A pesar de la suba del precio de la leche los tambos pierden terreno frente a la inflación al promediar el 2021

De acuerdo a lo expresado por los especialistas, se constata un fuerte deterioro en el negocio lechero por la pérdida de competitividad frente a subas en insumos dolarizados, costos de electricidad y salarios

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Según un informe privado, se constató un fuerte deterioro en el negocio lechero por la pérdida de competitividad frente a subas en insumos dolarizados, costos de electricidad y salarios.
Según un informe privado, se constató un fuerte deterioro en el negocio lechero por la pérdida de competitividad frente a subas en insumos dolarizados, costos de electricidad y salarios.

La producción de leche logró durante la primera parte del año beneficiarse por la recomposición de precios que obtuvo la leche por parte de las industrias, una tendencia que se desaceleró durante julio de 2021. Los tambos si bien lograron sacarle provecho a la relación que hoy muestra el precio de la leche respecto del valor del grano como el maíz, perdieron terreno frente a la disparada que exhibió la inflación en la economía en general, donde se constata un fuerte deterioro en el negocio lechero por la pérdida de competitividad frente a subas en insumos dolarizados, costos de electricidad y salarios.

Un informe de la Cámara de Productores Lecheros de la Cuenca Oeste de la Provincia de Buenos Aires (CAPROLECOBA), señaló que a julio pasado se ralentizó la recuperación del precio que venía constatando el sector primario: se mantuvo sobre el dólar, pero perdió con la inflación. Tal como consignó la Dirección Nacional de Lechería, durante el séptimo mes del presente año, la producción diaria de leche rozó los 1.000 millones de litros, lo que consolida un incremento en la producción de materia prima del 3,5% interanual.

En este mercado donde creció la producción de leche de vaca, las usinas lácteas mantuvieron durante la primera parte del año una demanda ascendente de leche con el objetivo de mantener activas sus plantas y no perder cada porción de mercado obtenido tanto en el orden interno como en el externo. De acuerdo a los datos del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, el consumo de leche fluida presentó en el primer semestre de 2021 una caída del 13%. Dicha disminución ronda el 16% en el gasto en leche en polvo en la población argentina.

Por ello, la demanda de leche fresca –hecho que sostuvo los pagos de la industria- se consolidó a través del buen momento que vivió la exportación de lácteos. En el período enero-junio de 2021, la venta al exterior de lácteos –principalmente leche en polvo y quesos- movió un negocio de 571 millones de dólares, con la exportación de 178 millones de toneladas, el volumen de ventas trepó un 19% en el orden interanual. Así y todo, en el sector privado, al evaluar la situación del sector fabril, se estima que pese a la fuerte demanda de materia prima, los stocks de las plantas están bajos y la capacidad instalada que se emplea apenas supera el 45%.

Precios al productor

También según datos relevados por la Dirección Nacional de Lechería, el precio de la leche pagada en la tranquera por las usinas lácteas ascendió a un promedio de $32,15, cifra que reporta una suba interanual del 75,4%. Al respecto, los tamberos de CAPROLECOBA en el oeste bonaerense afirmaron que a partir de julio pasado, las industrias “ralentizaron” la mejora en los precios, con pérdida respecto a la inflación que reporta la economía local.

En el primer semestre del año el consumo de leche fluida cayó un 13%.
En el primer semestre del año el consumo de leche fluida cayó un 13%.

“Ahora los tambos dejaron de destruir valor, y está por delante poder agregarlo nuevamente. Por eso y porque toda la cadena comparte la misma incertidumbre al mirar hacia diciembre, es clave que sus eslabones principales lleguen allí con sus números en condiciones”, señaló el informe privado.

Atento a los valores referidos en informes oficiales, como los que aportó el SIGLEA durante julio pasado, la Cámara evaluó la situación, y tiene en cuenta el tipo de tambo y su escala redunda también en los valores que recibe por la materia prima que entrega. También se contemplaron cuestiones que hacen a la calificación que recibe la calidad de la leche entregada a las usinas, donde se paga por tenor graso y nivel de proteína. Los tambos chicos recibieron en promedio un valor de $31,00 por litro, mientras que los medianos o grandes, obtienen hasta $31,52 y $32,13 por sus entregas respectivamente.

Por último, en la Cuenca Oeste la producción sigue en buen nivel respecto al 2020: un dato favorable es la mejora que reporta la relación precio de un litro de leche respecto a la compra de un 1,8 kilo de maíz, cuando históricamente ronda los dos kilos de granos. “Esto ayuda a compensar la creciente pérdida de humedad en los suelos y mermas en la obtención de forraje”, explicaron.

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