La escuela en el banquillo de los acusados

La responsabilidad de los padres de los chicos que hacen bullying debe ser juzgada

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La justicia condenó a un colegio por el bullying que sufrió un alumno. Debate por la sentencia
La justicia condenó a un colegio por el bullying que sufrió un alumno. Debate por la sentencia

En las últimas semanas se difundió la condena judicial a una escuela marplatense por las agresiones que sufrió una alumna a consecuencia del bullying de sus compañeros. Si bien la Jueza de Primera Instancia estimó que la escuela era responsable de un cincuenta por ciento de los daños que sufrió la alumna, la Cámara de Apelaciones sentenció que la escuela fue la única responsable.

El Código Civil y Comercial dice que si algo le ocurre a un alumno mientras se encuentre bajo la autoridad educativa y si la escuela es condenada, esta deberá resarcir económicamente a la familia con sus propios recursos o los de la compañía de seguros. La Cámara entendió que la escuela, en tanto institución experta en la materia educativa, sabía o debía saber las potenciales consecuencias físicas y psíquicas que un alumno puede sufrir a causa del bullying y que, el bullying no fue imprevisible ni inevitable.

Frente al bullying, las escuelas suelen no contar con el apoyo de las familias de los agresores. Más aun, en este caso ni siquiera fueron llamados al proceso. Si legalmente los progenitores son los primeros agentes socializadores de sus hijos y si el acoso escolar es una conducta sistemática y reiterada en el tiempo, no resulta equilibrado ni razonable que la escuela sea la principal responsable y que los progenitores no carguen con derivaciones jurídicas a partir de la conducta de sus hijos.

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Es peligroso el mensaje subyacente: acosar a otro no tiene consecuencias legales. Esta sentencia deja a las familias en una posición ajena a la situación, desconociendo la realidad actual donde, docentes, progenitores y estudiantes son parte de un conflicto cuya resolución requiere el involucramiento de todos: el abordaje de este fenómeno debe darse en forma simultánea y conjunta entre las familias y la escuela. La escuela debe ser acompañada y sostenida por las familias.

El mensaje es peligroso si los progenitores de los niños acosadores no cargan con ninguna consecuencia
El mensaje es peligroso si los progenitores de los niños acosadores no cargan con ninguna consecuencia

La alianza escuela-familia es central para el desarrollo de lo escolar. Originalmente, los progenitores se comprometían a aceptar la autoridad escolar y en caso de duda cualquier conflicto se dirimía a favor de la escuela. Pero hoy esta alianza está en crisis y en caso de conflicto, nadie sabe bien cómo se resolverá.

El bullying es un problema agravado por la forma en que los adultos de hoy concebimos a la infancia: la imposición de límites en el hogar es compleja y difusa, y la escuela es un espacio donde a los estudiantes se los forma sobre límites.

Las escuelas tienen muy limitada su actuación frente a la convivencia escolar. Para un abordaje razonable se la debe empoderar con los instrumentos regulatorios apropiados y se la debe sostener cuando debe aplicar sanciones.

Mientras se encuentra una solución de fondo a las cuestiones judiciales, hay que reforzar la prevención, el abordaje ágil de situaciones incipientes de tensión y especialmente familia-escuela deben retomar un diálogo genuino y construir lazos de trabajo coordinado en el que la mirada está puesta exclusivamente en el estudiante y su bienestar. Así, se podrá evitar o contener la judicialización de un conflicto como el que dio lugar a este caso.

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