El mercado tiene por estas horas diferentes estímulos en distintas direcciones y el movimiento de cada variable se asocia a un factor específico que promueve su desempeño. Por ejemplo, el mercado cambiario responde casi con exclusividad al flujo de ingreso de divisas y, en menor medida, a las decisiones de política monetaria del Banco Central como la baja de tasas. De hecho, tras el nuevo recorte a la tasa de interés, la reacción inicial del dólar financiero fue alcista, con una cotización del contado con liquidación que amagó a llegar los $1.100 pero que finalmente se aplacó hacia el cierre de la rueda, que otra vez tuvo un bajo volumen de operaciones.
El mercado de bonos y acciones, en cambio, tiene otros drivers, como el avance del ajuste fiscal, que generó fuertes alzas en los primeros meses de gestión. Ese impulso, sin embargo, parece haber perdido algo de fuerza: ni los elogios del FMI del lunes, cuando se anunció el sobrecumplimiento de las metas, ni el dato de inflación de ayer que resulta prometedor en el camino a bajar compensan la tensión que se concentra por estar horas en un tema prácticamente excluyente: la aprobación de la Ley de Bases.
A pesar de que las negociaciones políticas se dilatan y ya se da por descontado que habrá cambios al proyecto aprobado por la Cámara de Diputados, lo que hará que retorne a ese recinto para avanzar definitivamente, lo que estira notablemente los plazos previstos originalmente por el mercado, los inversores dan muestras de cierta paciencia. Aunque ya no se verifican las contundentes subas que se anotaban hasta hace un mes, el mercado tampoco se desinfló. Particularmente los bonos en dólares sostienen subas de entre 2% y 3% desde que se inició el mes y el riesgo país se estancó por encima de los 1.200 puntos básicos.
Las acciones, en tanto, se llevan la mejor parte. Aquellos papeles que cotizan en Wall Street se mantienen al alza en la primera quincena de mayo, con subas de hasta casi 24%, lo que llevó a los ADR de alumnos bancos (BBVA, Marco y Galicia) a más que duplicar su valor de principios de año. Pero también en este mercado hay una expectativa contenida por el avance en el Congreso de las reformas que impulsa la administración de Javier Milei. Particularmente el Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI) otorgaría renovado impulso a las acciones de aquellas compañías vinculadas a los sectores de capital intensivo con capacidad de generar divisas. Y, aunque el trámite viene más lento de lo esperado, la confianza persiste.
Es lo que asume, al menos, el analista Nicolás Cappella del Grupo IEB, quien destacó las subas de hasta 1% en la rueda del miércoles, “de la mano de especulación de que habría dictamen de senadores por la ley bases. El mercado está más optimista esta semana con que salga efectivamente la ley” apuntó.
La Ley de Bases o, en rigor, cualquier reforma estructural que el Gobierno logre pasar por el Congreso es la vara más importante por la cual los inversores y analistas del mercado medirán a partir de ahora la conveniencia de seguir apostando a los activos argentinos. Desde una perspectiva positiva, si se logra finalmente la sanción en el Senado, aun cuando el proyecto sea devuelto a los diputados, el mercado tendrá motivos para festejar y anticiparse, incluso, a una nueva ola de subas de bonos y acciones una vez que sea aprobada la ley. “Lo que pasa en el Senado es lo único que está moviendo hoy el mercado como tendencia de fondo. La expectativa es fuerte y el golpe, eventualmente, también puede ser muy duro si se cae el proyecto o termina muy tergiversado”, apuntó el economista jefe de uno de los principales bancos del país. “Pero eso no es lo que hoy está incorporado en los precios”, admitió.