La educación pública está atravesada por la segregación escolar, según concluye un análisis presentado por el Grupo de estudio sobre segregación escolar de CCOO. El informe sostiene con datos que el sistema educativo español figura “entre los más segregados” del mundo, lo que perpetúa y agrava las desigualdades sociales existentes. Y, a la cabeza de la desigualdad, se encuentran Madrid, Cataluña y País Vasco.
La segregación escolar en España adopta múltiples formas. La más extendida es la segregación por nivel socioeconómico, que separa al alumnado según los recursos y el capital cultural de sus familias. El análisis identifica como uno de los principales motores de la segregación la existencia de una red de centros privados concertados, financiados con fondos públicos, que seleccionan a su alumnado mediante mecanismos como el cobro de cuotas ilegales. El estudio de Xavier Bonal, Ángel Martínez y Lucas Gortázar (2024) confirma que entre el 81% y el 95% de los centros concertados cobran cuotas ilegales, lo que limita el acceso de las familias con menos recursos. En comunidades como Cataluña, la Comunidad Valenciana y el País Vasco, el 87% de los centros concertados imponen estas cuotas, generando una barrera económica que refuerza la segregación.
El informe denuncia que la defensa de la “libertad de elección” de centro, esgrimida por partidos de derechas y extrema derecha, encubre en realidad la libertad de selección del alumnado por parte de los centros concertados y de las familias con mayor capacidad económica. Esta postura, según el documento, vulnera el artículo 27 de la Constitución Española, que reconoce el derecho a la educación y la obligación de promover el pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a los principios democráticos de convivencia.
Madrid, Cataluña y País Vasco, las que más segregan
El diagnóstico de la segregación escolar en España, basado en los microdatos de PISA 2022, revela que la segregación por nivel socioeconómico en Educación Secundaria alcanza un índice de 0,36 a nivel estatal, con la Comunidad de Madrid a la cabeza (0,42 para alumnado desfavorecido y 0,45 para el más favorecido). Otras comunidades como Cataluña, Melilla y Asturias presentan también valores elevados, mientras que Cantabria, Castilla-La Mancha y Castilla y León registran los niveles más bajos.
En comparación con otros países europeos, España se sitúa en una posición media-baja, pero la cosa cambia a nivel autonómico. En el informe destacan que la Comunidad de Madrid supera a países como Francia, Italia o Reino Unido en segregación.
La segregación del alumnado de origen inmigrante, medida por el índice de aislamiento normalizado, es de 0,19 a nivel estatal, con Cataluña y el País Vasco a la cabeza (0,24). Estas cifras sitúan a España en el tercio superior de los países europeos con mayor segregación de este tipo, solo por detrás de Austria, Reino Unido y Bélgica. La tendencia en los últimos 20 años muestra un aumento sostenido de la segregación del alumnado inmigrante, especialmente en Cataluña.
Las propuestas para disminuir la segregación
La Federación de Enseñanza de CCOO propone un conjunto de medidas estructuradas en nueve ejes, entre las que se incluyen el incremento de la inversión educativa hasta el 7,41% del PIB, la eliminación del distrito único escolar, la supresión de cuotas en la enseñanza obligatoria, la priorización de recursos en los centros menos demandados, la universalización de servicios complementarios gratuitos y la creación de un observatorio de la equidad educativa. El sindicato insiste en que “la educación no es gasto, sino que es una inversión imprescindible para garantizar un sano futuro social” y reclama la colaboración de todas las administraciones y la sociedad civil para erradicar la segregación escolar.
El informe identifica múltiples causas de la segregación escolar: la segregación residencial, la libertad de elección de centro, la existencia de una red concertada sobrefinanciada, políticas educativas segregadoras, desigualdades en el acceso a recursos y programas académicos especializados, y la percepción de calidad de los centros. Las consecuencias son profundas: desigualdades en el acceso a recursos educativos, bajo rendimiento académico, perpetuación de la pobreza, fomento de la segregación social y efectos negativos en la salud mental y emocional del alumnado.