“En el catolicismo naces siendo pecador y [lo] eres toda tu vida”, expresó Madonna a la revista Rolling Stone en marzo de 1989, apenas unas semanas después de lanzar el video musical más controversial de toda su trayectoria artística: “Like a Prayer”.
La cantante tenía 30 años en ese entonces y se enfrentaba a una etapa decisiva de su carrera... recién se había divorciado de Sean Penn y ya no podía empujar más su faceta como actriz tras el fracaso de la película ¿Quién es esa chica? (1987).
El videoclip del tema se emitió por la señal de MTV el 23 de febrero de 1989. “Quería explorar la correlación entre el éxtasis sexual y el éxtasis religioso”, contó en 2021 la directora Mary Lambert a The Hollywood Reporter. “La idea de un Jesús negro era aterradora para mucha gente”.
La incorporación de esta idea se remonta también a los orígenes y vivencias de Madonna junto a la comunidad afroamericana. “Cuando era pequeña, deseaba ser negra. Todas mis amigas eran negras. Vivía en Pontiac, Michigan, y era sin duda la minoría del barrio. Los blancos escaseaban allí. Todos mis amigos eran negros y toda la música que escuchaba era negra”, relató para Rolling Stone.
Y esta declaración de Madonna culminó con un sarcástico desdén hacia la población blanca en Estados Unidos, país que para ese tiempo aún lidiaba con altos porcentajes de racismo y de violencia policial contra la población negra y los inmigrantes: “Si ser negro es sinónimo de tener alma, entonces sí, siento que lo soy”.
Por tal motivo, agregar un personaje negro en la narrativa de “Like a Prayer” fue idea de la misma estrella pop. Lambert recordó que la cantante le dijo que quería “coger con un hombre negro en el altar”. La cineasta pensó entonces que el mensaje podría tomar más fuerza si lo convertían básicamente en un Mesías alejado del concepto hegemónico, el cual estuvo ligado con la Iglesia Católica y sus imágenes de un Jesús blanco. Es decir, quería hacer el amor al mismo Cristo, o a Dios, dependiendo de la interpretación que se le diera.
“Las uniones interraciales siguen siendo polémicas en este país, sobre todo en el amplio sector demográfico de la MTV y la televisión nacional. En ‘Like a Prayer’, no se trata sólo de que Madonna tenga una aventura con un negro. La imaginería religiosa lo hace mucho más profundo que eso”, sostuvo Lambert para Rolling Stone años después del lanzamiento.
A Madonna simplemente le encantó y quería seguir adelante, llevándolo cada vez más lejos, incluyendo las cruces en llamas bajo una perspectiva de “apropiación” de las prácticas ejercitas por racistas. Lambert profundizó sobre este punto: “Que el Ku Klux Klan podría tomar una cruz, que es un símbolo sagrado para muchas personas, y apropiárselo de una manera para infundir miedo y horror y promover el odio racial. Quería darle la vuelta a eso”.
En el metraje se muestra a la “Reina del Pop” como testigo del asesinato de una mujer blanca a manos de un grupo de hombres blancos. Ella se esconde por temor, pero en eso logra divisar a un hombre negro que se acerca al tumulto para defender a la víctima. Sin embargo, su valentía resulta en un arresto y la acusación de un crimen.
Como acto siguiente, Madonna le reza a la estatua de un santo negro, muy similar al hombre que fue condenado. Y en eso tiene la impresión de que la figura está llorando, una referencia a los “milagros” observados en monumentos de supuestos santos que lloran.
“Se acuesta en un banco y cae en un sueño en el que comienza a caer en el espacio sin que nadie detenga su caída”, explicó la intérprete a The New York Times tras la publicación del sencillo. “Esa es la culpa en el catolicismo de que si haces algo que se siente bien, serás castigado”.
En “Like a Prayer”, la verdad debe salir a la luz y así lo procurará la protagonista: contará lo que vio para librar a ese hombre inocente. Entonces, hacia el final, la bondad debe superar la oscuridad y así definir el futuro del mundo. Aunque la historia como tal no es tan polémica, sus elementos -para la época- sí resultaban controversiales para ciertos sectores más conservadores.
