La inflación sigue marcando el ritmo de la economía, con un impacto que se deja sentir en todos los sectores y en cada hogar. Dentro de este panorama, los alimentos ocupan un lugar destacado como uno de los componentes con mayor peso en el Índice de Precios al Consumo (IPC), pero también como un importante porcentaje del presupuesto familiar. Entre diciembre de 2024 y noviembre de 2025, la evolución del indicador elaborado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) refleja un encarecimiento generalizado del 3,20% en los productos alimenticios, frente al incremento del 2,998% en el conjunto de la cesta de la compra.
Dentro de los alimentos frescos, destacan las subidas de varios productos básicos. Entre ellos se encuentran la carne de vacuno, el café o el cacao, todos ellos con subidas en torno al 20%. Sin embargo, el gran protagonista de los incrementos ha sido la categoría de huevos, con un importante aumento del 42,95% en su precio desde diciembre de 2024.
Según explica Eloy Ureña, responsable avícola de COAG, los datos oficiales reflejan que la demanda se mantiene fuerte tanto desde España como el resto de Europa, donde se comercializa el 20% de la producción, pero la capacidad del sector para responder a este consumo resulta insuficiente. La aparición a mediados de año de la gripe aviar, que obligó a sacrificar aproximadamente dos millones y medio de gallinas ponedoras, redujo de inmediato la disponibilidad diaria de huevos, mientras la reconversión de las granjas de jaula a suelo avanza de forma lenta, obstaculizada por la falta de directrices claras desde Bruselas y la incertidumbre sobre quién asumirá los costes de la transformación.
Las previsiones para el próximo año se mantienen inciertas, con la amenaza de nuevas olas de influenza aviar aún vigente. El sector ha solicitado protocolos claros para actuar ante brotes y minimizar los daños, recordando experiencias recientes en las que un foco se extendió rápidamente a varias granjas, así como soluciones para facilitar la transición del sector hacia la producción en suelo.
La carne de vacuno encara 2026 al alza
En el caso de la carne de res, el aumento del 20,69% en los precios se explica principalmente por una disminución de la oferta en los últimos años, asociada, entre otros, a las consecuencias de enfermedades como la hemorrágica epizoótica, así como la sequía de 2023. Según Joaquín Gargallo, encargado del área de vacuno de la coordinadora agrícola, el abandono de la ganadería extensiva y las dificultades para incorporar a jóvenes al sector, por el exceso de burocracia y las trabas para obtener licencias, han agravado la situación. En paralelo, la demanda internacional sigue creciendo, tanto dentro de Europa como en países terceros, debido a la alta calidad del producto nacional, contribuyendo al encarecimiento.
Las restricciones derivadas de la dermatosis nodular, con brotes recientes en Cataluña y problemas para importar terneros desde Francia, han limitado aún más la movilidad de animales y la disponibilidad de carne en el mercado. Por todo ello, la previsión del sector es clara: “se espera que siga subiendo” el precio de la carne, mientras las organizaciones agrarias advierten que, de no solucionarse estos problemas, la carne de vacuno podría llegar a escasear en los próximos años.
La geopolítica y el clima, claves en el auge de café y cacao
Según Montse Prieto, secretaria general de AECafé, la escalada del 21,91% experimentada por el precio del café en el último año responde a factores externos que afectan al sector agroalimentario: la inflación general, los mayores costes energéticos y la situación geopolítica. El café, materia prima importada, se cultiva en el “eje cafetalero” y depende del clima en los países productores. Además, conflictos internacionales como el de Israel y Palestina, han desviado rutas marítimas y aumentado los fletes, retrasando entregas. A esto se suma la creciente demanda mundial de café, que presiona la relación entre oferta y demanda.
En cuanto al encarecimiento del cacao y el chocolate, cuyo precio subió un 17,48% y un 19,23%, respectivamente, el principal motivo radica en una crisis internacional de la materia prima que ha reducido la producción en los países de origen del cacao, agravada por varios fenómenos climáticos, según señalan desde Produlce. Aunque los últimos meses muestran ajustes más moderados gracias a las mejores perspectivas de cultivo para 2026, la incertidumbre persiste de cara al próximo año y la evolución de precios dependerá de si se cumplen estas predicciones.
El cerdo sube ligeramente frente a un 2026 incierto
El subgrupo de las frutas también contabiliza incrementos importantes, con un 11,19% en las frescas, 7,13% en conservas y frutos secos. La leche (+6,21%) y los productos lácteos (+3,51%) también se han encarecido, mientras que la subida de precios en el grupo de las legumbres ha superado el 4%.
Más allá del vacuno, la carne de ave (+4,68%), la carne de ovino (+4,56%) y las otras carnes (+6,19%) presentan aumentos moderados pero aún notables. La carne de porcino, en cambio, muestra una variación más ligera, de apenas un 1,29%. Este último producto se enfrenta a un panorama mixto este año: aunque la demanda global y las limitaciones de oferta podrían sostener los precios al alza, en países como España los precios apuntan a una tendencia a la baja por la peste porcina africana, que impacta negativamente en el consumo y atrae restricciones comerciales que también contribuyen a rebajar la demanda.
El precio del aceite cae casi un 60%
Por el contrario, entre los productos que registran descensos, como la caída del 7,43% del azúcar o el 1,22% de las patatas, destaca el desplome del 49,13% en el precio de los aceites y grasas. A lo largo de este año, el aceite de oliva en concreto se ha abaratado un 57,86% gracias a una cosecha más abundante y unas condiciones climáticas favorables, que han incrementado la oferta tras años de escasez por sequías. Además, la normalización de la producción y la reducción de presiones sobre los precios de origen han permitido que los costes bajen significativamente.