De un accidente que casi lo mata, a ser destacado como el abogado del año en EEUU: la historia del argentino Conrado Tenaglia

El experto en reestructuración de deudas dejó el país hace 30 años para estudiar en Harvard. Se asentó en Nueva York y creció en uno de los bufetes más renombrados. Hace casi 5 años, en Bariloche, una caída lo dejó en coma profundo. Volvió a la vida y ahora, en diálogo con Infobae, describe su camino y analiza la situación argentina a la distancia

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Conrado Tenaglia sufrió un golpe en la cabeza a los 53 años y estuvo a punto de morir (Gentileza: Conrado Tenaglia)
Conrado Tenaglia sufrió un golpe en la cabeza a los 53 años y estuvo a punto de morir (Gentileza: Conrado Tenaglia)

Conrado Tenaglia viajó en agosto de 2019 con su familia desde Nueva York hasta Bariloche para pasar dos semanas de vacaciones como todos los años. Allí, mientras esquiaba con su esposa, perdió el control en una plancha de hielo, cayó al suelo y rodó hasta chocar con una piedra. Aunque tenía casco, el impacto fue rotundo: quedó inconsciente en el acto. Tenía 53 años, cuando los médicos pronosticaron, bajo un coma profundo, un 90% de posibilidades de morir o de quedar en estado vegetativo. Pero ocurrió lo inesperado, y a través de un camino arduo de cirugías y rehabilitación, con el seguimiento de profesionales que ayudaron a “traerlo de vuelta”, este abogado egresado de la Universidad de Buenos Aires y que se despidió de la Argentina hace 30 años para perfeccionarse en Harvard y asentarse en Estados Unidos dialoga hoy con Infobae a raíz de que la prestigiosa Latin Lawyer lo distinguió como el abogado internacional del año, un reconocimiento que por primera vez recibe un argentino.

— ¿En qué consiste ese premio?

— Este premio lo entrega la publicación Latin Lawyer, que es una fuente líder de información legal para América Latina. Reconoce a personas, equipos legales y proyectos que han tenido un impacto significativo en la práctica legal, promoviendo la excelencia en el ámbito jurídico. Latin Lawyer es una publicación muy respetada que ofrece una cobertura exhaustiva del mercado legal latinoamericano. Proporciona análisis sobre las principales firmas de abogados, noticias de fusiones y adquisiciones, proyectos de financiamiento y movimientos del mercado. Además, ofrece información valiosa sobre las tendencias legales y económicas en la región, lo que la convierte en una fuente importante para los profesionales del derecho que buscan entender mejor y navegar por el mercado legal en América Latina.

— ¿Qué le genera ser el primer argentino en recibir este reconocimiento?

— Un gran orgullo, los argentinos nos destacamos en muchos rubros, no todos son reconocidos con premios o publicaciones. Me alegra aportar a que el mundo conozca que en Argentina se “cosechan” profesionales a la altura de los mejores del mundo.

Tenaglia trabaja desde hace 30 años en Linklaters, uno de los estudios de abogados líderes a nivel regional en el asesoramiento a bancos y compañías latinoamericanas. Ingresó a ese bufete luego de estudiar el llamado “método de casos” en la Escuela de Leyes de Boston. Desde entonces se instaló sucesivamente en Nueva York, Londres, Madrid y finalmente de vuelta en Nueva York para abocarse al derecho de las finanzas corporativas, orientadas a las financiaciones bancarias y de mercados de valores, refinanciaciones y reestructuraciones de deuda.

Según explica, durante la última década logró desarrollar una práctica “muy importante dedicada a ‘Multilatinas’ dentro de la firma”. “Estas son compañías que se originan en uno de los países de la región y se expanden —detalla Tenaglia—, primero a otros países dentro de la región y luego se aventuran a Europa, Estados Unidos y, progresivamente, el resto del mundo. Son, además, una creación argentina, ya que hace un siglo empresas como Bunge & Born y Alpargatas empezaron a ver que la oportunidad estaba en expandirse a países como Brasil. Luego, como país, nos distrajimos, y Brasil, Chile y Colombia tomaron y usaron este concepto que yo veo como una auténtica innovación por contraposición a la multinacional anglosajona y la gran empresa española que intenta ‘reconquistar’ las Indias”.

El “International Lawyer of the Year Award” anunciado por Latin Lawyer en enero pasado tendrá su celebración el mes próximo en Nueva York. Será un momento cumbre en la carrera de este abogado y la coronación de una increíble rehabilitación luego del accidente que sufrió Tenaglia casi 5 años atrás, cuando una mañana de placer al aire libre terminó en la sala de urgencias del sanatorio San Carlos en el centro de Bariloche. Dos semanas de vacaciones planificadas junto a su esposa -la periodista y escritora Juana Libedinsky- y sus dos hijos —entonces de 8 y 10 años— resultaron ser una mudanza indefinida atada a la evolución de su salud.

