La belleza del día: “La edad madura”, Camille Claudel

En tiempos de incertidumbre y angustia, nada mejor que poder disfrutar de imágenes hermosas

“La edad madura” (121 x 181.2 x 73 cm), Camille Claudel, en el Museo de Orsay

¿Cuál sería el lugar de la escultora Camille Claudel (1864 - 1943) si no hubiese permanecido encerrada los últimos 30 años de su vida?

Claudel es un misterio en muchos sentidos, aunque su talento sobrevive en las pocas obras que permanecieron. Aquellas que no destruyó tras una crisis por la que se autoexcluyó y por la que luego su hermano la internó hasta su muerte. Talentosa desde niña, Claudel fue recordada por mucho tiempo como la amante, la musa, de Auguste Rodin, pero el tiempo suele poner las cosas en su lugar.

Y es que fue ambas cosas, pero también una asistente que colaboró en algunos de los trabajos más importantes del creador de El beso, como el extraordinadio grupo escultórico La puerta del Infierno y que realizó un conjunto de piezas maravillosas, como La edad madura (L’Age mûr) , también conocida como El destino, El camino de la vida, o La fatalidad, que se encuentra en el parisino Museo de Orsay.

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Rodin tenía 42 y ella 19 cuando se conocieron. Fue cuando él reemplazó a un amigo escultor Alfred Boucher por unas clases en la Académie Colarossi, donde ella estudiaba. Al año siguiente, Claudel ya asistía al reconocido artista en su taller.

"La Danaïde" y "Amor fugitivo", de Rodin

“No puedo convencerte y mis razones son impotentes, mi sufrimiento no lo crees [...] Déjame verte todos los días [...] no dejes a la fea y lenta enfermedad apoderarse de mi inteligencia, el amor ardiente y tan puro que siento por ti, en fin, piedad querida, y tú misma serás recompensada”, le escribió él en una carta fechada en 1883.

Tuvieron una relación pasional, compartieron eventos sociales y ella inspiró obras como La Danaïde, Amor fugitivo y El pensamiento, entre otras, aunque el romance se vió interrumpido por la aparición de Rose Beuret, una costurera que se convierte en la pareja oficial de Rodin y lo acompaña por el resto de su vida.

De aquella separación, del dolor de la pérdida, del rechazo impensado, surgen las dos versiones de La edad madura. La primera, sobrevie el yeso en la que un hombre es tironeado por dos mujeres. La joven está arrodilla y lo toma de la mano para llevársela al corazón, mientras él -que pierde el equilibrio- se agarra del hombro de la mujer madura, que a su vez lo sostiene de la cintura. Esta pieza se encuentra en el Museo Rodin.

La primera versión de "La edad madura", de Camille Claudel

A pesar de la traumática separación, Rodin no abandonó a su antigua aprendiz y envía cartas de recomendación a los críticos de arte más destacados de la época. Así, desde el Estado la visitan y le encomiendan una obra para el espacio público en 1895, que sería la segunda versión de La edad madura que se encuentra en el Orsay. La figura de la joven arrodillada es expuesta también de forma individual como La implorante en el Museo Soumaya, de México.

“El hombre al final de su madurez (es) vertiginosamente arrastrado por la Edad, mientras que tiende una mano inútil hacia la juventud que quisiera en vano seguirlo. [...] La señorita Claudel separó la mano del personaje principal de la mano de la figura de la Juventud para expresar mejor su alejamiento de ella. Además, envolvió a la figura de la edad con ropajes flotantes que acusan la rapidez de su marcha [...] de una factura muy moderna, merecería la ejecución en bronce [...]. La impronta de Rodin es flagrante [...] pero tratado con conciencia infinita. Se puede decir que solamente es por sus cualidades de invención y de movimiento que proviene de la factura del maestro, y no por su negligencia buscada”, escribió el inspector estatal a cargo de la supervisión del trabajo.

Claudel nunca llegó a ver su obra llevada al bronce. Solo quedó la versión en yeso, hoy desaparecida, pero que sirvió de modelo para dos reproducciones. La del Orsay fue realizada por Thiébaut Frères por pedido de un particular, el Capitán Tissier, en 1902; mientras que la segunda, expuesta en el Museo Rodin, fue realizada entre 1907 y 1913 por Frédéric Carvilhani.

La implorante en el Museo Soumaya, de México

Claudel tuvo una década de reconocimiento y exposiciones antes de encerrarse del mundo. Tras la muerte de su padre en 1913, su familia la interna en el Hospital psiquiátrico de Ville-Évrard y luego, se hermano Paul, diplomático, poeta y principal representante del catolicismo francés en la literatura moderna, la hospitaliza en Montdevergues, manicomio del cual, a pesar de su recuperación, nunca salió.

Murió en 1943 y fue enterrada en una tumba sin nombre. En el ‘55 falleció Paul, que la visitó 7 veces en vida, por lo que los familiares -ya sin el veto del hermano- quisieron darle una tumba digna. No pudieron hacerlo, la institución había utilizado aquel cementerio de olvidados para expandir el edificio.

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