“ZensorialMente”: cómo hacer que “tu cuerpo sea tu cerebro” para tomar mejores decisiones

En su nuevo libro, el Doctor en Biología Molecular y experto en neurociencia Estanislao Bachrach explica cómo lo que pensamos puede mejorar nuestra vida, pero también empeorarla.

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Estanislao Bachrach: "¿Sabías que tu mente te miente?”.
Estanislao Bachrach: "¿Sabías que tu mente te miente?”.

“Bienvenidos a ZensorialMente, donde tu cuerpo es tu cerebro y tu cerebro es tu cuerpo. La inteligencia que te falta para conocerte aún más y así tomar mejores decisiones en una vida llena de estímulos”, escribe en su nuevo libro el Doctor en Biología Molecular y experto en neurociencia, liderazgo e inteligencia emocional Estanislao Bachrach.

Tras el éxito de títulos como En cambio, Ágilmente y En el limbo, Bachrach volvió con un libro en el que invita al lector a alcanzar, con mayor claridad y compromiso, una vida con más sentido. Editado por V&R, ZensorialMente no sólo contiene información sobre cómo afectan las emociones a tu cuerpo o cómo sentirlas sino que también posee diferentes ejercicios para aplicar en cada una de ellas como por ejemplo algunas técnicas para desahogarse o resolver un conflicto.

“Durante 30 segundos tu cerebro descifra y maneja más información de lo que el telescopio espacial Hubble ha interpretado y procesado en 30 años (...) Todo tu cerebro podría albergar unos doscientos exabytes de información. Lo que sería el total del contenido digital que existe hoy en el mundo entero”, escribe el autor, que enseñó e investigó en la Universidad de Harvard durante 5 años, donde sus estudiantes le otorgaron el Certificate of Distinction in Teaching Biological Sciences 4 años consecutivos y lo nominaron al prestigioso Joseph R. Levenson Memorial Teaching Prize, que premia al mejor profesor de toda la Universidad.

Sin embargo, según afirma Bachrach en la introducción a su libro, que puede leerse al final de esta nota, la preponderancia del cerebro por sobre el cuerpo en los estudios científicos no está justificada: “¿Por qué durante estas últimas décadas estuvimos tan interesados y subyugados por los misterios del cerebro, pero no de nuestro verdadero templo único, nuestro cuerpo? ¿Por qué hay más artículos científicos acerca del órgano que dirige nuestras vidas, pero no así del lugar donde habitamos? ¿Sabías que tu mente te miente?”.

ZensorialMente apunta a terminar con la dicotomía cuerpo/cerebro para ahondar en una aproximación más integral del ser humano y así encontrar respuestas a los problemas que hoy en día aquejan a gran parte de la población.

“ZensorialMente” (fragmento)

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“La vida es como prepararse para zarpar en un barco que terminará por hundirse” (Filosofía zen)

¿Alguna vez escuchaste la expresión “El cuerpo no miente”? ¿Por qué durante estas últimas décadas estuvimos tan interesados y subyugados por los misterios del cerebro, pero no de nuestro verdadero templo único, nuestro cuerpo? ¿Por qué hay más artículos científicos acerca del órgano que dirige nuestras vidas, pero no así del lugar donde habitamos? ¿Sabías que tu mente te miente? Te miente y mentís incluso sin que te des cuenta. ¿Tu cuerpo también te miente? ¿Puede tu cuerpo –con sus sensaciones, percepciones y movimientos internos y externos– mentirte? ¿Pueden estas sensaciones, a veces placenteras, otras neutras, y por supuesto las desagradables, sean sutiles o intensas, darte y aportarte información valiosa para que transites una vida con mayor bienestar y mejores decisiones? ¿No están acaso en tu cuerpo aquellas emociones que construís a cada momento según tus estados de energía y tus estados de placer o displacer?

