Educación en crisis: los alumnos y también los maestros, sin contenidos aptos para el mundo laboral del futuro

En el 57° Coloquio de IDEA hubo un panel en el que participaron representantes de empresas, sindicatos y la academia. Coincidieron en un plan para recuperar los chicos que abandonaron y reformar las currículas

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El panel “Educación: tragedia u oportunidad” del Coloquio IDEA
El panel “Educación: tragedia u oportunidad” del Coloquio IDEA

“Educación: tragedia u oportunidad”. Así se tituló el panel que cerró el primer día del 57° Coloquio de IDEA. Con participación de empresarios, sindicalistas y especialistas, se analizó el impacto educativo que dejó el prolongado cierre de las escuelas y se trazó el camino a desandar en la pospandemia.

El panel debatió, además, los motivos de la poca vinculación entre los planes de estudio y el mundo del trabajo. Las empresas muestran dificultades para encontrar candidatos jóvenes para cubrir sus vacantes. ¿Por qué se produce esa desconexión entre la escuela y el mercado laboral?

Daniel Hadad, fundador de Infobae, fue el moderador del panel. “Apenas me convocaron dije que sí. Es la primera vez que el tema educación pasó a ser un tema habitual, tanto en las familias como en los medios de comunicación. Hace ya décadas que la educación argentina viene en picada y la administración de la cuarentena empeoró todo“, abrió.

“El compromiso de los docentes hizo que en general se pudiera mantener el vínculo con los estudiantes y los padres, con su movilización, lograron el regreso a la presencialidad” (Ibarzábal)

Según Hadad, hay dos imágenes que grafican la tragedia educativa. Por un lado, el video de la profesora que maltrató y pretendió adoctrinar a sus alumnos en Ciudad Evita. Por otro lado, que en la Ciudad de Buenos Aires y distintas provincias hayan reabierto antes los casinos que las escuelas.

Esa tragedia educativa fue medido en datos por Ignacio Ibarzábal, director ejecutivo de Argentinos por la Educación. A través de un video dio una serie de cifras: solo 3 de cada 10 adultos termina el secundario en el decil de ingresos más bajo. De ellos, solo 2 de cada 10 alcanzan resultados satisfactorios en matemática. El 60% de las empresas tiene dificultades para contratar porque no encuentran las habilidades necesarias en los jóvenes. Por el cierre de escuelas, se estima que más de un millón de chicos abandonó la escuela.

Sara García, titular de AMET
Sara García, titular de AMET

“A nivel global se habla de que atravesamos la crisis educativa más grande del siglo. En Argentina no estaban dadas de ninguna manera las condiciones para trabajar a distancia. El compromiso de los docentes hizo que en general se pudiera mantener el vínculo con los estudiantes y los padres, con su movilización, lograron el regreso a la presencialidad. Cuando la sociedad civil se moviliza, la política se ve obligada a responder. Ahora lo que pregunto es: ¿vamos, de una buena vez, a hacer lo que se requiere para transformar la educación?”, planteó Ibarzábal.

Luego llegó el turno de Sara García, secretaria general nacional de AMET (Asociación del Magisterio de Enseñanza Técnica), quien dijo que son números que “duelen”, pero que se vinculan directamente con las cifras de pobreza. “Para una familia que está sumida en la desesperanza es muy complicado pensar en el futuro”, advirtió.

La sindicalista consideró “absolutamente imprescindible” la evaluación tanto para alumnos como para docentes. “Si no hacemos un diagnóstico correcto, si impulsamos las promociones automáticas, no vamos a salir. Esto se transforma en un círculo vicioso imposible de romper”, señaló.

Marcos Bulgheroni, de PAE
Marcos Bulgheroni, de PAE

Al respecto, marcó diferencias con otros sectores sindicales que sí se oponen a las políticas de evaluación. “No todo el sindicalismo está dispuesto a ser evaluado. La escuela técnica ha sido un espacio muy vinculado con el mundo del trabajo. Somos los primeros en reconocer que no estamos brindando el técnico que nos demandan. Estamos haciendo como que enseñamos y los chicos como que aprenden”, cuestionó.

Por último, se refirió al año y medio en el que las escuelas estuvieron cerradas en buena parte del país. “Hemos sufrido espantosamente estar con la escuela cerrada tanto tiempo. Hemos sido voces muy solitarias el año pasado pidiendo la apertura. Ahora necesitamos identificar quiénes son los chicos que abandonaron, dónde están y ver cómo los traemos de vuelta. Y después tenemos que sincerarnos. Esta sobrecarga de contenidos no los vamos a poder alcanzar. Busquemos los contenidos núcleos, los centrales. logremos que la lectoescritura sea la apropiada y a partir de ahí avancemos”, indicó.

