"Entiendo lo que vivió Toresani": el crudo mensaje de un ex campeón con Racing sobre el abandono de los jugadores retirados

"Camote" Acuña fue uno de los héroes de la "Academia" que logró el último título internacional para el club de Avellaneda. La muerte del "Huevo" lo motivó a realizar un sentido análisis sobre la situación que atraviesan los futbolistas luego del retiro

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El plantel de Racing, campeón de la Supercopa de 1988, realizó una gira por Asia y Europa después de lograr el título
El plantel de Racing, campeón de la Supercopa de 1988, realizó una gira por Asia y Europa después de lograr el título

La muerte de Julio César Toresani sacudió al ambiente del fútbol. Aislado, con problemas familiares, económicos y laborales, el Huevo decidió quitarse la vida en el hotel que posee la Liga Santafesina en el predio de la provincia.

El suceso motivó a Jorge Acuña a realizar un crudo análisis sobre la situación que atraviesan los profesionales después de colgar los botines, dado que no todos tienen la posibilidad de seguir ligados al deporte que aman con nuevas funciones como la de entrenadores, comunicadores, periodistas, representantes o conductores televisivos.

La reflexión que escribió Camote, campeón de la Supercopa de 1988 con Racing, volvió a poner en escena el abandono que sufren muchos futbolistas cuando dejan de salir a la cancha y pasan al anonimato.

Incluso el ídolo académico manifestó que estuvo a punto de tomar la misma decisión que Toresani, pero se salvó por la contención de su familia. La ausencia de beneficios como la obra social y la imposibilidad de mantener un nivel de vida por la falta de presupuesto son algunos argumentos que expone Acuña, junto las relaciones superficiales que se forman a lo largo de la carrera de cada protagonista.

El texto se viralizó a través del Lagarto Fleita, quien actualmente se encuentra trabajando como director técnico en la reserva de Racing,  al publicar en su cuenta de Twitter las palabras de su colega, quien también posee un vínculo muy cercano con la Academia.

"Buen día para todos, les comparto estas palabras de un gran tipo como Camote Acuña. Nos tiene que servir no sólo para el jugador de fútbol, sino para toda la sociedad en general", escribió en la red social el ex delantero.

Racing festeja la obtención de la Supercopa en Brasil
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La carta

"La vida de un futbolista transcurre junto al fútbol . Te casás, tenés hijos que hay que mandar al colegio. Tal vez te separás. Siempre con un nivel de vida alto. Por eso la plata no alcanza cuando te retirás. Les pasó a muchos compañeros de mi generación: cuando sólo sale dinero y no entra, comienzan los problemas".

"Estuve seis meses encerrado sin salir de casa. Tenía 34 años y una lesión que me retiró. Me sentí solo en el mundo. Tuve la suerte de que mi mujer y mis dos hijas estuvieran conmigo todo el tiempo. Sin ellas, estaba entregado. Saqué fuerzas desde donde no las tenía porque nadie me preguntó cómo estaba. El Huevo Toresani se estaba separando, quería dirigir y nadie le daba una mano. Por eso entiendo todo lo que vivió. reitero: zafé porque tengo una gran familia".

"Para el futbolista que se retira no existe contención. Ni de Agremiados. Porque una vez que dejás de trabajar, a los seis meses se corta la obra social. No nos preparan para el día después. No es fácil seguir después del fútbol. Estás dejando algo que hiciste desde los cinco años, donde hiciste un nombre y en algunos casos fueron ídolos. Y un día, todo se termina"

"Nací sin nada. Todo lo que hice en al vida siempre me pareció mucho. Cuando miro para atrás, pienso: dormía en una casa de chapa y ahora en una de material. Pero el jugador de fútbol espera que golpeen la puerta y le den una mano. Como nunca sucede, la desilusión es inmensa con todo el ambiente. Tenés 35 ó 40 años y salís a la vida a hacer algo que no sabés y tenés que aprender en el momento. Así nos pasó a casi todos los ex futbolistas".

"El fútbol es un ambiente sin solidaridad. Pensás que tus amigos de futbolista eran tus amigos de verdad, pero cuando dejás de jugar esos mismos me dejaron e frecuentar. También me llevé desilusiones de ex compañeros que pensé amigos y se portaron muy mal conmigo y mi familia".

"Cuando fui jugador, nadie me pidió que terminara la secundaria. Con 35 años no estaba preparado para nada. Comencé a estudiar porque sólo tenía terminado el séptimo grado. Agarré los libros, cambié el habla para comunicarme de la mejor manera y abrirme paso en una sociedad en la cual nunca estuve. Vivía en una burbuja y cuando salí de ella empecé a vivir la vida percibiendo las cosas desde otro lugar".

"Vivía en la concentración de Racing, debajo de la tribuna. Al otro lado, donde hoy está prensa, estaba Oreste Corbatta, abandonado en una piecita.. El club le dio donde vivir y comía cuando podía. La contención brillaba por su ausencia. Corbatta murió en el desamparo. Esas cosas duelen. Al futbolista no le enseñan qué hay que hacer. Por eso a mis hijas les di todas las armas posibles, sobre todo estudio. Hoy una es psicóloga y la otra estudia administración de empresas en Estados Unidos. Tuvieron las herramientas que no tuvo su padre y estoy orgulloso de ellas: hicieron todo lo que yo no pude hacer".

"El gran problema de los futbolistas de mi época era que no cobrábamos lo firmado. No nos pagaban. Trabajábamos gratis. Era un problema de Racing, San Lorenzo y Boca. Si agarrábamos una plata, era para sobrevivir. Si nos pagaban como decían que pagaría, yo me hubiera comprado diez departamentos".

"Sería importante armar una mutual de ex jugadores de Racing. No por mí, sino por muchos muchachos que lo necesitan. Lo importante es el hoy, no el pasado. Tenés jugadores como el Beto Alonso en River, que un día no lo dejaron entrar a la cancha porque no lo reconocieron. Son cosas que nunca voy a entender: los clubes les dan importancia a sus glorias cuando mueren".

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