Con las diferentes modas que se suceden a lo largo de la historia referidas al autoconocimiento, es fácil que confundas un conocimiento superficial con una experiencia genuina. No pretendo ser el mensajero de la verdad o de lo que está bien, pero algo cambió profundamente en mí en estos últimos años, y tratar de entender qué es lo que me llevó a la investigación de este libro. Atrapado en mi departamento durante la pandemia y la cuarentena, de repente empecé a sentir, entre otras muchas cosas, que me faltaba algo esencial. Aprender a sentir lo que sentía. La experiencia de mi experiencia. Escuchar, registrar y entender mi cuerpo.

Tu cerebro contiene tres veces más neuronas que tu primo más cercano, el chimpancé. Ochenta y seis mil millones de neuronas con cien trillones de conexiones entre ellas. Si bien lo más extraordinario que tenés está dentro de tu cabeza, entre el 75% y el 80% de tu cerebro está compuesto por agua y el resto, en su mayoría, de grasa y proteínas. Impresionante que tres sustancias bien básicas puedan juntarse de manera que te permitan ser quien sos, ¿no?

Una de las cosas que más me sorprenden del cerebro es que todo lo que vos sabés sobre el mundo te lo permite algo que nunca vio el mundo. Tu cerebro existe en silencio y oscuridad, además de no tener receptores de dolor, es decir, no tiene sensaciones. Nunca sintió el sol o el viento. Para tu cerebro, el mundo es solo una cantidad de impulsos eléctricos, como si fuera una especie de código Morse. Es a partir de esta información neutra y básica que crea el maravilloso mundo de sensaciones. Vos, quietito, sentado ahí, sin hacer nada, y durante 30 segundos tu cerebro descifra y maneja más información de lo que el telescopio espacial Hubble ha interpretado y procesado en 30 años. Un pedacito de tu córtex del tamaño de un grano de arena contiene dos mil terabytes de información. Algo así como mil doscientas millones de copias de este libro.

Se estima, según un artículo de la prestigiosa revista Nature Neuroscience, que todo tu cerebro podría albergar unos doscientos exabytes de información. Lo que sería el total del contenido digital que existe hoy en el mundo entero. Tu cerebro, además, es hambriento. Si bien representa el 2% del peso de tu cuerpo, utiliza el 20% de tu energía. En un recién nacido, el 65% del tiempo. Por eso los bebés duermen tanto y tienen tanta grasa corporal. Sus cerebros, que comen y crecen fatigándolos, utilizan esa grasa como reserva de energía. Si bien es el órgano más caro, porque consume mucha energía, también es muy eficiente. Solo necesita cuatrocientas calorías por día. Dos facturas de la panadería.

A diferencia de las otras células del cuerpo, que son típicamente compactas y esféricas, las neuronas son bien diferentes. Largas y fibrosas para permitir el pasaje más eficiente de las señales eléctricas entre ellas. Su cable principal se conoce como axón. Al final de este, se extienden ramificaciones llamadas dendritas. Una neurona puede tener hasta cuatrocientas mil dendritas. Y a los pequeñísimos espacios que hay entre las neuronas se los conoce como sinapsis.

Estanislao Bachrach: "En un centímetro cúbico de tejido neuronal hay más conexiones que estrellas en toda la Vía Láctea".
Estanislao Bachrach: "En un centímetro cúbico de tejido neuronal hay más conexiones que estrellas en toda la Vía Láctea".

Cada una de tus neuronas conecta con miles de otras neuronas, ofreciendo trillones y trillones de conexiones posibles. El neurocientífico David Eagleman afirma que en un centímetro cúbico de tejido neuronal hay más conexiones que estrellas en toda la Vía Láctea. Lo curioso de tu cerebro es lo innecesariamente grande que es. Para sobrevivir en la Tierra no necesitás ser Picasso o Da Vinci, sino simplemente ser más inteligente que otros cuadrúpedos ¿Por qué entonces hemos invertido tanta energía y riesgo en producir semejante capacidad mental que no necesitamos? Tu cerebro nunca te contestará esa pregunta.

Considerando todo lo que se ha estudiado del cerebro durante tantos años, es increíble lo que aún no conocemos de él, o al menos todo aquello en lo que la ciencia no se pone de acuerdo. Por ejemplo: ¿qué es la conciencia?, o ¿qué es exactamente un pensamiento?

