A un año de Argentina-Polonia en Qatar: la promesa de un hincha que gestaría una foto icónica de Lionel Scaloni con la Copa del Mundo

Chispa, un fanático de la Albiceleste que viajó a Doha, juró hacerle un regalo al DT... y cumplió

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La promesa de un hincha argentino con Scaloni

Argentina ya se había quitado la pesada mochila del partido contra México y acababa de ganarle a Polonia, bañado en confianza, para sellar su boleto a los octavos de final de la Copa del Mundo. La polémica por el penal de Wojciech Szczesny a Lionel Messi, que al final falló; el tanto de Alexis Mac Allister, que fue el puntapié inicial de su brillante Mundial; la presencia de Tini Stoessel, entonces pareja de Rodrigo De Paul, que ya parecía ser una cábala; y la arenga de un encendido Gabriel Omar Batistuta -entre el público- de cara a lo que se venía, fueron perlitas de la crónica de aquella noche. En medio de los festejos albicelestes, la promesa de un fanático quedaría grabada...

Mac Allister y Julián Álvarez pusieron de rodillas a los polacos, que hasta allí llegaban invictos en el Grupo C aquel miércoles 30 de noviembre de 2022. Los muchachos capitaneados por Robert Lewandowski, que tuvo un roce con Messi en cancha, casi que les rogaban a los argentinos que no atacaran más porque un gol más en contra los eliminaba de la Copa (lo mismo si México le convertía un tanto más a Arabia Saudita). Szczesny, sobre el final, fue notificado del resultado de los mexicanos y les avisó a sus compañeros de equipo. Tras el pitazo final, se confirmó la clasificación de ambos y el estadio 974, ese que estaba construido con containers, fue una fiesta celeste y blanca.

Los cánticos de la muchedumbre sudamericana son estruendosos y hacen eco por la estructura metálica de los contenedores que visten el perímetro de la cancha. Saltan, arengan, deliran. Un simpatizante llama la atención porque lleva puesta una camiseta de la Selección que data de mediados de los años 90. Es alternativa, la azul con rombos negros, y en su espalda tiene el número 18 y el apellido Scaloni.

“Esta no la largo, es del museo personal”, advierte El Chispa, que en realidad se llama Tomás Calvo, ante la cámara de Infobae. Pero casi al unísono comparte una condición para desprenderse de este tesoro que guarda en un altar personal junto a otras cientos de camisetas. “Si pasa lo que ya sabemos que tiene que pasar, le entrego la camiseta en mano al DT”, es la promesa que se anima a hacer este amigo personal de Germán Pezzella, quien probablemente le tenía fe ciega a la Scaloneta por conocer la cocina de la concentración.

La foto que se tomaron el Chispa y Scaloni antes del intercambio de indumentaria durante los festejos de la final del mundo
La foto que se tomaron el Chispa y Scaloni antes del intercambio de indumentaria durante los festejos de la final del mundo

El Chispa coleccionaba camisetas retro desde hacía años. El destino quiso que llegara a sus manos esta perlita que Scaloni usó durante su época de juvenil Sub 20 en Malasia 1997, cuando fue campeón mundial como futbolista. A medida que fueron pasando las fases eliminatorias, Australia, Países Bajos y Croacia, se fue amigando con la idea de soltar una de las reliquias más valoradas de su museo personal. Pero el juramento ya estaba hecho y nada le iba a dar más felicidad que ver a Argentina campeón del mundo en Doha.

Tras la gesta contra Francia en Lusail, se abrió una puerta lateral en la que los familiares y amigos pudieron bajar al campo de juego para celebrar en masa. Tomás, junto a los familiares y otros amigos de Pezzella, accedió al césped preparado para llevar a cabo lo que había prometido. Lo que nunca supo, es que el mismísimo DT en realidad no iba a aceptar la ofrenda sin darle nada a cambio.

“Yo te lo dije después de Polonia y las promesas se cumplen, se hicieron para cumplirse. Germán Pezzella me llevó con el técnico para hacerle entrega de la camiseta y contarle un poco de mi museo. Cuando le dije que se la quería regalar, no lo podía creer. Una locura total que el tipo no se la quería quedar. ‘No, no, es tuya’, me dijo. Una humildad terrible”, fue el inverosímil relato del Chispa a Infobae.

El estratega albiceleste aceptó el obsequio y le regaló al Chispa la chomba con la que había dirigido la final del mundo: “Fue un intercambio. La que me dio Lionel va a un cuadro sin lugar a dudas. Siempre hay que tener fe. Ese es el mensaje que me gustaría dejar. La nota me la hiciste después de Polonia, pero siempre tuvimos fe. Cuando se hacen con mucho amor y con fe, las cosas salen. Comimos mierda contra Arabia, estamos hace 33 días acá, pero dimos la vuelta y es histórico”.

El Chispa se llevó a su casa la chomba con la que Lionel Scaloni dirigió la final del mundo ante Francia
El Chispa se llevó a su casa la chomba con la que Lionel Scaloni dirigió la final del mundo ante Francia

Inmediatamente después del canje de indumentaria, Scaloni se puso la casaca que no usaba hacía 25 años y fue en busca de la Copa del Mundo, con la que se sacó una de las fotos más icónicas que perdurarán por toda la eternidad. Ingresó al vestuario con la 18 con su apellido y hasta sale en los videos de la celebración con el regalo que le había entregado en mano El Chispa.

Una obra del destino había ubicado al Chispa en Qatar. Él ya había viajado a Rusia 2018, Copa Mundial a la que no había sido convocado Pezzella, y vivió en cancha la sensación de frustración por el 3-4 ante Francia en los octavos de final. “Será en Qatar”, dijo para sus adentros, mientras algunas lágrimas recorrían sus mejillas. Aquella tarde en Kazán, Scaloni era ayudante de campo de Jorge Sampaoli y ni Chiqui Tapia sabía que podía llegar a sucederlo en el cargo de entrenador del seleccionado nacional. Mucho menos que fuera ratificado y que obtuviera los títulos que ganó.

La 18 azul noventosa ya estaba en el museo personal de este fanático de la Albiceleste, que la metió en la valija con un presentimiento divino y se la calzó en los siete encuentros que disputó Argentina en Qatar. “Si somos campeones, se la regalo; cuando lo encuentre, se la doy”, pensó. Y creyó. Tuvo un premio mayor: no por haberse llevado a casa parte de la historia gloriosa materializada en chomba de DT, sino por haber disfrutado de la gesta de un equipo que se metió en el corazón de todos.