Sam Altman, CEO de OpenAI, planea revolucionar la industria de los chips con una inversión multimillonaria

Este capital se destinaría a un ambicioso proyecto cuyo fin es revolucionar la industria de los semiconductores a nivel mundial, con el objetivo de incrementar la producción de chips, esenciales para el desarrollo y avance de la inteligencia artificial

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Sam Altman de OpenAI busca inversión de hasta 7,000 millones de dólares para revolucionar la industria de semiconductores. (Sven Hoppe/Dpa/Europa Press)
Sam Altman de OpenAI busca inversión de hasta 7,000 millones de dólares para revolucionar la industria de semiconductores. (Sven Hoppe/Dpa/Europa Press)

En una ambiciosa apuesta por transformar radicalmente la industria global de semiconductores, Sam Altman, CEO de OpenAI, se encuentra en la búsqueda de una inversión que podría ascender entre los 5,000 y los 7,000 millones de dólares. Este proyecto pretende aumentar la capacidad global de fabricación de chips, un elemento crucial para el crecimiento de la inteligencia artificial, según un informe del The Wall Street Journal (WSJ).

La incidencia de ChatGPT, lanzado por OpenAI en noviembre de 2022, ha sido notable, alcanzando el récord como la aplicación de consumo de más rápido crecimiento en la historia, con más del 92% de las empresas del Fortune 500 utilizando la plataforma.

La iniciativa surge como una solución a los desafíos que enfrenta OpenAI para su crecimiento, especialmente la escasez y el alto costo de los chips de IA necesarios para entrenar modelos de lenguaje de gran tamaño, como los que sustentan sistemas de IA tales como ChatGPT. “No hay suficientes de este tipo de chips, conocidos como unidades de procesamiento gráfico o GPUs, para alimentar nuestra búsqueda de inteligencia general artificial, que definimos como sistemas ampliamente más inteligentes que los humanos,” señaló Altman.

Nvidia lidera el mercado de chips de IA con un valor cercano a los 1,72 mil millones de dólares. (REUTERS/Ann Wang)
Nvidia lidera el mercado de chips de IA con un valor cercano a los 1,72 mil millones de dólares. (REUTERS/Ann Wang)

Este proyecto, que cuenta con el interés de inversionistas significativos, incluyendo el gobierno de los Emiratos Árabes Unidos, tiene como objetivo no solo incrementar la capacidad mundial de producción de chips, sino también ampliar las posibilidades de la inteligencia artificial (IA) mediante la mejora y multiplicación de las instalaciones de procesamiento gráfico.

Esta ambición de Altman de incrementar la producción mundial de chips no solo demuestra la creciente demanda de tecnología avanzada de IA sino que también resalta la escasez de infraestructura crítica necesaria para sustentarla. La industria global de semiconductores, que registró ventas globales de 527 mil millones de dólares el año pasado, se espera que crezca hasta mil millones de dólares anuales para 2030, mientras que las ventas globales de equipos de fabricación de semiconductores, maquinaria costosa necesaria para operar las fábricas de chips, fueron de 100 mil millones de dólares el año pasado, según estimaciones del grupo industrial SEMI.

Un mercado en crecimiento

El mercado de chips para inteligencia artificial ha experimentado un auge significativo, liderado por empresas como Nvidia, cuyo valor en el mercado se ha más que triplicado durante el último año, impulsado por la creciente demanda de modelos de lenguaje generativo. Con un control aproximado del 80% en el mercado de chips de IA y un valor de mercado cercano a los 1,72 mil millones de dólares, Nvidia se perfila como una de las compañías más valiosas en el ámbito tecnológico, solo superada por gigantes como Amazon y Alphabet.

La escasez de chips de IA obstaculiza el progreso de OpenAI en inteligencia artificial avanzada. (ASML/Michel de Heer/REUTERS)
La escasez de chips de IA obstaculiza el progreso de OpenAI en inteligencia artificial avanzada. (ASML/Michel de Heer/REUTERS)

Este no es el primer intento de Altman de influir en el mercado de semiconductores. Antes de ser brevemente removido de su cargo en OpenAI, estaba buscando miles de millones de dólares para una nueva empresa de chips, aún no formada, denominada “Tigris”. Este proyecto, según CNBC, buscaba competir eventualmente con Nvidia, lo que llevó a Altman a viajar a Medio Oriente en busca de financiamiento. Además, realizó inversiones en Rain Neuromorphics, una startup de chips de IA para la que firmó una carta de intención para gastar 51 millones de dólares en sus chips.

Altman ha expresado su interés en construir docenas de plantas de fabricación de chips en los próximos años, con una financiación que provendría principalmente de inversores en Medio Oriente y serían construidas y operadas por TSMC.

Apoyos y conversaciones

OpenAI sostiene conversaciones con Microsoft para incrementar su capacidad de procesamiento. La asociación existente con el gigante tecnológico, que recientemente superó una valoración de 3,000 millones derivado del entusiasmo de los inversores por sus esfuerzos en IA y su relación con OpenAI, juega un papel crucial en este proyecto. Satya Nadella, CEO de Microsoft, y Kevin Scott, CTO, han sido informados directamente por Sam Altman, líder de OpenAI, sobre los planes de expansión que incluyen el aumento de la capacidad de chips.

Sam Altman planea construir docenas de plantas de fabricación de chips en los próximos años con financiación de Medio Oriente. (REUTERS/Florence Lo)
Sam Altman planea construir docenas de plantas de fabricación de chips en los próximos años con financiación de Medio Oriente. (REUTERS/Florence Lo)

La colaboración con G42, una compañía tecnológica con sede en Abu Dhabi y presidida por Sheikh Tahnoun, promete llevar soluciones avanzadas de IA a los mercados de Emiratos Árabes Unidos y la región. Esta asociación, anunciada en octubre de 2023, ha generado inquietudes entre algunos sectores del gobierno de Estados Unidos debido a los posibles vínculos de G42 con China.

En enero, el representante Mike Gallagher, presidente del Comité Selecto de la Cámara sobre el Partido Comunista Chino, solicitó a Gina Raimondo, Secretaria de Comercio, investigar estos lazos y considerar restricciones comerciales contra G42, destacando las complicaciones geopolíticas que rodean la expansión de la IA.

El deseo de Altman de establecer nuevas plantas de chips en Estados Unidos se enfrenta a múltiples retos, incluyendo retrasos, la escasez de trabajadores calificados y el alto coste de las operaciones. Un ejemplo clarificador de estas dificultades es el proyecto de 40,000 millones de dólares de TSMC en Arizona, que ha experimentado retrasos.