La Navidad suele asociarse con encuentros familiares y socialización. Sin embargo, para muchas personas estas fechas vienen acompañadas de una sensación de soledad que no siempre se explica en la falta de gente alrededor. Estar sentado en una mesa llena y sentirse fuera de lugar es una experiencia más común de lo que parece.
El psicólogo Alberto Ramírez, conocido en TikTok como @albertopsi.mentalmadrid, ha abordado este fenómeno en uno de sus vídeos recientes, donde explica que la soledad navideña no implica necesariamente estar solo. “La soledad no siempre tiene que ver con sentirse físicamente solo, sino con no sentirse visto, comprendido o conectado”, señala.
Durante las fiestas, se activan expectativas muy concretas sobre cómo deberían vivirse estos días. La unión familiar, la alegría compartida o el amor constante forman parte del imaginario colectivo. Cuando la vivencia personal no encaja con ese modelo, aparece una sensación de desconexión que puede resultar especialmente incómoda. “Estás en una mesa, te ríes por fuera, pero por dentro te sientes vacío”, describe Ramírez. “Piensas: estoy aquí, pero no me siento parte de esto”.
La comparación como detonante
Según el psicólogo, esta fragmentación emocional no responde a una única causa. Puede tener distintos orígenes, pero la comparación juega un papel clave. “En Navidad nos comparamos mucho con lo que creemos que deberíamos tener, y esa comparación constante hace que la soledad pese más”, explica. Las redes sociales y las narrativas socio-culturales refuerzan una idea de celebración ideal que no siempre coincide con la realidad de cada persona.
Ramírez subraya que este tipo de soledad, la emocional, suele ser más dolorosa que la física. “A veces duele más porque no se ve y porque muchas veces no se puede expresar”, afirma. No sentirse comprendido o no encontrar un espacio donde mostrarse tal como uno está puede generar un aislamiento silencioso incluso en contextos sociales.
Una necesidad emocional que no está cubierta
El especialista insiste en que sentirse solo en Navidad no significa que algo esté mal. Más bien indica la presencia de una necesidad emocional que no está cubierta. “No se trata de forzarte a disfrutar, sino de escucharte con más honestidad y menos juicio”, señala. Para muchas personas, el esfuerzo por aparentar bienestar puede intensificar la sensación de vacío.
Una de las ideas centrales de su mensaje es desmontar la asociación automática entre compañía y conexión. “Estar acompañado no siempre significa sentirse acompañado”, advierte. Esta diferencia, según explica, suele pasar desapercibida, pero es clave para entender por qué estas fechas resultan difíciles para algunas personas.
El psicólogo también lanza un mensaje directo a quienes atraviesan esta experiencia. “No te sientas mal por sentirte así”, afirma. Reconocer la emoción es el primer paso para gestionarla de forma más saludable.
La soledad en Navidad sigue siendo un tema poco visible, en parte porque choca con la imagen colectiva arraigada en nuestra cultura. Sin embargo, cada vez más profesionales insisten en la importancia de hablar de ella sin minimizarla. Entender que no todas las personas viven estas fechas de la misma manera permite abrir espacios de cuidado emocional.