Ser psicólogo es una de las profesiones más complicadas que existen. Aunque se suele tender a pensar que son héroes por el trabajo que hacen, hay que recordar que son personas. Su labor social es muy grande, y más en una época en la que ha habido un repunte de problemas relacionados con la salud mental.
Sin embargo, los psicólogos también tienen sentimientos y necesidades. Esto es precisamente lo que ha expresado Adrián en TikTok (@itsadrianchico). Este joven cuenta con 305.000 seguidores en esta red social y la suma de los me gusta de todas sus publicaciones superan los 7,7 millones.
“No somos seres de luz”
En uno de los vídeos que ha subido, ha matizado la dura labor que hay detrás de esta profesión. “No somos seres de luz”, comienza afirmando Adrián. Los psicólogos, según explica, “tienen que desarrollar tres habilidades para conseguir sobrevivir en el ejercicio de la psicología”. También apunta que la deshumanización que tienen que hacer es muy dura.
El primer punto es no opinar. “Da igual lo que pienses, el psicólogo no está para opinar”, comenta el joven. Esto quiere decir que, sin importar lo que tú harías en ese caso, tienes que asesorar a la otra persona desde la neutralidad.
Uno de los casos que destaca Adrián es cuando un paciente, después de 16 sesiones, decide volver con su ex pareja. “Cuando te cuenta esto, tienes que sonreír y preguntarle a que se debe esa decisión”. Aunque por dentro te estés retorciendo de la rabia no puedes expresarle tu opinión
El segundo punto es la curiosidad. Hay un muchos casos que a los psicólogos les gustaría preguntar por ciertas situaciones, pero no pueden. “Me encantaría preguntar por la foto del chico del que mi paciente lleva seis sesiones hablando, pero no puedes porque tienes que hablar exclusivamente de la información relevante para el caso”, explica el psicólogo.
Esto se suele experimentar en los primeros meses que empiezas a ejercer la profesión. Cuando llevas varios años, lo habitual es que desconectes cuando se termina tu horario laboral.
El tercer punto es el que se basa más en la intuición. “Desarrollas un radar militar para escapar de esas personas que te quieren contar su vida sin conocerte solo porque eres psicólogo”, cuenta Adrián. Lo cierto es que es algo que han vivido la gran mayoría de psicólogos.
“Al principio es algo que te encanta . Estás estudiando psicología y eres la voz de la sabiduría de todo el mundo”, explica. Sin embargo, cuando llevas tiempo ejerciendo la profesión, esto cambia por completo.
“Cuando ya tienes experiencia viendo pacientes, llega un punto en el que ves a alguien mover medio ojo hacia ti y con tu radar prevés que te va a contar algo y estás tres calles más allá para que no te dé la chapa”.
Este último punto es muy habitual. Al igual que en otros trabajos, cuando sales lo último que te apetece es dedicarle tiempo a cosas que tengan que ver con tu empleo. El testimonio de Adrián es muy valiosos para comprender la figura del psicólogo.