El único caso en el que conviene quedarse en paro antes que volver a trabajar: tendrás una pensión más alta

En España, los mayores de 52 años que están en situación de desempleo se enfrentan a una situación especialmente complicada. Tal y como explican desde El Blog Salmón, las empresas suelen mostrarse reticentes a la hora de contratar a trabajadores de esta edad, ya que son personas mucho más próximas a la jubilación, y les pueden percibir como trabajadores que aprenden más despacio que otros más jóvenes. Esta realidad ha hecho necesaria la creación de un subsidio específico para los desempleados en este rango de edad, destinado sobre todo a aquellos que ya han agotado su prestación contributiva por desempleo.

Este subsidio está dirigido a aquellos desempleados mayores de 52 años cuyos ingresos sean inferiores al 75% del Salario Mínimo Interprofesional (SMI). Su cuantía es escasa, rondando los 480 euros al mes, lo que se traduce en 6.720 euros al año. No obstante, su diseño ha generado controversia debido a los incentivos que pueden llegar a pausar la búsqueda de empleo y desincentivar la vuelta al trabajo.

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Requisitos para solicitar el subsidio

Para solicitar este subsidio, los interesados deben cumplir varios requisitos:

• Estar en situación de desempleo y no ser trabajador fijo discontinuo.
• Tener al menos 52 años al momento de la solicitud.
• Haber estado inscrito como demandante de empleo durante al menos un mes previo a la solicitud.
• Haber agotado completamente la prestación por desempleo o el subsidio anterior.
• No haber rechazado ofertas de trabajo ni incumplido el acuerdo de actividad establecido por el SEPE.
• Disponer de un mínimo de 15 años cotizados a la Seguridad Social, incluyendo obligatoriamente dos años dentro de los últimos quince.
• Haber cotizado por desempleo durante un periodo mínimo de seis años a lo largo de la vida laboral.

Sin duración determinada y una cotización del 125%

El subsidio presenta tres características principales que podrían estar fomentando la inactividad laboral:

• En primer lugar, se consideran únicamente los ingresos individuales del solicitante, no los familiares. Esto significa que una persona desempleada en una familia con buenos ingresos podría recibir el subsidio, lo que contrasta con otros tipos de ayudas.
• En segundo lugar, el subsidio no tiene una duración determinada y se mantiene hasta que el beneficiario vuelva a trabajar o alcance la edad de jubilación. A diferencia de la prestación contributiva por desempleo, que se reduce progresivamente para incentivar la búsqueda activa de empleo, este subsidio ofrece una cuantía constante.
• La tercera particularidad, y quizás la más relevante, es que el subsidio incluye una cotización a la Seguridad Social por un 125% de la base mínima. Esto implica que, de cara a la jubilación, solo sería rentable aceptar un empleo si el salario ofrecido supera el 125% de la base mínima de cotización, lo que equivale a aproximadamente 20.000 euros al año. Para muchos, aceptar un empleo con un salario inferior no sería beneficioso para la futura pensión.

Los datos respaldan la percepción de que este subsidio desincentiva la búsqueda de empleo. Según el portal web citado, los mayores de 52 años que reciben el subsidio buscan trabajo con menos frecuencia que los más jóvenes. Además, los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) revelan que un 175% de los mayores de 60 años que se declaran en búsqueda de empleo cobran una prestación o subsidio por desempleo. Este porcentaje superior al 100% se explica porque muchos beneficiarios del subsidio declaran estar buscando trabajo para cumplir con los requisitos, aunque en realidad no lo hagan.

Aunque este subsidio puede ser de gran ayuda para los desempleados mayores de 52 años que no consiguen encontrar trabajo, los datos afirman que también hace que este perfil de trabajadores se mantengan fuera del mercado laboral hasta que alcanzan la edad de jubilación. Esto plantea un desafío para el sistema, y podría generar una carga adicional para los jóvenes trabajadores, ya que son ellos los que deben sostener el sistema con sus contribuciones.