La lupa sobre los dos penales que Boca reclamó en el primer tiempo ante Talleres: la decisión en la que falló el árbitro

El juez Fernando Echenique debió definir dos acciones en los que el balón tuvo contacto con los brazos de los futbolistas de la T. Vale recordar que en la Copa Argentina no hay asistencia del VAR

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El intenso y dinámico primer tiempo que disputaron Boca Juniors y Talleres de Córdoba por los cuartos de final de Copa Argentina ofreció dos jugadas polémicas, muy protestadas por la delegación auriazul. El Xeneize reclamó dos manos, una de Juan Rodríguez y otra de Lucas Suárez; en ambas debió definir Fernando Echenique sin respaldo del VAR, dado que la tecnología no está incorporada a esta competición. Y el juez no observó infracción en ninguna de las dos acciones: acertó en una y falló en la otra, en la que debió cobrar penal.

La T ya se imponía 1-0 con el gol de Gastón Benavídez cuando a los 32 minutos Edinson Cavani olfateó un pase impreciso hacia atrás del conjunto cordobés y se marchó de cara al gol. El arquero Guido Herrera se impuso en el duelo mano a mano y el rebote fue directo hacia la humanidad de Rodríguez e impactó en su brazo. Enseguida, todo Boca rodeó a Echenique y le habló a los jueces asistentes y al cuarto árbitro. Incluso, Jorge Almirón reclamó la revisión en el VAR, aunque no se utiliza en el torneo.

En esta ocasión, la autoridad del pleito acertó. ¿Por qué? La mano del defensor estaba posicionada de forma natural: es la pelota la que buscó el brazo y no al revés. Además, la velocidad de la acción no le dio tiempo al zaguero para quitar el brazo, que acompañaba el lógico movimiento corporal.

La segunda controversia llegó a los 38 minutos, casi de inmediato. Tras un centro desde la izquiera y un despeje corto, el esférico derivó en Miguel Merentiel, que remató al arco. En el medio, apareció Suárez para impedir que el intento viajara a la red, pero pegó en su mano extendida. Echenique tampoco sancionó penal, pero aquí era lo que pedía el reglamento.

Con su brazo, el defensor cubrió un mayor espacio, bloqueando de manera antinatural el tránsito del balón que iba con dirección a la valla. Es la mano la que fue hacia la pelota y no al revés; se trató del caso exactamente opuesto al de la jugada anterior. Aquí, Merentiel, protagonista de la misma, se arrodilló en el césped para protestar por la no sanción. Pero el juez sostuvo su postura.

Una vez culminada la primera parte, varios integrantes del plantel de Boca se acercaron a Echenique para dialogar y conocer en profundidad cómo vio las jugadas. Una de ellas podría haberle dado la posibilidad de conseguir la igualdad al conjunto de La Ribera.

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