Pensar es tu talento más milagroso y vital, sin embargo, en términos fisiológicos, no sabemos exactamente qué es pensar. A tu cerebro le lleva tiempo formarse completamente. Un cerebro adolescente está formado en un 80% y recién está cableado por completo a los veintipico. A pesar de esto, la mayor parte de la formación del cerebro ocurrió en tus primeros dos años de vida. Es además uno de los órganos más vulnerables. Aunque está asentado cómodamente en el cráneo protector, es susceptible de ser dañado cuando se inflama debido a infecciones, cuando le entra líquido, por ejemplo, por sangrado interno, ya que ese material extra no tiene adónde ir. Esto resulta en una compresión de tu cerebro que puede ser fatal. También puede lastimarse si es golpeado de manera repentina contra el cráneo, por ejemplo, en una caída o accidente de auto. Tiene una fina capa protectora de fluido en las meninges, que es la membrana más externa del cerebro.

Sin embargo, tu cerebro es más vulnerable por sus propias tormentas internas. Accidentes cerebro vasculares –segunda causa más común de muerte en el mundo– y convulsiones. Extrañamente, la mayoría de los otros mamíferos no sufren este tipo de accidentes, lo cual sigue siendo un misterio. Tu cerebro es un lugar a la vez desconcertante y maravilloso. Nada con respecto a tu cerebro es simple. Incluso estar inconsciente es algo complicado, como estar dormido, anestesiado o golpeado. Podés estar en coma –ojos cerrados y totalmente inconsciente–, en estado vegetativo –ojos abiertos e inconsciente–, o parcialmente consciente –ocasionalmente lúcido, pero mucho tiempo confundido o inconsciente.

Otra de las cosas inesperadas de tu cerebro es que hoy es mucho más chico que hace diez mil años. Un cerebro promedio se encogió de mil quinientos centímetros cúbicos a mil trescientos cincuenta. Es como haberle sacado el tamaño de una pelota de tenis. No es fácil de explicar por qué ocurrió simultáneamente en todo el mundo, como si hubiésemos acordado en hacerlo. Se presume que con esta reducción el cerebro se hizo más eficiente, empacando más información y rendimiento en un espacio más reducido. Como los smartphones. Pero nadie puede probarlo. Al mismo tiempo que esto sucedía, nuestros cráneos se hicieron más finos. Tampoco nadie puede explicarlo. Quizás tener cráneos menos robustos, dado un estilo de vida más activo, no hace necesario invertir en un hueso de cráneo tan duro. Aunque simplemente también puede ser que hoy no seamos lo que éramos.

Tu cerebro distribuido se extiende hasta los dedos de las manos y los pies a través de los sistemas nerviosos central, autónomo y periférico. El propósito del cerebro y el sistema nervioso es ayudar a un organismo a mantenerse en equilibrio con su entorno. Si tu cerebro distribuido se extiende hasta tus dedos de las manos y los pies, entonces tu cuerpo desempeña un papel crucial en la respuesta a las señales sociales y tus respuestas emocionales. La mayor parte de tu cerebro está dedicado a actividades no verbales, no analíticas, sin procesamiento racional, sino que se basa en tu cuerpo.

Como sabrás, si leíste mi libro anterior, En el limbo, durante los últimos años me interesé cada vez más por el mundo de las emociones. No solo para mi vida, sino por mis clientes, alumnos, familiares y amigos. La mejora de la inteligencia emocional intrapersonal e interpersonal –esta última también conocida como inteligencia social– tiene un impacto mayúsculo tanto en la toma de decisiones como en el bienestar propio y de los que te rodean. Sin embargo, mucha gente aún duda de estas habilidades que todos tenemos y que podemos desarrollar a cualquier edad. De manera sintética, esta inteligencia es tu habilidad de ser consciente y manejar tus propias emociones y estados de ánimo para accionar de modo eficiente en beneficio de tu propia vida y la de quienes te rodean.

Ahora bien, las emociones ¿están en tu cerebro o en tu cuerpo? ¿O en ambos? ¿Es importante responderse esta pregunta? ¿Es el cerebro parte de tu cuerpo o tu cuerpo parte de tu cerebro?

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