“Para una familia que está sumida en la desesperanza es muy complicado pensar en el futuro” (García)

Marcos Bulgheroni, CEO de Pan American Energy Group, también participó del panel. El empresario puso el foco en el surgimiento de un nuevo actor clave a la hora de exigir la vuelta a la presencialidad: las familias. “Es muy importante que este ímpetu persista. Yo creo que va a seguir. Es importante que busquemos como sociedad que este actor se institucionalice. Las familias tienen que tener un rol en el debate educativo”, expresó.

Bulgheroni dio su visión como padre. Valoró el esfuerzo de los docentes, pero dijo que la virtualidad no fue suficiente, que dejó sus costos no solo en aprendizajes, sino también emocionales y sociales para los para los chicos, que no pudieron soportar el estrés y la ansiedad que les produjo el encierro.

De cara al futuro, marcó dos prioridades: forjar un plan nacional de recuperación de contenidos y lograr que el millón o millón y medio de chicos que se cayeron del sistema retornen. “El sector privado va a ayudar en caso de ser convocado por la política. De cualquier manera, cada empresa tiene sus programas de impacto para su comunidad”, agregó.

María Laura Alzúa, subdirectora del Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (CEDLAS) de la Facultad de Ciencias Económicas, UNLP, fue la siguiente en tomar la palabra y se enfocó en el profundo impacto que la cuarentena ocasionó en la primera infancia.

María Laura Alzúa, subdirectora del Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (CEDLAS) de la Facultad de Ciencias Económicas, UNLP
María Laura Alzúa, subdirectora del Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (CEDLAS) de la Facultad de Ciencias Económicas, UNLP

“La educación inicial quedó relegada. Si el cierre de escuelas se olvidó de todo, se olvidó más todavía de los jardines infantiles”, señaló y explicó la importancia de los jardines: “Son el primer contacto de los niños con el sistema educativo. Los contenidos que se imparten en primaria suponen que los niños tuvieron contacto con el sistema educativo”.

En la Argentina hay un gran déficit en materia de primera infancia. Los jardines maternales solo llegan a cubrir el 40% de la población de niños entre 0 y 2 años. En sala de 3, solo se cubre el 45%. Mientras que en sala de 4 y 5, ambas obligatorias, está en torno al 85%. En ese déficit los que más sufren son los hogares vulnerables. “Esto requiere un gasto en infraestructura gigante, un gasto en preparación de los recursos humanos y una discusión sobre la duración de la jornada”, planteó Alzúa.

La especialista se refirió también a los planes de estudio en la secundaria, a su poca vinculación con el mundo del trabajo. “La currícula está completamente fuera de tono con las necesidades posteriores. Hay una desvinculación enorme entre lo que la escuela ofrece y lo que un joven necesita. Ni hablar de los chicos que abandonaron la secundaria, que están condenados a tener trabajos informales y será muy difícil que salgan de la pobreza”, analizó.

“En el decil más bajo, que habitualmente son los que pretenden trabajar en la industria manufacturera, solamente 1 de cada 3 chicos se recibe del secundario” (Herrero)

El último en tomar la palabra fue Daniel Herrero, presidente de Toyota Argentina. Su compañía fue objeto de noticias en los últimos meses justamente por las dificultades que reportaron a la hora de contratar jóvenes con secundaria completa. Herrero contó que tuvieron que buscar candidatos de zonas aledañas para cubrir las vacantes.

“Lo que encontramos fue que no matcheaba el aspiracional del joven con la capacidad y la necesidad que tiene la empresa. En el decil más bajo, que habitualmente son los que pretenden trabajar en la industria manufacturera, solamente 1 de cada 3 chicos se recibe del secundario. Por eso un requisito que parece básico se convierte en una dificultad”, explicó.

Para el empresario automotriz, la revolución tecnológica generará más empleos de los que destruirá, pero para ello se requieren jóvenes formados. “Todas las revoluciones tecnológicas terminaron generando más empleos pese a los pronósticos pesimistas. Hoy lo que necesitamos es cuanto menos comprensión de texto, lógica y matemática. El operario debe tener las condiciones mínimas para instruir a un robot”, expresó.

FOTOS: Gastón Taylor

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