Tenaglia dejó el país hace 30 años pero sigue de cerca sus vicisitudes y analiza sus posibilidades en el mercado internacional (Gentileza: Conrado Tenaglia)
Tenaglia dejó el país hace 30 años pero sigue de cerca sus vicisitudes y analiza sus posibilidades en el mercado internacional (Gentileza: Conrado Tenaglia)

¿Recuerda esos primeros instantes después del accidente?

— Absolutamente nada, hay unos 40 días que se borraron de mi memoria. Yo sólo sé que cerré los ojos en una pista de esquí en el Cerro Catedral y cuando los volví a abrir estaba en el Sanatorio Mater Dei en Buenos Aires… El diagnóstico se lo dieron a mi mujer, Juana, yo estaba en un coma profundo, lo que llaman “un tres de la escala de Glasgow”, que es lo más cercano a la muerte cerebral. El pronóstico era muy malo, 90% de chances de morir o quedar en estado vegetativo. Incluso al despertar del coma, el pronóstico era muy incierto con respecto a las secuelas. Yo nací dos veces, casualmente, ambas fueron en el Mater Dei.

— ¿Cómo fue el proceso de curación?

— Estuve en terapia intensiva varias semanas, y dicen que fui recuperando el conocimiento lentamente. Por el golpe, además, tenía una lesión axonal difusa, que es algo así como que se cortan los cables que unen al cerebro entre sí y con el resto del cuerpo. Aunque estuviese consciente había qué ver cuánto del cerebro se podía recuperar, si iba a quedar cuadripléjico o con el entendimiento a medias, entre otras posibilidades. Mis recuerdos de esas semanas son casi nulos, pero mi mujer está por publicar un libro al respecto donde lo cuenta mucho mejor, ¡para empezar porque estaba despierta!

— ¿Qué implicó o qué le exigió ese camino?

— Fue un camino largo de cirugías y rehabilitación y demás, pero siempre tuve grandes profesionales al lado. El doctor Ignacio Previgliano, neurointensivista y ex director del Hospital Fernández fue el “ángel providencial” que se encargó de traerme de vuelta, junto con todo el equipo del Mater Dei. Pero fueron semanas de mucho esfuerzo físico y mental, que luego concluyó en ALCLA, un centro de rehabilitación buenísimo. Los médicos decían que ya que estuviera vivo era un milagro, hice lo posible por completar el milagro, me quería recuperar al 100%, y lo logré.

Tenaglia afirma que su familia fue el motor que lo impulsó a dar la pelea para “recuperar su vida anterior”. Rescata la presencia de su mujer, de sus padres y de sus primas en ese tránsito. También de sus amigos del rugby surgidos de su “segunda casa” ubicada en el club Belgrano Athletic, donde jugó en la posición de Centro y forjó amistades que conserva hasta el día de hoy. A su vez, al responder sobre si cambió su perspectiva de las cosas como consecuencia del accidente, dice: “No me volví ni más ni menos religioso, no me quise ir a meditar a la India ni a una granja en la Patagonia. Pero, si siempre fui agradecido por todos los que nos rodean -y por la medicina argentina-, definitivamente ahora lo soy tanto más”.

Por otra parte, a la hora de analizar la Argentina, Tenaglia sigue el día a día, y si bien vuelve al país con frecuencia, observa todo desde la frenética ciudad neoyorquina, una geografía asociada con las finanzas, los negocios y la búsqueda incesante de inversiones. Desde allí ve “con mucho optimismo” la situación actual a nivel general, con un “mayor interés” de los individuos y de las compañías por “tomar posiciones”, sobre todo en los últimos 60 días.

Recientemente usted hizo referencia a la oportunidad que tiene la Argentina a nivel mundial a través del GNL, ¿cómo sería eso?

— El 50% de la calefacción en el mundo se basa en gas natural. Hay cinco países que lo tienen: Rusia, que con la guerra nadie se lo compra; Estados Unidos, que hoy proporciona el 70% del gas a Europa; Australia, que se lo da todo a Corea, China, Japón e India; Qatar, que enfrenta problemas en su propia región que dificultan su posibilidad de proveer gas. Y Argentina, que tiene Vaca Muerta. La infraestructura para la exportación ya está arrancando con el primer gasoducto de Vaca Muerta a Salliqueló. Sin embargo, para aprovechar plenamente esta oportunidad, Argentina necesita invertir en la construcción de una planta de licuefacción a gran escala, así como en las instalaciones para la carga de buques. Esto permitiría al país no solo satisfacer su demanda interna sino también convertirse en un jugador clave en el mercado global de GNL.

