Denzel Washington aterriza en Italia: estos son los increíbles pueblos de la costa Amalfitana en los que se rodó ‘The Equalizer 3′

No es James Bond ni John Wick, pero algo tiene que es capaz de sembrar el caos, restaurar la paz y asestar un par de buenos golpes por el camino. El justiciero de Denzel Washington se ha convertido en uno de los grandes fenómenos del cine de acción de los últimos años y acaba de aterrizar en la cartelera con su última entrega, The Equalizer 3, que será también la última de la saga. Pero de momento la despedida de nuestro querido Robert McCall no está siendo amarga en absoluto, pues no son pocos los que se están pasando por el cine a presentar los respetos a este nuevo padrino del cine de acción.

The Equalizer se ha convertido en el número 1 de la taquilla tras su estreno, superando a otras grandes películas ya asentadas en la cartelera como Campeonex, Megalodón 2, Elemental o los gigantes Oppenheimer y Barbie, grandes triunfadores de este verano en las salas. No obstante, McCall ha podido con todos ellos y en su semana de estreno se ha situado en lo más alto del ranking, lo que demuestra la pericia de este actor que, a pesar de su edad, sigue siendo capaz de llevar al público a las salas después de tanto tiempo. Y en esta ocasión lo hace además con una película muy especial, que no solo tiene sangre y tiros -que los que tiene son bien buenos, todo sea dicho- sino que además nos presenta un escenario completamente nuevo para el protagonista y para los espectadores, un paradisíaco pueblo italiano a orillas del mar y al pie de la montaña.

El cierre de la trilogía se ambienta en el pequeño y ficticio pueblo de Altamonte, un lugar cercano a Nápoles pero aparentemente alejado de todo, y en el que McCall puede recuperarse de sus heridas, reflexionar sobre su vida y de paso tomarse unas improvisadas pero merecidas vacaciones. Este pueblo, que como decimos no existe en realidad sino que se ha inventado para la película, está inspirado en varias localidades de la provincia de Salerno, en la región de Campania, dentro de la siempre espectacular costa amalfitana.

Después de sufrir un grave percance en el magnífico prólogo ubicado en una gran bodega, McCall es socorrido por un humilde policía de Altamonte, Gio Bonucci (Eugenio Mastrandrea), quien lo lleva hasta la casa del médico del pueblo, Enzo Arisio (Remo Girone). Allí McCall (Washington) reposa unos días hasta que se ve con fuerzas para caminar, y una vez comienza su rehabilitación, descubrimos con él el sencillo y humilde pueblo al que ha ido a parar, un pueblo a orillas del mar pero escondido entre montañas, y que parece más sacado de un fantástico cuento que de un sitio real. Y, aunque pueda sorprender a muchos, esos paisajes son completamente reales.

Aunque el pueblo de Altamonte no existe como tal, The Equalizer 3 se ha rodado en otros que, sumados y remezclados, constituyen en buena medida su esplendor. Cogiendo monumentos y lugares de uno, la panorámica de otro o las calles de un tercero, la película lograr recrear la esencia del clásico pueblo italiano de la costa amalfitana, al tiempo que desarrolla la historia de venganza de McCall y el pueblo de Altamonte hacia unos mafiosos de la Camorra que pretenden hacerse con el control del noble municipio.

Aunque la película se rodó en varias localidades pertenecientes a la costa amalfitana, destacan las localizaciones de Ravello, Minori y Atrani. De esta última son principalmente los exteriores de la película, la fachada general del pueblo, con ese enorme y majestuoso puente que lo atraviesa, así como la famosa plaza en la que se ambienta el café al que acude McCall y donde se acaba encontrando con la agente que interpreta Dakota Fanning. Minori es otro de los pueblos en los que se rodó The Equalizer 3, con las escenas de la playa así como una de las escenas clave del final del filme. Por último, en Ravello se rodaron también varias de las calles, así como una de las iglesias que se puede ver en la película.

Como podemos ver, el póster de la película con el llamativo Coliseo de Roma tras Denzel Washington poco o nada tiene que ver con la película, ya que su mayor parte está rodada en los pequeños pueblos de la costa amalfitana. Como si de unas grandes vacaciones se tratase, Antoine Fuqua y el resto del equipo. “Fue una experiencia increíble. Aprender el idioma; conocer a la gente. Quiero decir, he estado allí varias veces, pero esta es una manera totalmente diferente porque estuve inmerso allí durante seis meses. Estuve en Roma, Amalfi y Nápoles, así que pude probar los diferentes sabores de Italia y todo eso” comentaba el director.

Desgraciadamente, no fue todo coser y cantar durante el rodaje, pues la película también atravesó algún que otro contratiempo. Durante el rodaje se incautaron hasta 120g de cocaína a parte del equipo de catering que estaba trabajando en la película, después de que el jefe de este departamento muriese de un infarto. Un incidente que no pasó a mayores y que no impidió que el rodaje continuase con normalidad, a pesar de ilustrar que a veces la realidad supera a la ficción, y que los vicios de la camorra italiana que estaban filmando podían estar ocurriendo también detrás de las cámaras.