“No recuerdo que nadie se levantara en su defensa. Excepto el público en general”, sostuvo Mary Lambert a THR. “Estaba muy orgullosa de eso”. Si bien hubo un respaldo de su público más fiel, no debe pasarse por alto que la comunidad afroamericana en EE.UU. no se sintió tan halagada y, desde sectores más activistas con figuras como bell hooks, se le cuestionó por apropiación cultural.
El video de “Like a Prayer” fue prohibido por el Vaticano
El Jesús negro, las cruces en llamas y la sensualidad de Madonna enojaron no solamente a los católicos más acérrimos, sino que llegó incluso a incomodar a las esferas más altas de la religión. El videoclip de “Like a Prayer” fue tachado de “blasfemia” y prohibido por el Vaticano. Se le consideró como una especie de afrenta a la iglesia que no podía simplemente pasarse por alto.
“El vídeo es una blasfemia e insulto porque muestra inmorales dentro de una iglesia”, señaló el historiador italiano Roberto de Mattei por ese entonces, según recogió el programa de televisión Entertainment Tonight. Este último, a propósito de los 30 años del video que se cumplieron en 2019, lanzó un breve recuento y su exproductora Lu Murray reveló que su equipo estuvo dentro de los primeros en verlo. De hecho, lo emitieron antes que MTV, aunque incompleto para no meterse en problemas.
“Recuerdo que tomé el vídeo y corrí a la sala de edición, se lo di al editor y le dije que teníamos que cortar esto muy rápido. Pusimos el vídeo y empezamos a verlo, y entonces nos miramos y yo dije: ‘Uh oh. No sé si vamos a poder emitirlo’”, contó y, finalmente, terminaron por eliminar las escenas de las cruces ardientes y otros elementos polémicos: “Sabíamos que iba a ser una gran noticia”.
Madonna fue constantemente atacada por grupos religiosos y de derecha, pero no fue la única afectada. Ella había firmado un acuerdo publicitario con Pepsi (valorizado en USD 5 millones) y se transmitió un comercial con la canción antes de que presentara oficialmente su video, motivo por el que la American Family Association y más agrupaciones conservadoras pidieron el boicott de la marca.
Una vez que el video oficial del tema se dio a conocer, la compañía de bebidas lo retiró del aire ante la presión de la opinión pública. En 2023, el spot publicitario fue resubido en el canal oficial de Pepsi y la cantante estadounidense celebró la decisión y agradeció que finalmente se reconociera la “genialidad” de su colaboración con la gaseosa.
“El anuncio fue cancelado inmediatamente cuando me negué a cambiar cualquier escena del vídeo en la que besaba a un santo negro o quemaba cruces. Así comenzó mi ilustre carrera como artista negándome a comprometer mi integridad artística”, expresó en Instagram. “Los artistas están aquí para perturbar la paz”.
Madonna pidió reunirse con el Papa Francisco
A los 64 años, Madonna pidió reunirse con el Papa Francisco tras alegar haber sido injustamente excomulgada de la Iglesia Católica al menos unas tres veces. “Hola, Papa Francisco. Soy una buena católica”, escribió un tuit en 2022 y prosiguió con un juego de palabras con la doble definición de la palabra “swear” en inglés (jurar y maldecir):
”¡Lo juro! Quiero decir que no maldigo. Han pasado varias décadas desde mi última confesión. ¿Sería posible encontrarnos un día para discutir algunos asuntos importantes? He sido excomulgada 3 veces. No me parece justo. Atentamente, Madonna”.
Aunque no recibió respuesta del Sumo Pontífice, la intención de Madonna de acercarse a Dios ha sido evidente a lo largo de los años y, en una entrevista con la revista Harper’s Bazaar, aclaró que tenía una “relación curiosa” con la religión.
“Creo mucho en los rituales, siempre que no hagan daño a nadie”, reconoció. “Pero no soy una gran fan de las reglas. Y, sin embargo, no podemos vivir en un mundo sin orden. Pero para mí, hay una diferencia entre reglas y orden. Las normas la gente las sigue sin cuestionarlas. El orden es lo que sucede cuando las palabras y las acciones unen a las personas, no las separan”.
Y concluyó con una defensa de las decisiones creativas en su carrera: “Sí, me gusta provocar; está en mi ADN. Pero nueve de cada diez veces, hay una razón para ello”.