Crisis en el INCAA: Luis Puenzo se resiste a renunciar y expone otra interna en el Gobierno

En la reunión con el ministro de Cultura Tristán Bauer que duró más de tres horas, el presidente del Instituto del Cine se negó tajantemente a dimitir. Luego, aceptó evaluar su salida. Mañana está convocada otra protesta frente al organismo

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La reunión de este martes por la tarde, entre el saliente presidente del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), Luis Puenzo, con el Ministro de Cultura de la Nación, Tristán Bauer, fue larga, tensa e improductiva. Puenzo se niega a renunciar aunque le había sido comunicado que el presidente Alberto Fernández le pedía ese “gesto”. Así concluyó el encuentro. Sin embargo, el guión de esta película que comenzó el lunes con la manifestación en las puertas del edificio de la calle Lima, promete giros imprevistos. Todo esto por ahora, sucede en el mundo del off the record que diversas fuentes pidieron mantener a Infobae Cultura para explicar este desaguisado que comenzó como crisis sectorial y terminó salpicando al gobierno en términos políticos. Si Puenzo no renuncia, habrá nueva protesta convocada para este miércoles a las 15 hs en el mismo lugar de los incidentes del lunes.

La jornada del martes prometía anuncios porque el lunes, en pleno fragor de la protesta, Bauer había afirmado “habrá cambios” en la administración del INCAA. El martes por la manaña, Puenzo hizo lo que no hizo en dos años de gestión: habló con la prensa. Fue protagonista de 5 entrevistas radiales, en las que aseguró que su gestión fue la mejor posible. Defendió su proyecto de tener un cine nacional hecho de películas de costo alto, y atacó a sectores de la producción asegurando que hay gente a la que el cine “le permitió realizar su vida de una manera muy espuria”, frase que dijo en conversación con Claudio Villaruel y Emanuel Respighi en AM990. A ellos les aseguró que lejos de estar la actividad paralizada, gracias a su trabajo hay más producción que en los últimos años.

En un raid mediático que dejó en claro que no cedería ante lo evidente, antes le había dicho a Victor Hugo Morales que pedir su renuncia es “tirarse un tiro en el pie, los números son los mejores, son los posibles. Es casi imposible en la Argentina tener mayor dinero que este que tenemos, en todo caso se trata de administrarlo sanamente, con inteligencia y de la mejor manera posible y ojalá, tal vez yo no supe hacerlo, de común acuerdo con la industria”.

La decisión de pedirle la renuncia estuvo avalada por Alberto Fernández, quien tiene estima personal por el director de La historia oficial y a quien sostuvo políticamente, a pesar de las críticas que sabía que le hacían por su gestión. El intento de Puenzo de que Fernández firme un decreto para poner en marcha un nuevo plan de fomento -intencionalmente “filtrado” en redes por alguien desde adentro del Incaa-, nunca consensuado y rechazado unánimemente, potenciado por los disturbios del lunes y la ausencia de Puenzo en el Incaa esa tarde, los hechos que terminaron por hacerle perder los últimos apoyos que lo mantenían en el cargo.

Detrás de la puesta en escena en la disputa de poder y el punto de ebullición de la interna entre dos directores de cine (el ministro de Cultura, el presidente del Incaa), queda la crisis del sector audiovisual golpeado por la pandemia y el rol que el Instituto debe tener en una nueva era de los contenidos audiovisuales.

Bauer, Puenzo y el presidente Alberto Fernández
Bauer, Puenzo y el presidente Alberto Fernández

Una de las acciones que más se esperaba de su gestión, iniciada en diciembre de 2019, era la sanción de una nueva ley que reemplace a la de 1994, de la que Puenzo fue un artífice. Esto nunca fue siquiera mencionado. El otro punto primordial, acordado con todo el sector, era la necesidad urgente de modificar el plan de fomento para el audiovisual. El que permanece vigente fue diseñado durante la gestión de Alejandro Cacetta, primer presidente del INCAA designado por Mauricio Macri. El mismo había recibido muchas críticas por parte de productores medianos y pequeños y especialmente quienes no pertenecen al área metropolitana de Buenos Aires. En 2020, por las muchas dificultades de acceso a los fondos que impone la ley, CABA concentró el 80% de los rodajes. También dificulta las producciones más pequeñas, ya que impone obligaciones societarias y financieras casi imposibles para los productores más pequeños. Esto, según explican los miembros de las distintas asociaciones, ha resultado no solo de una menor producción, sino también de menor diversidad cultural y mayor concentración geográfica.

Manifestación frente al Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), el lunes 11 por la tarde. Foto NA: DANIEL VIDES
Manifestación frente al Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), el lunes 11 por la tarde. Foto NA: DANIEL VIDES

Desde el comienzo de su gestión, Puenzo se resistió a modificar estos procesos de asignación de subsidios heredados de la gestión anterior, pero el jueves se conoció –extraoficialmente- un plan que, lejos de conformar las inquietudes del sector, produjo rechazó unánime. Como expresó a Infobae Cultura el miembro del consejo asesor del INCAA Juan Mascaró, esa fue la gota que rebalsó el vaso. Para Vanessa Ragone, presidenta de CAIC, es “una propuesta de fomento estatal que decide fomentar menos a quienes más lo necesitan (primeras películas, películas regionales, documentales, films experimentales), y que representa el espacio de diversidad y pluralidad de voces que toda industria cultural necesita”.

