Presentada ya la nueva oferta de reestructuración de la deuda ante la Securities & Exchange Commission (SEC), el Gobierno recibió hoy el visto bueno del Fondo Monetario Internacional (FMI), que espera que las partes sigan trabajando de “forma constructiva y oportuna” para alcanzar un acuerdo.
“La oferta revisada de las autoridades argentinas es un paso importante en el proceso de reestructuración de la deuda con sus acreedores privados. Esperamos que todas las partes involucradas continúen trabajando de manera constructiva y oportuna con el objetivo de llegar a un acuerdo que coloque la deuda pública en un camino sostenible y establezca las bases para un crecimiento inclusivo y duradero en el futuro”, afirmó el director de Comunicación del organismo, Gerry Rice.
Las autoridades recibieron el apoyo del Fondo aún cuando la nueva propuesta supera los límites que el organismo había dejado trascender, extraoficialmente, como sustentables. Concretamente, fuentes conocedoras de la posición de la entidad habían planteado que la propuesta podía extenderse hasta un valor de USD 50 por cada USD 100 emitidos nominales, y finalmente el Gobierno se extendió hasta USD 53,50.
“Lo que analiza el FMI son el perfil de vencimientos y necesidades financieras que genera la propuesta. Y la nueva respeta los umbrales máximos establecidos por el organismo en su análisis”, dijeron fuentes del Palacio de Hacienda, al agregar que el organismo nunca habló de un VPN. Si bien es cierto que oficialmente nunca mencionó un valor, sí lo habían hecho de forma extraoficial. La última propuesta avalada por el organismo tenía un valor de USD 47, y lo que sí dijeron los técnicos del Fondo en esa oportunidad es que había muy poco espacio para mejorarla.
El objetivo del organismo es que finalmente la Argentina llegue a un acuerdo con los acreedores externos para poder encarar el proceso de crecimiento cuando pase la pandemia. Además, cuando el Gobierno termine de resolver esta deuda, será el turno de renegociar el programa con el FMI, que quedó desactivado el año pasado.
El presidente Alberto Fernández mantuvo días atrás una comunicación con la titular del organismo, Kristalina Georgieva, para analizar la marcha de la economía, las medidas que adoptó el gobierno frente al Covid-19 y la ayuda que está brindando el FMI a los países más necesitados por la pandemia. Además, aprovecharon para repasar la marcha de las negociaciones con los bonistas, a días de que finalmente la Argentina haga su última oferta para intentar resolver definitivamente el problema de la deuda externa con los privados.
“Rezo por lo mejor, me preparo para lo peor”, había manifestado Georgieva a fines de junio sobre las negociaciones entre el gobierno argentino y los acreedores. En declaraciones a la agencia Reuters, la funcionaria también dijo que esperan la solicitud de la Argentina para acordar un nuevo acuerdo con el Fondo y aseveró que harán “todo lo posible para apoyar un programa de reformas económicas que sea bueno para el crecimiento y para el sector privado, porque es el sector privado el que genera más de eso y los trabajos que el país necesita”.
La directora gerente del FMI enfatizó, en esa oportunidad, que un plan de ese tipo debería ser bueno también para mejorar las condiciones de vida de los habitantes del país. “La Argentina ha visto un aumento muy alto de la pobreza, y eso no es saludable para ninguna sociedad. Entonces, cuando llegue el momento, por supuesto, estaremos enfocados en hacer todo lo posible para apoyar estas aspiraciones de la gente de Argentina”, dijo.
Pese al buen vínculo que hay hoy entre la Argentina y el FMI, acordar un nuevo programa con el organismo no será tarea sencilla para el Gobierno. Ya lo dijo el propio Guzmán semanas atrás: “Como con los acreedores privados, la discusión llevará tiempo y necesitará de la aceptación de la sociedad argentina, ya que queremos que tenga legitimidad y que ayude a poner al país de nuevo de pie”.
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