Entre los 45 y los 55 años, las mujeres experimentan un proceso natural propio del envejecimiento conocido como menopausia. A esta edad se produce el cese de la menstruación debido a la caída de los estrógenos y la progesterona, lo que lleva asociado una serie de síntomas físicos, psicológicos y emocionales.
Más allá de los sofocos y los problemas para dormir, las mujeres pueden sufrir con la menopausia irritabilidad, cambios de humor, tristeza o angustia, entre otros. Toda esta sintomatología asociada a la menopausia puede tener su versión masculina: el síndrome del hombre irritable.
El síndrome del hombre irritable no es una condición clínica ni una enfermedad, sino otro signo natural del envejecimiento en los varones. La andropausia, como se conoce esta afección, está caracterizada por la hipersensibilidad, la ansiedad, la frustración y la irritabilidad.
El origen hormonal del síndrome se explica por la disminución progresiva de la testosterona a partir de los 40 años, con una reducción estimada en un 1,5 % anual, recoge el doctor Santiago Cedrés en la revista Opción Médica. Un tercio de los varones de más de 45 años ya poseen un descenso considerable, lo que los expone de manera particular a esta sintomatología. El fenómeno se agrava porque con la edad aumenta la globulina que transporta testosterona, lo que reduce la porción de hormona disponible para ejercer su función en el organismo.
Los síntomas de la andropausia
El doctor Cedrés define la andropausia como un proceso complejo que va mucho más allá de los cambios hormonales asociados al paso del tiempo en los hombres. Según explica, se trata de un cuadro que puede manifestarse principalmente a nivel emocional y psicológico, con síntomas que influyen de forma directa en la conducta y en la calidad de vida. No se presenta de manera uniforme en todos los varones, pero cuando aparece, suele hacerlo de forma progresiva y silenciosa.
Uno de los rasgos más destacados es un estado de ánimo bajo, con características propias de un cuadro depresivo. El hombre que atraviesa la andropausia puede mostrarse irritable y con poca tolerancia a la frustración, reaccionando de manera exagerada ante situaciones cotidianas. La impaciencia se vuelve frecuente y puede derivar en actitudes acusatorias y hostiles hacia el entorno más cercano, afectando las relaciones familiares, laborales y sociales.
El especialista también señala una mayor dificultad para controlar la agresividad. Este desbordamiento emocional puede expresarse a través del rencor, la tendencia a no perdonar y una sensación constante de malestar interno. A ello se suma la ansiedad, que suele convivir con un cansancio persistente y una notable falta de energía. En el plano físico, muchos hombres experimentan debilidad muscular, lo que refuerza la percepción de pérdida de vitalidad y capacidad.
Este conjunto de síntomas no solo impacta en el bienestar emocional, sino que puede llevar a conductas de riesgo. El doctor Cedrés advierte que, en algunos casos, estos hombres incrementan el consumo de tabaco y alcohol como una forma de escape o alivio momentáneo. También puede aumentar el uso de medicamentos sin supervisión médica, dando lugar a la automedicación. Por ello, los expertos subrayan la importancia de reconocer la andropausia como un problema de salud integral y de buscar acompañamiento profesional para abordarla de manera adecuada.