemos para reinsertarnos al mercado laboral, las inseguridades pueden aflorar, arrastrándonos a una resignación anticipada.

"No hay límites para lo que podemos lograr cuando creemos en nosotras mismas."
"No hay límites para lo que podemos lograr cuando creemos en nosotras mismas."

“En realidad, hemos sido criadas, sin mala intención de nuestros padres o mamás, creyendo que, ser mujeres, nos pone en desventaja. Estos micromachismos que han regido, en lo más profundo de nuestro ser, son los que seguimos enfrentando. Con comentarios de “tú sí que sacrificas tu familia por tu carrera’, ‘¿te dejó el hombre? Lo abandonaste por dedicarte a la carrera’. Tenemos que retroceder algunos pasos del análisis para entender porqué sentimos esa inseguridad. Estamos 3 o 100 pasos más atrás que cualquier hombre que se para y dice ‘soy padre de familia’ -hay que ayudarlo- versus una mujer que dice ‘soy madre de familia’, y se dice, va a faltar, va a pedir permisos”, precisa la conferencista.

Otro escenario al que estamos expuestas es a la competencia entre nosotras, que puede impedir sostenernos y crear comunidades de lideresas que promuevan cambios, el respeto y el ideal de trabajar en equipo para alcanzar estos objetivos.

“Hay una brecha grande en posiciones gerenciales, hay muchos más hombres que mujeres. Tenemos que empezar a mirar de maneras distintas. Sí, hay mucho sesgo inconsciente que nos impide ver la posibilidad de ver mujeres como lideres. Una vez que llegas a la posición de liderazgo, cuando luchas con firmeza y te dedicas a ello, aún se sigue luchando contra esos pensamientos sociales que tienen que ver con el género. Ha sido tan difícil este ascenso que no somos capaces, naturalmente, de mirar a otra mujer de manera igual en términos de competencia. Esto genera que se de esa realidad de la que tanto nos quejamos, nosotras mismas somos nuestro peor enemigo”.

"Ser una mujer fuerte no significa tener que ocultar tu vulnerabilidad, sino aprender a utilizarla como una fortaleza."
"Ser una mujer fuerte no significa tener que ocultar tu vulnerabilidad, sino aprender a utilizarla como una fortaleza."
“Nosotras tenemos un skill de inteligencia emocional y, cuando nos conectamos, es mucho más fácil de comunicarnos. Tenemos que validar que competimos entre nosotras en un entorno que siempre ha sido liderado por hombres”.

La importancia en la que recae aceptarnos y reconocernos nos lleva a reinventarnos, y para hacerlo, Draghi sostiene que “existe una pregunta valiosa, ¿qué quiero ser? Porque cuando yo tengo claro que quiero ser, tengo un propósito claro. Si me sigo quedando mirando, nunca voy a avanzar. No se trata del resto, se trata de mi, sino, el mundo entero nos va a seguir diciendo quiénes tenemos que ser”.

Una transformación que se ha ido visibilizando en los últimos años es la cuota de género en las empresas y cómo influye en empoderar a las profesionales. “Aún están en la tarea de ‘tenemos que cubrir la cuota’. Pero también está pasando que, por ello, están viendo los beneficios. Las mujeres tenemos una mirada distinta -del negocio, de las problemáticas- que las hace complementarias y terminan aportando. Incluso hay estudios que indican que es ‘efectivo y rentable’ tener una mezcla de géneros. De mi experiencia, puedo decir que aún estamos en la cuota, pero no importa, por algo hay que empezar y yo lo aplaudo”, comenta la coach ejecutiva.

"Ser una mujer poderosa no significa ser perfecta, sino ser auténtica y valiente en tus acciones."
"Ser una mujer poderosa no significa ser perfecta, sino ser auténtica y valiente en tus acciones."

Aunque seguiremos enfrentándonos a nuevos desafíos y a esas creencias hereditarias de lo que sí y no puede hacer una mujer, Claudia nos identifica que hay ciertos aspecto que necesitamos reconocer y trabajar para ser peruanas empoderadas con visión de líderes.

“Hay que tener un propósito, quiénes queremos ser y qué legado queremos dejar. No podemos seguir permitiéndonos que esta historia de creencias, de lo que tenemos que hacer y ser, nos terminen definiendo. Tengamos cuidado con nuestro lenguaje corporal. El estar derechas con la mirada no agachada genera beneficios neuronales que terminan impactando en los otros y en cómo te ves o sientes. El lenguaje es clave, las palabras que usamos para describir mi trabajo y a nosotras. Solo desde ahí podemos construir nuevas realidades desde nosotras y el entorno. No esperemos que alguien nos resuelva, sino, encontrar nuestras formas de avanzar y ayudar a otros en este proceso de ver que la equidad y el empoderamiento nos permiten”, concluye.