Inversores esperan hoy detalles de la propuesta, pero ya imaginan que habrá una segunda oferta

La primera lectura tras los anuncios de Martín Guzmán fue negativa, aunque hoy se conocerán los nuevos bonos que buscaría emitir el Gobierno en reemplazo de los actuales. Grandes fondos y bancos de inversión creen que hay espacio para abrir la negociación

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Los acreedores esperan, ante una oferta inicial muy dura, que haya espacio para algunas mejoras o pequeños “endulzantes” que mejoren el valor de los futuros bonos que se entregarán.
Los acreedores esperan, ante una oferta inicial muy dura, que haya espacio para algunas mejoras o pequeños “endulzantes” que mejoren el valor de los futuros bonos que se entregarán.

Los lineamientos presentados ayer por Martín Guzmán estuvieron en línea con lo esperado por los inversores. No faltó nada en el menú presentado por el ministro de Economía, desde quita de capital, hasta fuerte baja de cupón de intereses y, lo más relevante, un periodo de gracia para realizar desembolsos hasta 2023, aunque en 2024 (el último año de la gestión de Alberto Fernández) sólo se pagaría un cupón de 0,5% anual. Pero en grandes bancos y fondos de inversión consideraban que ésta no será la oferta definitiva ni mucho menos. En general se espera que con el correr de las semanas haya una segunda propuesta.

Sería esperable, por otro lado, que ante una oferta inicial muy dura haya espacio para algunas mejoras o pequeños “endulzantes” que mejoren el valor de los futuros bonos que se entregarán. La clave será ofrecerle a los bonistas algo mejor de lo que tienen ahora, que son bonos con paridades levemente inferiores al 30%, en línea con un riesgo país cercano a los 4.000 puntos básicos.

El canje 2005 también tuvo varias versiones hasta llegar a la oferta final, aún cuando se negoció en un marco de extrema dureza. La primera versión se lanzó en 2004, con la denominada Propuesta de Dubai, que llevó ese nombre porque fue durante la reunión anual del FMI en esa ciudad de los Emiratos Árabes. Pero luego pasaron muchos meses hasta llegar a la versión definitiva.

La semana que viene, el 22 de abril, vencen USD 500 millones de intereses de títulos con ley neoyorquina y lo más probable es que no se paguen.

Ahora los tiempos apremian porque la idea sería, en principio, evitar un default total de la deuda, teniendo en cuenta que todavía se siguen pagando los bonos bajo legislación extranjera. Pero los plazos son cada vez más cortos. La semana que viene, el 22 de abril, vencen USD 500 millones de intereses de títulos con ley neoyorquina y lo más probable es que no se paguen. A partir de allí se abren 30 días para negociar y tratar de evitar un default total, que el Gobierno en varias oportunidades aseguró que quiere evitar. Pero ahora ya nada se da por seguro.

La carta a favor que tiene Guzmán es que precisa sólo dos tercios de los acreedores para avanzar con el canje de deuda, debido a las Cláusulas de Acción Colectiva que tienen la mayoría de los títulos. Solo en el caso de los bonos Par y Discount (surgidos del anterior canje del 2005) las mayorías son mucho más altas, del 85%. Por eso, está aún en duda qué pasará en caso de que no se consiga ese porcentaje tan elevado de aceptación, que es el escenario más probable.

Juega a favor de la postura oficial el hecho de que hoy hay muchos otros deudores con problemas de pago ante la imposibilidad de acceder a los mercados financieros por la crisis desatada por el coronavirus.

Los grandes tenedores de bonos argentinos ya rechazaron en diálogos previos con Guzmán la oferta presentada ayer y cuyos detalles se conocerán hoy. Por eso, la especulación de los posibles cambios que podría tener la propuesta en relación a lo que se presente formalmente hoy. El ministro presentó la propuesta indicando que “esto es el límite”, dando a entender que no hay margen para estirarse en los pagos. Sin embargo, la sensación es que el Gobierno podría ser un poco más generoso y mejorar aunque sea simbólicamente la oferta, incluso con algún elemento adicional que la vuela más atractiva, como la reintroducción del cupón PBI.

Pero todavía faltan muchos aspectos que recién hoy se develarán: cuántos bonos se colocarán, cuál será el plazo de los mismos o si se capitalizarán los intereses en los primeros años. Se trata de detalles sustanciales que definirían para un lado o para otro el éxito de la propuesta.

Juega a favor de la postura oficial el hecho de que hoy hay muchos otros deudores con problemas de pago ante la imposibilidad de acceder a los mercados financieros por la crisis desatada por el coronavirus. Es el caso de Ecuador y de Libano, pero habría otros países que presentarían inconvenientes para renovar sus vencimientos. Y lo mismo sucede con deuda corporativa emitida en Estados Unidos y otros mercados desarrollados. Además, el FMI se manifestó a favor de la propuesta argentina, que la volvería “sostenible” de acuerdo a sus parámetros.

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