La carne es el plato estrella en muchas casas. Eso sí, cada cual lo prepara de una forma diferente. Y es que mientras algunos disfrutan la jugosidad de un término medio, que conserva más sabor y ternura, otros prefieren la seguridad de una cocción completa. Por contra, también están los que escogen consumir la carne casi cruda. Sin embargo, esta opción ha generado dudas en algunos sectores, ya que algunos piensan que puede afectar negativamente a la salud de los consumidores.
El punto de cocción de la carne determina su sabor, textura y seguridad alimentaria. Desde un término bleu, apenas sellado, hasta una cocción completa, cada nivel responde a preferencias y tradiciones culinarias. Controlar la temperatura interna es esencial para evitar riesgos sanitarios y lograr el equilibrio entre jugosidad y firmeza. A continuación, te explicaremos cuál es la temperatura adecuada a la que se debe preparar.
La importancia de cocinar bien una carne
El punto de cocción de la carne es clave tanto para garantizar la seguridad alimentaria como para preservar sus propiedades nutricionales. Así, los organismos internacionales de salud insisten en que es necesario alcanzar una temperatura interna mínima para eliminar bacterias como la Escherichia coli y la Salmonella.
En este sentido, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) establece que las carnes rojas deben cocinarse a al menos 62,8 °C para un término medio y 71,1 °C para una cocción completa. La carne de cerdo requiere 71 °C, mientras que el pollo y otras aves deben alcanzar los 74 °C, debido a su mayor riesgo de contaminación bacteriana.
No obstante, los expertos advierten que una cocción excesiva tampoco es buena, ya que puede generar compuestos dañinos, como aminas heterocíclicas e hidrocarburos aromáticos policíclicos, que pueden afectar gravemente a la salud de las personas.
Antes esto, los nutricionistas recomiendan un punto medio de cocción para equilibrar seguridad y valor nutricional. Además, el uso de un termómetro de cocina es fundamental, puesto que el color de la carne no siempre indica su cocción adecuada. Seguir estas recomendaciones contribuye a reducir riesgos sanitarios y a mejorar la calidad de los alimentos. Con todo ello, no es tanto el punto de la carne sino la temperatura a la que se cocine. Eso sí, la cocción debe llegar a toda la pieza.
Otros consejos para cocinar bien la carne
Para cocinar bien la carne y garantizar tanto su sabor como su seguridad alimentaria, es clave seguir algunas recomendaciones. En primer lugar, es necesario elegir cortes de calidad y dejarlos a temperatura ambiente unos minutos antes de cocinarlos para lograr una cocción uniforme. Después, a la hora de cocinar, se recomienda utilizar un termómetro, para así controlar la temperatura y no estropear el producto.
Sellar la carne a fuego alto al inicio ayuda a mantener los jugos en su interior, mientras que dejarla reposar unos minutos después de cocinarla permite que los líquidos se redistribuyan. Evitar el uso excesivo de fuego directo previene la formación de compuestos dañinos. Además, es recomendable sazonar con sal al final para evitar que la carne pierda humedad.