La Seminci se rinde a Nathalie Baye, la musa afortunada del cine francés

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Valladolid (España), 24 oct (EFE).- La "suerte" y la "casualidad" han marcado la vida profesional y personal de la actriz francesa Nathalie Baye, un recorrido que comenzó de la mano de Françoise Truffaut hace medio siglo en el que ha obtenido cuatro premios César y que está lejos de acabar.

"He tenido muchísima suerte porque he podido empezar mi carrera como actriz con directores muy importantes", ha afirmado en una rueda de prensa que se ha celebrado este martes en el Teatro Calderón, donde esta noche recibe la Espiga de Honor de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci).

Su debut cinematográfico fue con 'La noche americana' (1973), de Truffaut, una "casualidad y una suerte" porque gracias a trabajar con un director tan involucrado pudo "avanzar y aprender más rápido" que si lo hubiera hecho con otros cineastas.

Pero el director de 'Los 400 golpes' no fue el único gran director con el que trabajó: en su Francia natal se puso delante de la cámara de Jean-Luc Godard (‘Salve quien pueda [la vida]', 1980; ‘Detective’, 1985); de Bertrand Tavernier (‘Una semana de vacaciones’, 1980) o de Claude Chabrol (‘La flor del mal’, 2003), así como trabajó con Steven Spielberg en ‘Atrápame si puedes’ (2002) o con Xavier Dolan en ‘Laurence Anyways’ (2012).

"Es mejor empezar con directores tan interesantes, porque es diferente a cuando comienzas con un director que no trabaja de esa forma", ha afirmado, para destacar que "la suerte es una componente importante" para la tarea de cualquier actor, "aunque también el trabajo".

De mala estudiante a gran actriz

En su intervención, Baye ha reconocido que "la escuela no se le daba bien" y le frustraba no sacar buenas notas de niña y que "ni siquiera pensaba en cine" cuando comenzó su carrera cinematográfica, ya que "sólo hacía baile y había hecho algo de teatro".

"Ahora, estar aquí, en este festival para hablar de mi trabajo es algo que me alegra muchísimo, para mí es una suerte y un honor", ha asegurado, antes de comentar algunas anécdotas de Truffaut en su faceta de actor.

"Me parecía muy malo, muy falso, era catastrófico y tenía miedo de terminar hablando como él, porque termino hablando con el mismo acento que la gente con la que trabajo", ha afirmado.

Una crítica que le hizo a la cara mientras la miraba "con unos ojos muy grandes" y, finalmente, el rodaje salió bien. "Es curioso trabajar así con un actor que también es un director, porque creo que él no lo decía mucho, pero le gustaba mucho ser actor", ha señalado.

Cine francés

Nathalie Baye también ha reflexionado sobre la evolución del cine francés en los últimos años, que ha explicado como un movimiento pendular común a todos los países entre los momentos en los que se desarrollan "proyectos importantes, con nuevas técnicas y audacia" y otros, en los que "se está en punto muerto".

"Últimamente no ha habido tantas películas buenas. Yo he recibido muchos guiones, pero no muchos me han gustado y no tenía ganas de entrar en esas historias", ha asegurado.

Esta noche Nathalie Baye recibe la Espiga de Honor de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci), un galardón que este año comparte con las actrices Blanca Portillo (lo recogió ayer), Kiti Mánver, Charlotte Rampling y la Academia de Cine Europeo (EFA), que aceptó el domingo su presidenta, Agnieszka Holland, en la gala inaugural. EFE

fsm/aam/ie

(foto)(vídeo)

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