Para Tenaglia, la seguridad jurídica en Argentina debe mejorar, ya que el inversor "percibe el riesgo" en ese ámbito (Gentileza: Conrado Tenaglia)
Para Tenaglia, la seguridad jurídica en Argentina debe mejorar, ya que el inversor "percibe el riesgo" en ese ámbito (Gentileza: Conrado Tenaglia)

— Y en esa línea, ¿qué obstáculos cree que se presentan para generar un mayor flujo de inversiones? O, dicho de otra manera, ¿por qué está trabada la Argentina?

— Un ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Antonio Bermejo, ya lo anticipó en 1921: hay que respetar los contratos y el derecho de propiedad de todos, no solo el de los dueños de los ingenios azucareros como en “Hileret” y “Nougues” sino también el de una hija de inmigrantes italianos, quien fuera también una de las primeras médicas del país y la primera profesora en la Facultad de Medicina de la UBA -Julieta Lanteri-.

La mención de Lanteri tiene que ver con un emblemático fallo de la Corte conocido como “Ercolano”, de 1922. Un año antes, el Congreso de la Nación había aprobado la ley N° 11.157 -la primera ley de locaciones urbanas- que estableció que por un plazo de dos años no podría cobrarse por el alquiler de inmuebles un precio más alto al que se pagaba 1 de enero de 1920. Agustín Ercolano era inquilino en una propiedad de Julieta Lanteri y se amparó en esa normativa para pagar un monto mensual menor al que reclamaba la dueña. El caso llegó hasta al Máximo Tribunal, que resolvió por dos vots contra uno darle la razón a Ercolano. La disidencia estuvo a cargo del ministro Antonio Bermejo, inclinado a priorizar el derecho de propiedad.

— ¿Cuándo diría que comenzó el retroceso del país?

— Creo que gran parte del siglo XX para Argentina representó una serie de desaciertos políticos, jurídicos, económicos y hasta sociales que llevaron al país a donde está hoy. Las causas y razones son varias. Pero lo concreto es que hemos perdido competitividad, y lo positivo es que aún tenemos un país con una cantidad importante de recursos naturales que nos permitirían volver a tomar una posición de relevancia en las conversaciones de orden mundial. Depende de nosotros lograrlo.

— ¿Cómo ve la seguridad jurídica del país?

— En términos de seguridad jurídica, Argentina sin dudas debe mejorar. El Banco Mundial presenta el Índice de Seguridad Jurídica en el mundo, Argentina está catalogada en una situación desfavorable respecto de países como por ejemplo Chile o Uruguay, e incluso Brasil, Colombia y hasta Cuba. El mundo entiende esto y el inversor percibe el riesgo. Asegurada la gobernabilidad, que debe ser el primer tema para considerar, la construcción de confianza requiere de señales claras por parte del gobierno y la oposición, pero sobre todo consistencia y continuidad a lo largo del tiempo. Luego, los distintos inversores de acuerdo con su perfil de riesgo optarán por hacer negocios antes o después con el país y los tipos de acuerdos serán más o menos leoninos para con el país en relación con ello. Las pruebas de la situación actual que atraviesa el país, está en los fallos que ha recibido Argentina en distintas instancias que muestran la situación vulnerable en la que se encuentra. Culpar a los fondos por los contratos que firman, es poner el carro delante del caballo.

— ¿Qué futuro le auspicia al país?

— Veo con preocupación la situación social, pero soy optimista en términos generales. Veo señales positivas importantes como la clara decisión de eliminar el déficit fiscal, y veo un gobierno que busca generar espacios de consenso porque entiendo está convencido de ello, pero también porque es consciente que lo necesita. Y como dije antes, haber derogado la Ley de Locaciones Urbanas que fue la que motivó el planteo -desatendido- de Julieta Lanteri me parece un punto de inflexión.

— Por último, ¿qué opinión le merece la Corte Suprema de la Nación actual?

— Creo que la Corte Suprema debe ser lo suficientemente amplia y todas las sillas disponibles deben estar ocupadas. Veo bien la intención de no demorar las propuestas para cubrir la vacante actual y la futura. No me compete hablar sobre las distintas postulaciones. Sí creo que la Corte Suprema debe volver a ser el faro de una Justicia argentina que debe transformarse rápidamente para mostrar agilidad e independencia.