Las infantas Elena y Cristina y sus hijos viajarán a Abu Dabi para celebrar el 88 cumpleaños de Juan Carlos I

En plena polémica por la publicación de sus memorias, ‘Vanitatis’ saca a la luz que el Emérito pasará su gran día rodeado de sus nietos y sus hijas

La infanta Cristina de Borbon, Juan Carlos I, Juan Urdangarin, la infanta Elena de Borbon, Victoria Federica y Juan Felipe Froilan en la boda de José Luis Martínez Almeida y Teresa Urquijo (REUTERS/Ana Beltran)

Las próximas fiestas navideñas se presentan con un perfil bajo para las familias Marichalar y Urdangarin, que han optado por un plan marcado por la ausencia de grandes desplazamientos durante los días centrales de la Navidad. Las infantas Elena y Cristina, junto a sus hijos, permanecerán en sus lugares habituales de residencia y pospondrán cualquier viaje hasta comienzos de enero.

Según revela Vanitatis, será entonces cuando se trasladen a Abu Dabi para reunirse con su padre, el rey Juan Carlos I, con motivo de una fecha especialmente significativa: su 88 cumpleaños, que celebrará el próximo 5 de enero. Este encuentro familiar congregará a las dos hijas del anterior jefe del Estado junto a seis de sus ocho nietos —Felipe Froilán y Victoria de Marichalar, así como Juan, Pablo, Miguel e Irene Urdangarin— en un contexto emocionalmente delicado tras la polémica desatada por la publicación de sus memorias, Reconciliación.

El 'Telediario 1' emite el vídeo inédito del rey Juan Carlos pidiendo apoyo para su hijo Felipe VI. (RTVE)

No se descarta, además, que a la celebración se sume Laurence Debray junto a su marido y su hijo. La periodista francesa, encargada de dar forma escrita a la biografía del padre del rey, se ha convertido con el tiempo en una figura de gran confianza dentro de su entorno más próximo. Su papel en la construcción del relato público del monarca ha sido determinante, hasta el punto de que muchos ya la denominan la “tercera infanta”, haciendo de su presencia en Abu Dabi en este inicio de año una posibilidad que pocos consideran improbable.

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La publicación del libro ha provocado una notable reacción pública y mediática que, según personas de su entorno, ha resultado difícil de comprender tanto para él como para su círculo más cercano. Estas mismas fuentes consideran que la obra ha sido valorada principalmente a partir de los titulares generados y no tanto por su contenido completo. En ese sentido, subrayan al ya citado medio que el exsoberano “apenas se refiere a la reina Letizia, en contra de lo que se ha difundido”, mientras que dedica una atención considerable a la figura de su hijo, el rey Felipe VI. Un enfoque que, tal y como recuerdan, resulta evidente para cualquiera que haya leído la obra en su totalidad. “El problema es que pocos de los que hablan aquí y allá se lo han leído”, insisten desde su entorno.

El gran descontento de la Zarzuela

La decisión elegida por Juan Carlos I para relatar su trayectoria vital no ha sido bien recibido en el Palacio de la Zarzuela. Más allá del contenido concreto, lo que ha generado incomodidad ha sido el propio hecho de que las memorias vieran la luz en un momento político e institucional especialmente delicado. El Gobierno actual cuenta con socios poco favorables a la monarquía y cualquier movimiento de la Corona es analizado con especial minuciosidad, lo que ha elevado la preocupación por el impacto de la publicación.

Juan Carlos I, en imagen de archivo (Europa Press)

Aun así, el rey emérito se muestra satisfecho por haber podido ofrecer su versión de los hechos que han marcado su vida, especialmente en los últimos años, cuando su figura quedó bajo un intenso escrutinio a raíz de sus irregularidades económicas y de aspectos relacionados con su vida personal. En el libro, opta por no entrar en pormenores exhaustivos ni señalar directamente a personas concretas, una decisión que, según su entorno, le permite sentirse en paz con su propio relato, aunque haya generado decepción entre sectores de la opinión pública que esperaban explicaciones más detalladas.

Sin embargo, quienes conocen los códigos internos de la Casa Real recuerdan que este nivel de exposición pública resulta difícilmente compatible con una institución que, durante décadas, ha construido su imagen sobre la discreción y el silencio. En este escenario, el cumpleaños del monarca se celebrará nuevamente fuera de España, una distancia que pesa tanto en el plano físico como en el emocional, especialmente en lo que respecta a su relación con sus herederos directos, el rey Felipe VI y la princesa Leonor, con quienes no mantiene el contacto cercano que desearía. Por ello, la presencia de las infantas Elena y Cristina adquiere una relevancia especial. Sus visitas son, para Juan Carlos I, uno de sus principales apoyos personales y un elemento clave que le ha ayudado a sobrellevar lo que él mismo define con frecuencia como un exilio.

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