Sobre ese tema fue categórico el abogado Pablo Wisznia, quien en su cuenta de twitter afirmó “Ese adefesio de plan de fomento cinematográfico no puede ocurrirsele a nadie que esté en su sano juicio. No puedo creer que pretendan hacerle firmar ese decreto a un ministro y al presidente. Si sale el plan de fomento así como pretenden, van a llover los amparos. Viola la ley de cine”. Wisznia fue gerente de asuntos jurídicos del INCAA designado por Puenzo al comienzo de su gestión, pero renunció en enero de 2021 disconforme con las políticas llevadas adelante por el presidente.

Sin embargo Puenzo dijo este martes que es proyecto “es un viejo borrador que nunca salió del INCAA salvo hasta el día que fue robado, para decirlo con todas las palabras. Es un borrador, se lo tomó como bueno, se lo discutió como verdadero y tiene distintos números respecto del que finalmente se envió a la secretaría legal y técnica”. Esta afirmación se contradice con la comparación del texto que circuló por distintas redes de comunicación y el que tenían los funcionarios del poder ejecutivo para su consideración la semana pasada. Ambos documentos eran coincidentes. Pero como Puenzo se negó a enviar al Consejo Asesor el plan presentado ante el Poder Ejecutivo, no hay ningún tipo de documento oficial que permita corroborar lo que él afirmó en las entrevistas.

Nicolas Batlle, vicepresidente del Incaa
Nicolas Batlle, vicepresidente del Incaa

Otro punto central para entender la crisis del cine en Argentina es la caducidad de la asignación automática de los fondos que sostienen el fomento a la producción audiovisual. El 31 de diciembre de este año dejan de recibirse los impuestos directos con los cuales se fomentan actividades como el cine, el teatro, la música independiente y las bibliotecas populares. Estos pasarían a formar parte del presupuesto general. Así los respectivos institutos (INCAA, INAMU, INT, CONABIP) perderían su autonomía económica. El reclamo del sector es que Puenzo, quien se expresó a favor de prorrogar la cancelación de ese flujo de fondos, nunca se comprometió como presidente del Instituto en trabajar junto a diputados para alcanzar una ley que garantizara el financiamiento de las actividades culturales en riesgo, en particular de la industria audiovisual.

Según sus declaraciones de las últimas horas, Luis Puenzo explicó que él apoyó el proyecto presentado por el Dr. Raffo, quien buscaba anular la caducidad de esos impuestos. Sostuvo que al asumir como presidente del INCAA dialogó con diputados para que lograra avanzar, entonces de la mano del diputado Lipovetzky, aunque finalmente perdió estado parlamentario. Y aseguró que luego apoyó en los dos proyectos impulsados por el diputado Pablo Carro. Estas acciones no fueron suficientes para el sector, que esperaba que se pusiera al frente de un reclamo mayor para poner en evidencia lo que sienten como una espada de Damocles pendiente sobre el futuro del cine. El INCAA oficialmente nunca reclamó una ley que resolviera el problema.

Télam
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También el viernes se conoció también una dura crítica de los miembros del Consejo Asesor del INCAA en una nota elevada a Alberto Fernández, Cristina Fernández de Kirchner y Tristán Bauer. “Los abajo firmantes, Consejeros en el Consejo Asesor del INCAA, nos dirigimos a ustedes con el fin de informarles de la virtual paralización del órgano de cogobierno del INCAA”, comenzaba la nota. “En los seis meses de mandato”, agregan, “lxs consejerxs nombrados por el Presidente de la Nación fuimos citados sólo tres veces, cuando el reglamento determina que ‘se reunirá en sesión ordinaria una vez por mes’. El Consejo Asesor es un órgano de co-gobierno del INCAA, y tiene entre sus funciones aprobar o rechazar los actos realizados por el presidente del INCA. Finalmente los consejeros calificaron a la gestión como antidemocrática, plasmada “en infinidad de conductas arbitrarias desde que el CA está en funcionamiento, impugnando la participación de asesorxs de los distintos sectores y rechazando las decisiones de lxs consejerxs toda vez que no acordaban con lo determinado por la presidencia”. En este caso la respuesta a de Puenzo fue algo más lacónica. Afirmó en sus declaraciones públicas: “estábamos ahora en plenas conversaciones con nuestro equipo para poner en funcionamiento al Consejo Asesor como marca la ley”.

Lo que públicamente se hizo evidente en las últimas semanas lleva mucho más tiempo de tensiones, críticas y discusiones. En ese período Luis Puenzo se ha ido encerrando en sus propia testarudez y termina sus días al frente de la entidad rectora del cine nacional con un perfil autocrático y poco eficaz a la hora de resolver los problemas de la industria audiovisual. Algunos problemas los profundizó y otros no los solucionó y se agravaron con el paso del tiempo. Quien asuma la gestión al frente del INCAA deberá abordar de manera rápida varios aspectos problemáticos y deberá hacerlo recomponiendo el diálogo con los distintos sectores de la industria, con los representantes de las provincias y los legisladores nacionales. Luego de ese primer momento será tiempo de pensar cómo gestionar el campo audiovisual en este nuevo escenario global.

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