Fintech en el mundo

En medio de la pandemia se registraron movimientos importantes en este sector que mezcla finanzas con tecnología que podrían, junto con los cambios en los paradigmas de industria, desafiar al sector financiero tradicional

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LendingClub, una de las compañías precursoras del modelo de préstamos P2P, compró el Radius Bank. Primer ejemplo de una fintech que se queda con un banco tradicional
LendingClub, una de las compañías precursoras del modelo de préstamos P2P, compró el Radius Bank. Primer ejemplo de una fintech que se queda con un banco tradicional

Estamos atravesando una situación que meses atrás no habríamos podido imaginar. El contexto a nivel mundial pone (y mantiene) en tensión muchos de los paradigmas bajo los cuáles vivimos durante años, sin muchas veces tan siquiera cuestionarlos. Desde la perspectiva de las compañías, surgen necesidades para adaptarse rápidamente a lo que la situación demanda, mientras que, como consumidores, nuestros hábitos y comportamiento sufre cambios que una vez que la tormenta pase, dejará instalados nuevos paradigmas que regirán por encima de los anteriores, el “nuevo normal”.

Desde la perspectiva de ciertos actores, las Fintech, este periodo podría resultar en un punto de inflexión en actividad y adopción. Y cuando hablamos de Fintech, no hablamos solo de Mercado Pago, sino de cada cruce entre las Finanzas y la Tecnología. Además del sector de finanzas personales, pagos y facturación, las Fintechs abarcan una gran cantidad de sectores:

- Plataformas de financiación, ya sea P2P u otras alternativas

- Compañías que se centren en tecnología de Blockchain para brindar servicios financieros

- Softwares de auditoría, regulación y riesgo asociado al sector financiero (“RegTech”)

- Capacidades para brindar seguros en forma digital, o proveer de analytics a aseguradoras (“Insurtech”)

- Venta, comercialización o infraestructura de herramientas asociadas al mercado de capitales

- Plataformas de inversión o gestión de los activos personales

- Gestión de hipotecas digitales, o plataformas digitales con foco en el sector inmobiliario

- …y por supuesto la gran dimensión de transferencias y remesas

La Argentina, según un informe de la Federación Latinoamericana de Bancos, fue el único país en Latinoamérica que cerró al 100% las sucursales bancarias al no considerarlas actividades críticas

Si se mira el panorama global, se puede rápidamente visualizar muchos movimientos a nivel de Fintechs que podrían, junto con los cambios en los paradigmas de industria, desafiar al sector financiero como lo conocemos. Algunos ejemplos de los últimos 6 meses para destacar incluyen:

- PayPal. El gigante internacional del mundo de los pagos compró Honey, un asistente de compras virtual por USD 4 billones, lo que ilustra la relevancia de construir una plataforma de servicios financieros que forme parte de la vida diaria del consumidor.

- LendingClub. Una de las compañías precursoras del modelo de préstamos P2P, adquirió un banco, Radius Bank. Primer ejemplo (probablemente de varios por venir) de una Fintech que se queda con un banco tradicional.

- Apple. La manzana está moviéndose hacia los créditos a consumo, lanzando a través de Goldman Sachs su tarjeta de crédito. Acompañado a esto se sumó Amazon, quien a través de su plataforma gestionará créditos para pequeños negocios.

Así como existen esos, la lista se extiende. En definitiva, gran parte de la actividad se concentra en la gestión de información, analítica avanzada, pagos, préstamos u oportunidades de inversión. Tampoco hay que dar por descontado que las Fintechs tenderán a beneficiarse por el fenómeno de ampliación de servicios digitales e inclusión financiera, tan presente ya sea en países desarrollados como aquellos en vías de desarrollo.

Luz en medio de la tormenta

Todas las medidas, sin excepción, traen consigo consecuencias. Buenas y malas, muchas veces presentan oportunidades y amenazas dependiendo la perspectiva desde donde uno esté posicionado. La Argentina, según un informe de la Federación Latinoamericana de Bancos, fue el único país en Latinoamérica que cerró al 100% las sucursales bancarias al no considerarlas actividades críticas, mientras que el resto de los países mantuvo un servicio restringido pero operativo, con foco en operaciones impostergables.

Desde nuevos hábitos de los consumidores en una punta de la cadena de valor, hasta la flexibilización en materia de regulación en la otra, hablan de que, a largo plazo, la herencia de la crisis podría estar encaminada a una aceleración en la curva de adopción, básicamente llevándonos a una sociedad con mayor grado de digitalización

La “coronacrisis” además avanza como una tormenta perfecta para el sector financiero. Basta con solo ver la caída en las transacciones, o el comportamiento de los inversores trasladándose hacia activos que brinden mayor resguardo de su patrimonio. Ni hablar que, en la receta de la economía, la “C” de consumo es uno de los ingredientes que más sabor aportan.

Ahora bien, eso no quita que esta época no traiga consigo impacto positivo, o en su extremo, oportunidades. Desde nuevos hábitos de los consumidores en una punta de la cadena de valor, hasta la flexibilización en materia de regulación en la otra, hablan de que, a largo plazo, la herencia de la crisis podría estar encaminada a una aceleración en la curva de adopción, básicamente llevándonos a una sociedad con mayor grado de digitalización. Si vemos Europa, una de las zonas más golpeadas por el efecto de la crisis, un estudio publicado de deVere Group estima un aumento del 72% en el uso de aplicaciones Fintech desde que se activaron los protocolos de cuarentena.

Claro está, algunos fenómenos empiezan a tomar mayor fuerza:

- La banca necesita un upgrade. Rápidamente los bancos más tradicionales tienden a perder clientes que migran hacia aquellos con capacidades digitales instaladas. Muchos bancos actualmente buscan subirse a la ola de la modernización, varios de ellos a través de la asociación con compañías Fintech. Para aquellas Fintechs más chicas, esto podría traer vientos de inversión, siempre tan escasos.

- Servicios financieros sin sucursales. El miedo y la cuarentena mantiene a los clientes lejos de los canales físicos, los cuales de por si tienen costos realmente altos (operativos, impositivos y de mantenimiento). Excelente oportunidad para trasladarse a servicios donde los únicos virus de los cuales deberías preocuparte podrían ser cubiertos con un programa y un firewall. Eficiencia en costos, acceso a áreas más remotas, y cercanía hacia las nuevas generaciones.

- Pagos contactless. La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó hace un mes una advertencia respecto a la gestión del efectivo, cheques, y cualquier otro contacto que sea requerido para efectuar una transacción. Evidentemente, se espera que haya un gran crecimiento de modelos contactless, tendencia que probablemente se sostenga aún después de que el virus le haya dado un fuerte puntapié de aceleración.

En el mundo de los servicios financieros, las condiciones de mercado, sumado al fenómeno de la cuarentena (especialmente si esta última se prolongara), desentierra necesidades que creímos cubiertas, o lo estaban, pero con mecanismos ineficientes. Dichas necesidades, por definición, serán el motor para la instalación de nuevos hábitos. Si estamos esperando la calma después de la tormenta, sepamos que ya puede venir con nombre propio, los servicios financieros digitales.

El autor es líder de Estrategia e Innovación de Auren