El avance asiático en autos pone a prueba la alianza industrial entre Argentina y Brasil

El acuerdo de complementación comercial entre ambos países seguirá vigente hasta mediados de 2029. Hoy se reparten el 90% de los autos nuevos que se venden en Argentina, pero tienen cada vez más competencia

Argentina hace vehículos comerciales y Brasil de pasajeros. Esa ecuación es la que le sirve a ambos países para complementarse

Los vigentes acuerdos de intercambio comercial con México, Colombia y Uruguay, el inminente y esperado con Estados Unidos, el postergado pero próximo a concretarse con la Unión Europea, y el cupo de 50.000 autos híbridos y eléctricos anuales sin arancel de importación que el Gobierno creó hasta 2029 ponen en observación la real necesidad o no, de mantener el actual intercambio comercial que Argentina tiene con Brasil. Se enmarca en el Acuerdo de Complementación Económica 14 (ACE14), que es la herramienta con la que se comercializa el 89% de los autos 0km en el mercado argentino.

Si bien esta apertura tiene su más férreo argumento en el libre comercio que forma parte esencial de la política de la presidencia de Javier Milei, los convenios con los países de la región son muy anteriores a la llegada del gobierno libertario, en diciembre de 2023.

Incluso con ideas políticas y económicas opuestas de sus primeros mandatarios, el bloque que conforman Argentina y Brasil no se puede interrumpir hasta junio de 2029, cuando venza el actual sistema de compensación llamado Flex, por el cual por cada dólar que un país le vende al otro, tiene derecho a comprar uno sin pagar arancel alguno de importación.

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Así, Argentina y Brasil se venden autos 0 km entre sí sin límites y sin barreras arancelarias. Eso permitió que la mayoría de las marcas que producen autos en ambos países hayan desarrollado un sistema por el cual no se superponen sino que se complementan al producir vehículos diferentes que les permite el intercambio estratégico mutuo pero también, de manera individual, exportar a todos los mercados de Latinoamérica.

Daniel Herrero, CEO de Prestige Auto asegura que Argentina y Brasil tienen bien repartidos los productos que fabrican

“Yo creo que somos dependientes el uno del otro. Son dos mercados que caminan muy juntos, Brasil y Argentina. Y probablemente se estire esa relación o se busque algún acuerdo. Yo creo que es más importante lo que vos puedas hacer en términos de hacerte fuerte regional para competir globalmente. Hoy ya tenés más o menos polarizado qué industrias tiene de cada lado, comerciales de Argentina, pasajeros de Brasil. Probablemente, es el trabajo regional el que ha permitido crecer a la industria en los dos países”, dijo Daniel Herrero, CEO de Prestige Auto, la empresa que compró los derechos comerciales e industriales de Mercedes-Benz Argentina.

Preocupa la triangulación

La llegada de nuevas marcas a Brasil, sin embargo, ha empezado a generar preocupación en las terminales automotrices argentinas, porque podría ocurrir que automóviles que originalmente provienen de Asia y deberían pagar el arancel común de importación extrazona del 35%, entren a Argentina con arancel 0% por venir desde Brasil.

El caso testigo es el de Hyundai, marca coreana que produce autos en Brasil y los importa a Argentina sin arancel. Pero para que eso pueda ocurrir hay un requisito que la producción de cualquiera de los dos países debe cumplir, que es la de un porcentaje de integración de partes locales que debe tener para no ser considerado un CKD (Completely Knocked Down en inglés), que significa que se trata de un auto totalmente fabricado en otro país, que entra para ser ensamblado sin integración local. Hyundai lo cumple en sus modelos HB20 y Creta, ambos producidos en Brasil, por lo tanto puede exportar a Argentina sin arancelamiento alguno.

Hyundai es el caso de una marca coreana que no fabrica en Argentina pero importa autos desde Brasil sin arancel por sus componentes locales

Sin embargo, existe la idea en varios analistas del sector, que algunas marcas importan partes a Brasil desde Asia, las nacionalizan bajo ese concepto CKD o SKD (vehículos con mayor integración local) y de ese modo las importan desde Argentina sin arancel como correspondería por el origen de la mayor parte de los componentes.

“La idea era fortalecer el bloque con productos que se fabriquen en Argentina o Brasil, por eso se habla en algunos casos de integración regional, pero si esa ‘regionalización’ está forzada por sistemas de ensamblado de partes provenientes de extrazona, solo se está perjudicando a la industria nacional de ambos países”, explicó un importador argentino que no está de acuerdo con el libre comercio entre los dos principales productores de autos de la región.

Varios ejecutivos de la industria dijeron que no le temen a la competencia de marcas asiáticas siempre y cuando, al instalarse en Brasil, paguen los mismos impuestos que las marcas históricas, y tengan a sus empleados con las mismas condiciones laborales también.

“Lo que tenés que pedir es que te dejen competir con las mismas reglas de juego. Si vos tenés que pagar Ingresos Brutos, Tasas de Seguridad e Higiene, Impuesto al cheque, restricciones a las exportaciones y tenés que competir contra un chino que viene con un incentivo a la exportación, esa va a ser difícil. Ahora, si te ponés de igual a igual, fijate que Argentina, como industria, está exportando entre 300.000 y 400.000 autos al año. O sea que, por calidad, por precio, somos buenos”, concluyó Herrero.

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